La flor silvestre mas sencilla.

Joven caballero.

- De cerca es más linda, no parece una plebeya… su piel es suave y sus manos a pesar de tener callos no parecen ásperas como las de las sirvientas… es como si fuera practicado la espada desde joven…

Dice el señor noble mientras me mira acostada en la cama de su caballero.

- Señor ella entro al palacio de la tercera princesa hace solo un mes y la princesa desde el principio mostro descontento con ella y siempre la molesta y castiga sin razón aparente.

Dice el caballero llegando después de investigarme.

- hay rumores que dicen que el chico que le gusta a la princesa se interesó en esta sirvienta desde que llego y por eso la princesa la maltrata.

Dice el caballero mientras el señor noble limpia mi rostro mojado con una delicadeza que sorprende al caballero (¿será que mi señor se enamoró por primera vez? ¿Es la primera vez que veo que es atento con una mujer, pero no espere que fuera una sirvienta menor?) piensa el caballero en silencio.

(así que se ganó el desprecio de la princesa sin provocarlo) piensa el señor noble mientras me mira (si es muy linda y si se arreglara un poco se vería más hermosa) piensa mientras se sonroja.

- cuídala bien… y deja que se quede aquí después de despertar.

Dice el señor noble antes de irse dejándome acostada y el caballero queda sorprendido por la orden de su señor, es la primera vez que él se preocupa por una mujer desde que lo conoce, incluso llegaron a pensar que le gustaban hombres ya que la gran mayoría de sus sirvientes son hombre, pero por alguna razón se preocupa por una sirvienta.

Cuando me despierto a la mañana siguiente me duele mucho la cabeza, mi cuerpo se siente débil y agotado, como si estuviera enferma (de seguro el viento frio y esa repentina lluvia me afecto mucho) pienso mientras pongo una mano en mi cabeza, se me dificulta respirar con normalidad, tengo mucho frio, demasiado, es como si mis huesos se estuvieran congelando, poco a poco abro mis ojos, miro a mi alrededor mientras trato de recostarme en el respaldo de la cama desconocida y agradable para una sirvienta de bajo rango.

-Quédate quieta señorita, tienes mucha fiebre y debes descansar.

Miro hacia la dirección de dónde viene la voz y veo a un joven vestido de negro al pie de la ventana de la habitación. Lo miro curiosa, no siento peligro a pesar de que no lo conozco y claramente se ve que tiene habilidades. Mi cara esta roja por la fiebre, estoy sudando mucho y tengo la garganta seca, por lo que no comento nada, acaricio mi cuello y trago saliva.

-El agua está en la mesita a tu lado.

Miro hacia donde me señala con la mano y veo un vaso de agua en la mesa de noche (no creo que tenga nada, aunque tampoco me aria tanto daño si tuviera veneno) pienso mientras alcanzo el vaso y comienzo a beber el agua mientras veo mejor la habitación en la que estoy, es muy bonita y grande comparada a las habitaciones de las sirvientas en el palacio de la tercera princesa,( es una recamara para los sirvientes superiores o incluso para los caballeros imperiales) pienso mientras miro cada rincón y detalle, es claro que es una habitación de hombre (será que el me salvo y me trajo aquí) pienso mientras lo miro.

- ¿En qué palacio estamos?

Pregunto débilmente, no es lo que quería preguntar primero pero fue lo primero que me salió (creo que pensara que soy una malagradecida e ignorante) pienso mientras guardo silencio, miro mis manos y después de un momento incomoda me doy cuenta que aún conservo la ropa mojada, por lo que puede que eso me allá empeorado la fiebre, pero en silencio agradezco que no me haya tratado de cambiar la ropa, cuando toco las sábanas debajo de mí están mojadas, las miro y son muy lindas y suabes para ser de un hombre y más si es soldado, su color morado es hermoso y profundo. El joven no habla y solo se limita a mirarme por un instante y luego se voltea hacia la ventana.

-Puedes cambiarte para que te sientas más cómoda.

Me dice mientras camina a la salida de la habitación. Parece ser alguien de pocas palabras, además es guapo, pero no tanto como el señor noble que vi antes. Veo al joven salir de la habitación y su forma noble de caminar me recuerda a los caballeros imperiales, solo que hay algo distinto en él, es como si usara la tecnica de sigilo muy a menudo.

Me levanto de la cama y miro a mi alrededor encontrando ropa en un costado de la cama, me quito la ropa mojada y me pongo la ropa que me preparo el joven, la tela es más cómoda que la que llevaba antes, aunque en vez de pantalones es un vestido, pero no me quejo ya que ya estoy acostumbrada a los dos estilos, claro los vestidos para una sirvienta menor como yo no son permitidos, solo las sirvientas favorecidas por las concubinas y las príncipes pueden llevarlo. En el momento que me disponía a cambiar las sábanas el joven llama a la puerta preguntándome si ya me cambié. Respondo que, si mientras cojo las sábanas de la cama para lavarlas, el joven entra con un plato de avena y se limita a entregármelo en silencio.

-Es para mí, muchas gracias joven….

Digo tomándolo con ambas manos, sin saber cómo llamarlo, lo miro a la cara, no tiene ninguna expresión, pero tampoco se ve hostil conmigo, me mira despreocupado, pero con algo de intriga en su mirada, lo cual me lleva a sentir que es confiable.

-Puede llamarme kalet señorita.




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