La Flor del Reino Sombrío

Epílogo – El amanecer de un nuevo reino

El sol brillaba sobre el Reino Sombrío, disipando las últimas sombras y restaurando la armonía en cada rincón. Los aldeanos salieron de sus refugios, maravillados por la claridad y la luz que bañaba el reino después de tanto tiempo en oscuridad.

Lyra caminaba junto a Kael por los jardines del castillo, los hilos del destino brillando suavemente a su alrededor, marcando la armonía restaurada.

—Nunca imaginé que veríamos un día así —dijo Lyra, tomando la mano de Kael.

—Y yo nunca imaginé que algo tan poderoso como nuestro amor podría salvar un reino —respondió Kael, sonriendo—.

En el castillo, los habitantes trabajaban para reconstruir lo destruido, mientras Seraphine enseñaba a jóvenes hechiceros a comprender los hilos del destino. Lyra y Kael supervisaban, guiando con sabiduría y amor, asegurándose de que la magia del reino se usara para proteger, no destruir.

—Este reino tiene un futuro brillante —dijo Seraphine—. Y todo gracias a ustedes dos.

Lyra sonrió, apoyando su cabeza en el hombro de Kael. —No lo hicimos solos. Nuestro vínculo, nuestra confianza… eso nos hizo invencibles.

Al caer la tarde, Lyra y Kael se encontraron en la torre más alta del castillo, contemplando el horizonte.

—Kael… —dijo Lyra suavemente—. Todo lo que vivimos… cada peligro, cada batalla… me llevó a ti.

Kael la tomó entre sus brazos y la miró a los ojos. —Lyra… yo también. Cada hilo, cada latido, cada momento… todo me lleva a ti.

Se besaron bajo la luz dorada del atardecer, mientras los hilos rojos brillaban suavemente, como un recordatorio de su amor eterno y su conexión mágica.

Lyra y Kael se sentaron juntos en la torre, con las manos entrelazadas, viendo cómo el Reino Sombrío se llenaba de vida y esperanza.

—Juntos, enfrentaremos cualquier desafío que venga —dijo Kael—. No importa lo que nos depare el destino.

—Siempre juntos —respondió Lyra, sonriendo—. Nuestro amor es más fuerte que cualquier sombra.

Los hilos del destino los envolvieron, brillando con un color cálido y seguro, símbolo de su vínculo indestructible y del futuro prometedor que construirían juntos.

La cámara del epílogo se aleja del castillo mientras el sol ilumina todo el Reino Sombrío. Las sombras del pasado han sido desterradas, pero los hilos del destino permanecen, recordando que la magia, el amor y la valentía de Lyra y Kael siempre estarán presentes.

Un nuevo amanecer marca el inicio de un reino más fuerte, un reino donde el amor y la magia conviven, y donde Lyra y Kael son los guardianes no solo del poder, sino del corazón del Reino Sombrío.

—Siempre juntos —susurró Lyra, mientras Kael la abrazaba.

El hilo rojo brilló una última vez, como símbolo eterno de su vínculo, y la historia de La Flor del Reino Sombrío alcanzó su conclusión perfecta, épica y romántica.




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