La Flor del Reino Sombrío

Capítulo 9 – El juicio de las sombras

Lyra despertó con los hilos vibrando con urgencia. Fragmentos de visión mostraban un peligro mayor: antiguos guardianes caídos y fuerzas oscuras que habían sido selladas siglos atrás comenzaban a despertar.

—Kael… —dijo Lyra, con el ceño fruncido—. Esto es más grande de lo que imaginábamos. No solo es el consejo ni la oscuridad ancestral… hay algo más.

Kael la sostuvo de la mano, el hilo rojo vibrando con fuerza entre ellos. —No importa lo que sea. Mientras estemos juntos, podemos enfrentarlo.

Seraphine desplegó antiguos manuscritos que hablaban de un juicio de sombras: un momento en que la magia del reino sería evaluada y solo los vínculos más fuertes podrían salvarlo.

Los tres se dirigieron hacia una montaña olvidada, cubierta de niebla negra y runas prohibidas. Cada paso era peligroso: criaturas dormidas despertaban y los hilos de Lyra alertaban sobre trampas mágicas.

—Kael… siento que algo nos observa —susurró Lyra, con los hilos tensos—. No son enemigos comunes; es magia antigua y consciente.

Kael la abrazó, transmitiéndole seguridad. —Lyra… juntos. Todo estará bien.

El hilo rojo brillaba, mezclando protección, sincronía y emoción, fortaleciendo su vínculo y su capacidad de anticipar los ataques enemigos.

En la cima de la montaña, los antiguos guardianes se levantaron, envueltos en sombras y runas brillantes. Sus ojos eran pozos de oscuridad y su fuerza superaba todo lo que Lyra y Kael habían enfrentado.

—Esto no será fácil —dijo Kael, ajustando su postura defensiva—. Debemos usar todo nuestro poder y nuestros hilos.

Lyra concentró los hilos, creando barreras y trampas, mientras Kael atacaba con precisión. Seraphine manipulaba ilusiones para confundir a los guardianes. Cada toque accidental entre Lyra y Kael intensificaba el hilo rojo, combinando magia y emoción, potenciando sus ataques y su defensa.

Durante la batalla, Lyra percibió algo sorprendente: los guardianes no eran enemigos absolutos. Sus ataques buscaban probar la fortaleza del vínculo entre Lyra y Kael. La profecía no solo hablaba de poder, sino de amor, confianza y sincronía.

—Kael… —susurró Lyra, comprendiendo el mensaje de los hilos—. No se trata solo de luchar. Se trata de nosotros, de nuestro vínculo.

Kael la miró, con intensidad. —Entonces hagámoslo juntos. Cada hilo, cada latido, cada pensamiento… unidos.

El hilo rojo vibró con fuerza sobrenatural, iluminando la montaña y creando un campo de energía que debilitó a los guardianes y permitió que Lyra y Kael los controlaran sin destruirlos, demostrando la fuerza de su amor y conexión.

Tras superar la prueba de los guardianes, Lyra y Kael se encontraron solos en la cima de la montaña. Kael tomó su rostro entre sus manos.

—Lyra… todo esto… cada batalla, cada peligro… me ha mostrado lo que realmente importa. Te amo.

Lyra sonrió, con los hilos vibrando a su alrededor. —Kael… yo también te amo. Nuestro vínculo… es nuestra fuerza.

Se besaron con pasión y ternura, mientras el hilo rojo los envolvía, consolidando su magia y su amor como la clave para proteger el Reino Sombrío.

Aunque habían superado la prueba, los hilos mostraban que aún quedaba una amenaza mayor: el verdadero enemigo oculto detrás de las conspiraciones del consejo y la oscuridad ancestral, alguien que podía manipular la profecía misma.

—Esto no ha terminado —dijo Seraphine—. Lo peor aún está por venir.

Kael sostuvo la mano de Lyra con firmeza. —Juntos enfrentaremos cualquier sombra. Nada nos separará.

Lyra asintió, sintiendo los hilos vibrar intensamente a su alrededor. Sabía que los desafíos finales se acercaban, pero mientras estuvieran juntos, podían proteger el Reino Sombrío y cumplir la profecía.




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