La flor más hermosa

Capítulo 30

Días después de haber despedido a Elena en el aeropuerto de California, hoy me encuentro en el aeropuerto de Boston con dos maletas preparadas para pasar las vacaciones con mi flor.

Lo logre. Logre que mi suegra y mi madre me dejaran pasar las vacaciones en Boston junto a Elena. Ella aun no lo sabe, y se lo diré cuando termine su presentación en el festival de su universidad. Estoy extremadamente emocionado, desde que volvimos a encontrarnos no he tenido la oportunidad de escuchar completamente su música y solo con recordar la pequeña demostración de hace unas semanas los bellos de la piel se me erizan. ¿Cómo reaccionara mi cuerpo ante una presentación completa?

—Ey, ahí estas. — mire hacia la voz que me llama. —Andando o se nos hará tarde. — mientras me acercaba a Theo, mire su rostro.

Las zonas negruzcas casi han desaparecido al igual que en mi rostro. Aquella mañana sigue siendo vivida en mi mente, mis padres (sobre todo mi madre) estaban en shock al ver a Theo y si no fuera porque ya tenían los boletos del vuelo reservados, mi madre también lo habría obligado a ir al médico. Después de que abordaron el avión, mamá llamo a la señora Angie para explicarle lo sucedido y se disculpó tanto que me sentí mal.

Por mi parte también llame a la señora Angie y me disculpe, ella no sonaba molesta, pero si muy preocupada y ansiosa porque llegara la hora de que Theo y Elena llegaran a Boston y pudiera ver por ella misma que en verdad se encuentran bien. Hicimos preocupar a nuestras madres, es a ambos nos hizo sentir de la mierda.

—¿Te parezco hermoso o porque me miras tanto? — me reí ante su sarcasmo.

—Me alegra que estes bien.

—Lo mismo pienso.

Comenzamos a andar para no estorbar a la gente que sale para encontrarse con sus familiares y en el camino hacia su casa hablamos sobre cosas triviales solo para matar el tiempo.

—Jay, bienvenido. — me saludo mi suegra apenas entre a su casa.

—Gracias.

—Elena estará muy feliz por saber que pasaras las vacaciones con nosotros.

—Yo también estoy muy feliz, gracias por acceder a mi egoísta petición. — sonrío.

—Sabemos lo mucho que se quieren ambos, y sabemos que mi niña estará feliz con pasar mucho tiempo contigo. Así que no te preocupes por otra cosa que no sea hacer que pase unas vacaciones felices.

—Le prometo que así será.  

Con mi maleta en mano, subí al primero piso y entre a la habitación de Theo donde dormiré en mi estadía en Boston.

—Siento que tengas que compartir tu habitación conmigo.

—Hum. — me miro con una ceja levantada. —Eso técnicamente es lo que sucederá, pero por las noches dudo que sea así. — me sentí un poco avergonzado y él se río ante ello. —Solo dormir Jayden, no quiero escuchar soniditos raros viniendo de la habitación de mi hermana.

—S… Si. Solo dormir. — le asegure.

—Te juro que si escucho algo extraño no me importara e interrumpiré en la habitación de Elena para traerte a la mí arrastras.

—Si, ya lo entendí. — suspiro y camino hacia su armario.

—Te he hecho un espacio para que guardes tus cosas. ¿Te ayudo? — negué.

—No, está bien. Yo lo hare en un rato.

—Bien, entonces me iré a dar una ducha. Siéntete como en casa. — salió de su habitación colgándose su toalla para baño en el hombro y abriendo mi maleta, acomode mi ropa en el considerado espacio que Theo hizo para mí en su armario.

Debería de comprar regalos para la familia Halls por ser tan buenos conmigo.

Eso es un hecho.

Miré la hora en mi celular y guardando mi maleta debajo de la cama me dirigí a un lugar. Tengo dos horas para ir a recoger algo que solicite por llamada cuando venía en el auto con Theo, es para Elena. El taxi se detuvo frente al local y después de pagar la tarifa entre al lugar mirando los alrededores adornados de diferentes flores con hermosos olores.

—Hola, bienvenido. — mire a mi izquierda encontrándome con una mujer no muy mayor. Tiene una mirada suave y una sonrisa agradable. —¿Puedo ayudarlo en algo? ¿Busca una flor en específico? — aclare mi garganta para contestar.

—Hola, he hecho un pedido hace una hora a nombre de Jayden Allen.

—Ah, sí. Acabo de terminar tu pedido, por favor sígueme. — camine detrás de ella sin dejar de mirar los alrededores. Las fotos que hay en internet sobre esta florería son hermosas y vivir la experiencia es hipnotizante. Se siente como si pasearas por un invernadero de alta calidad. —Espera aquí un momento. — volví mi atención a la chica, quien camino hacia detrás del mostrador y entro a otra habitación.

Espere solo unos minutos y cuando regreso, de inmediato mire lo que sus manos cargan.

—Un ramo el cual debe de estar formado con rosas rojas, orquídeas rojas, camelias rojas, tulipanes rojos y en el centro de ellas deben de estar 10 claveles rojos. Ya que me diste libertad para algunos detalles, les coloque un poco de brillo y tres mariposas artificiales. ¿Qué te parece?

—Es… hermoso. — contesto embelesado por el ramo, es perfecto.




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