La flor más hermosa

Capítulo 9

El vitoreo proveniente de las gradas es ensordecedor.

Mis compañeros de equipo corrieron hacia mí y me rodearon para darme golpes en las hombreras, en el casco, empujones y más gritos.

Acabo de anotar el Touchdown que nos dio la victoria, así que comparto su euforia y festejo con ellos. Hemos ganado un juego más de la temporada.

El entrenador nos da golpes en la espalda al acercarnos a los bancos y descansar unos segundos. Heche la cabeza hacia atrás, colocándome una toalla remojada con agua fría en el rostro. Solo fueron dos minutos lo que logre relajarme antes de que dieran la orden de regresar a los vestidores.

—Hoy hemos ganado. — todos gritaron ante sus palabras. —Y a pesar de que solo son partidos amistosos, no hay que bajar la guardia. Nuestros próximos oponentes esta entre los Ducks y Crimson, ambos son demasiados buenos y lo saben. — asentimos.

El entrenador siguió hablando, pero yo fingía escucharlo mientras tomaba respiraciones lentas para calmar mi pulso acelerador. Crimson es el equipo de Harvard, donde alguna vez Theo menciono querer formar parte cuando creciera.

No sé si lo logro, tampoco tengo ni una maldita idea si regresaron a Boston, pero hay una posibilidad de al menos una en un millón de que su nombre aparezca en la lista de nuestros próximos oponentes. Si llega a suceder, me emociona saber que llego el momento de cumplir mi promesa que le hice de niño.

Y la oportunidad de cumplir mi promesa con Elena…

Han pasado los años, pero su nombre y el pensar en ella sigue provocando que mi corazón se vuelva loco y mi pecho arda. La extraño tanto, quiero escuchar su voz y ver su sonrisa. Así que no perderé la oportunidad si logro coincidir con Theo en el próximo juego.

—Eso lo sabremos el fin de semana. — volví a ponerle atención al entrenador ante el grito de todos. —Ahora vayamos a casa. — ninguno hizo ruido y el entrenador suspiro. —No se excedan, y no conduzcan ebrios. — todos gritaron.

Una hora más tarde, cuando todos terminamos de usar la ducha, salimos del estadio. Nuestros familiares, amigos y parejas esperaban en el estacionamiento, me despedí de mis amigos prometiéndonos vernos en el bar y caminé hacia mi auto, donde está mi familia.

—¡Jay! — me hinque para abrirle los brazos a Logan, abrace su cuerpo apenas llego a mí y me puse de pie. —¡Fue increíble hermano! ¡Muchos te perseguían y tú los esquivaste y te lanzaste! — reí ante la manera tan emocionante que lo cuenta.

—¡Felicidades hermano! — acaricie la cabeza de Eris cuando abrazo mi cintura. —Fue en verdad emocionante, eres muy bueno.

—Gracias a ambos.

Mire hacia Hunter, mi padre, tiene a Bianca en sus brazos quien duerme tranquilamente. Se acerco a nosotros y me palmeo el hombro.

—Felicidades, hijo. En verdad fue increíble, corrías tan rápido y no dejaba de gritar al ver como los esquivabas con agiles movimientos o los enfrentabas — sonrió, negando suavemente. —Aun no termino de creer que derribaste a ese gorila de 2 metros y 40 kilos de más. — me reí.

—Créeme, papa. Yo tampoco termino de entender como lo logre. — encogí los hombros. —Tal vez la adrenalina del momento. — palmeo mi hombro y lo apretó con un poco de fuerza.

—Estoy orgulloso de ti. — sonreí ante el cosquilleo en mi pecho. Al principio era un poco incomodo escucharlo dirigirme esas palabras, pero ahora me hacen extremadamente feliz.

Aunque me duela aceptarlo, Hunter es el padre que siempre desee tener.

—Gracias, papá. — mire detrás de él y contesto ante el signo de interrogación en mi rostro.

—Tu madre tuvo que regresar antes, un problema pequeño en la cafetería. Pero me pidió que te dijera que lo hiciste maravilloso y que está muy orgullosa de su bebe. — gire mi cabeza uno segundos, que me siga llamado bebe es un poco vergonzoso, pero no me quejo.

—Bien, entonces volvamos a casa.

—Debes de estar agotado, yo conduzco.

No proteste ya que dio en el blanco, le di las llaves y baje a Logan para tomar a la dormilona. Subimos a la parte trasera, Bianca descansa en mi regazo con su cabeza en mi pecho, Eris está a mi costado izquierdo y Logan en el derecho. Me quedé dormido en el camino y desperté con un bigote pintado con marcador, estuve persiguiendo a Eris y Logan por al menos 5 minutos y después de tallarme la cara durante un tiempo, me preparé para ir al bar donde se festejará nuestra victoria.

—Jay… — mire las escaleras, Bianca se acerca con paso lento mientras se talla los ojos. —¿A dónde vas?

—Fiesta, ganamos el juego.

Recordando donde estaba antes de haberse quedado dormida, dio saltos y me grito lo grandioso que soy. Me hinque para abrazarla y darle un beso en la mejilla.

—Dormiste mucho. — asintió y volvió a tallarse los ojos. —Debes de tener hambre.

—Si tengo. — reí.

Mi pequeña hermana me abrazo el cuello y yo la sostuve para cargarla, la senté sobre la mesada de mármol y le preparé unos sándwiches. Aun no es muy tarde, por lo que comí uno con ella.

—Jay, pensé que ya te habías ido. — mire a la entrada de la cocina, mi madre se acerca y deja dos bolsas sobre la mesada. —Hola mi amor. — beso a Bianca en la mejilla y se acercó a mí, dándome un fuerte abrazo y besos. —Felicidades, eres espectacular mi bebe. — sonreí.




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