-Les pido permiso a mi señor y a la cuarta concubina, para ir a cambiarme.
Digo mientras inclino mi cabeza hasta el suelo aguantando sin quejarme el dolor en mi espalda, el ardor en mis piernas y el mareo por la falta de alimento.
-No, solo es agua, quédate así
Dice el noble señor del cual aún no se su identidad, siento su mirada que me atraviesa y aun percibo su desprecio hacia mí.
-Como usted ordene mi señor.
Digo y me vuelvo a acomodar, aguantando el dolor con una cara tranquila, a medida que avanza el banquete el señor pide a las sirvientas realizar diferentes actividades, mi cabeza da vueltas, al parecer otra vez tengo fiebre, me duele el estómago, también la espalda y me arden las piernas, trato de estar enfocada, pero me cuesta. Cuando es mi turno me pongo en medio del salón.
-Lee este poema, es una orden.
Me dice un eunuco entregándome, lo que parecer ser una carta, la miro, las letras se corren, no entiendo lo que está escrito y además tengo que seguir con mi papel de la sirvienta ignorante, me pongo nerviosa, me duele la cabeza, no sé qué hacer (le dije la última vez que no se leer, lo está haciendo apropósito, lo sé) pienso y miro al suelo cuando escucho los murmullos de las demás sirvientas que se burlan de mí, esas risas que siempre escucho, ellas saben que la concubina no me deja entrar a clases por lo que creen que soy analfabeta y avivan el fuego intencionalmente, los oídos me zumban aún más.
-Llévensela.
Dice el señor haciendo un gesto con la mano, veo que me mira como la última vez, cuando me sacaron de esa mansión y me trajeron de vuelta aquí. Dos eunucos me sacan de los brazos como en aquella ocasión, me llevan al lugar del castigo y me empiezan a azotar la espalda, no aguanto después del tercer azote y pierdo el conocimiento, la sangre de mi espalda mancha mi vestido, lo que deja claro que tengo heridas de antes ya que con tres azotes una sirvienta no se desmayaría y sangraría tanto por más débil que este.
Los eunucos asustados pensando que me mataron cuando el noble señor les dijo que solo me reprendieran un poco van a avisarle a el noble señor lo que pasa.
- mi señor, algo esta mal con esa sirvienta…
Dice el eunuco nervioso entrando a brutamente y arrodillándose, la cara del noble señor pasa de desprecio e indiferencia a preocupación, sin dejar que el eunuco terminé de hablar sale del salón y va hasta el lugar de castigo, al verme tendida en el suelo toda llena de sangre me carga, lo cual sorprende a todos.
- encierren a estos inútiles y traigan a un médico de inmediato.
Dice mientras señada a los dos eunucos y me lleva a una de las habitaciones del palacio de la Rosa acostando suavemente mi cuerpo en la cama. Después de media hora en la que el espero fuera de la habitación y el medico imperial me trataba, el medico abre la puerta y lo deja pasar. Las sirvientas que estaban ayudando al medico a quitarme la ropa y aplicar la medicina se hacen a un lado y el se sienta a un lado de la cama mientras ve mi cuerpo vendado y con ropa nueva.
- ¿Qué tiene? … ¿Por qué esta estaba sangrando tanto si los eunucos dijeron que solo recibió tres azotes?
- Su majestad esta sirvienta tiene demasiadas heridas en la piel, marcas de azotes constantes y recientes en la espalda, una quemadura en las piernas como si le hubiera caído agua hirviendo y no se hubiera puesto hielo de inmediato, parece estar desnutrida, por lo que oí de las demás sirvientas usted mismo ordeno que no se le diera alimento una semana y desde entonces solo toma agua del pozo viejo y algunas plantas silvestre, pero al ver su estado parece que incluso antes no comía bien yo diría que aproximadamente lleva un mes sin comer apropiadamente lo que come una sirvienta menor, también se puede ver que se ha sobrecargado de trabajo y además tiene indicios de que iba a ser violada, como lo son las marcas en su caderas, también tiene marcas de chupetones en su cuello y sus brazos. Esta jovencita ni siquiera se puede comparar con una sirvienta menor de la casa del noble más pobre del imperio, parece ser que fue torturada como a los criminales mi señor, pero lo que más me sorprende es su resistencia, una persona normal hace tiempo fuera muerto.
(¿Cómo puede ser esto posible?... ¿realmente fue tratada mal desde el principio?... todo lo que dijo ese día… la culpe por denigrar el palacio… mi castigo dio paso a que la maltrataran más, incluso su inocencia estibo a punto de ser robada… ese día ella se veía inocente al decir eso…. Ella estaba hablando desde su inocencia mientras me decía todo lo que realmente vivió… sus palabras eran verdad y fui el causante de todo este sufrimiento que vivió esta semana) piensa su majestad, su cara de auto desprecio preocupa a los presentes, pero nadie se atreve a hablar, con manos temblorosas trata de acariciar mi rostro, pero no se atreve. Todos los del palacio de la Rosa incluso la misma concubina se arrodillan pidiendo perdón y clemencia al ver como su majestad me mira. Su majestad suspira y sale de la habitación.
- sáquela de aquí, quien se atreva a volver a lastimarla tortúrenlo hasta la muerte… también investiga al insolente que trato de profanarla, quiero que lo castren y les partan las manos.
Dice y el sobrino de la concubina se asusta y antes de que su majestad se retire reconoce su error y pide clemencia diciendo que no sabia que yo era la mujer de su majestad y pensó que solo era una simple sirvienta remplazable, pero su majestad ordena a sus caballeros personales que cumplan su orden, aunque la cuarta concubina y la tercera princesa ruegan que no.
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secretos y amor, traiciones y masacres., abuso del poder e intrigas
Editado: 16.03.2025