La flor más hermosa

Capítulo 16

Elena

Perdida en mis pensamientos con las risas de Charlis y Nolan de fondo, me pregunte si no sería imprudente llamar a Jay.

Él siempre es quien llama, yo también quiero hacerlo. Es lo justo, pero ¿será prudente hacerlo ahora? ¿Qué tal si está en clases o haciendo algo importante?

—Aquí lo tenemos de nuevo. — escuche a Charlis. —Elena enamorada. — me sonroje.

—No le hagas caso, Elena. — me defendió, Nolan. —Pero tengo que admitir que esta nueva faceta tuya, es tierna.

—¡Dejen de burlarse!

—Nadie se está burlando. — se rio, Charlis. —Estamos felices por nuestra amiga, sinceramente creemos que el amor te hacía falta para que dejaras de ser tan amargada.

—¡No soy amargada! — más risas por ambos. —¿Qué les hace creer eso?

—Lo principal, ¡No sales con nosotros! — se quejó.

—Sabes que no me gusta mucho salir.

—Si, sí. Te la pasas tocando el violín o piano y cuando no lo estás haciendo, escuchas música.

—He estado saliendo estas últimas semanas más seguido con ustedes, ¿Por qué te quejas?

—No lo suficiente. — bufe ante su excusa.

—¿Se te olvida que cuando me niego a salir, ustedes van a mi casa a pasar el rato?

—Es eso, o aburrirme con Nolan.

—¡Yo no soy aburrido!

—Claro que lo eres. Me ignoras, te la pasas viendo esos dibujitos chinos en tu celular.

—¡Que grosera, y se llama anime!

—Lo que sea. ¡Y tú eres el grosero!

—¡Que no lo soy pesada!

—Si lo eres, aun no te perdono por haber estado viendo tu anime en lugar de ponerle atención a la gigante pantalla. ¡Estábamos en un cine!

Escucho un Upss apenado por parte de Nolan y eso me ha hecho reír.

—Verdad que eso es grosero, Elena.

—Muy grosero, Nolan.

—Si, bueno. Me pase. — aclaro su garganta. —Pero eso sucedió hace meses, ya dale vuelta a la página.

Por el sonido que emitieron los labios de Charlis, sé que le saco la lengua y por el suspiro exhausto de Nolan, puedo imaginar que volteo los ojos.

Y esto es una tarde tranquila en exterior de Berklee collage of music, pasando un tiempo libre con mis amigos. Ya que estamos ocupados preparándonos para el festival, nuestro profesor nos obliga a tomar horas libres para no estresarnos demasiado y poder tomar las mejores decisiones que logren hacernos brillar y disminuir las peleas por desacuerdos.

—Mira Nolan. — murmuro Charlis, y yo busque con mis manos a Peggy para acariciar su pelaje.

—Oh, es Clay Walker de segundo.

—Si, y está mirando hacia acá.

—Específicamente a Elena.

Con la cabeza gacha, ignore sus susurros y sus miradas sobre mí, concentrándome solo en rascarle la barriga a Peggy.

—¿Él se está…? Oh dios, hazte el tonto.

A pesar de que soy la que se verá involucrada, ellos están haciendo un escandaloso silencioso, lo sé porque la fragancia de Clay llego a mis fosas nasales mucho antes de que sus pasos se detuvieran frente a mí y me llamara.

—Elena, hola. — eleve ligeramente mi rostro, para que viera mi sonrisa.

—Hola, Clay.

—Sabes quién soy. — se rio, completamente nervioso.

—Claro que lo se.

Hubo un silencio un poco incomodo, pero termino casi de inmediato.

—Veras, me preguntaba si te gustaría ir a tomar un café uno de estos días.

Trague saliva, me daba pena rechazarlo de nuevo, pero Jay está de vuelta y tengo claro que mis sentimientos por él nunca han cambiado. Y sinceramente, estoy algo ilusionada con que ocurra algo entre nosotros.

—Yo… — respire, profundo. —Lo pensare.

No necesito ver para saber que una radiante sonrisa cubre su rostro, siento su emoción y su murmuro de un ‘genial’ fue suficiente para darme la razón. 

—Bien, entonces nos vemos después.

—Claro.

Cuando sus pasos se alejaron lo suficiente, suspire. Charlis y Nolan no perdieron el tiempo y se acercaron, sentándose a mis costados.

—Ese chico muere por ti.

—No…

—Charlis, tiene razón. — suspire de nuevo ante las palabras de Nolan.

—No importa cuánto tomes como exageradas nuestras palabras de que eres super guapa y estas super buena, porque los chicos que se te han acercado lo gritan por nosotros.

—Estamos en la universidad. — ambos exhalaron, ante las excusas tontas que daré. —Todos buscan un buen romance universitario.

—¿Y tú no? — aprete mis labios, sintiendo mis mejillas calentarse.




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