Me encontraba tumbada en la cama, mirando al techo de mi habitación, atrapada en un torbellino de pensamientos oscuros. Adonis, mi novio desde hace casi un año, siempre había sido un enigma para mí, pero la situación se había vuelto insostenible. Aseguraba estar abrumado con exámenes y tareas, pero su amigo —y también mío— decía que no había tal carga. La duda se enredaba en mi mente, y me preguntaba si estaba siendo engañada.
La noche anterior, su llamada rompió el silencio de mi habitación. A pesar de mi desconfianza, el cariño que aún sentía por él no me permitió ignorar la llamada
—Hola, disculpa por no haberte llamado estos días, los exámenes y tareas me tienen muy estresado, entiendes ¿no? —dijo su voz cansada al otro lado de la línea.
No, no lo entendía. Mi voz, cargada de reproche, se volvió cortante.
—Exámenes, ¿en serio? Adonis, no me mientas.
La respuesta de Adonis fue rápida, pero su nerviosismo era palpable. El silencio en la línea y su evasión solo incrementaban mis sospechas.
—¿Tienes a otra? —pregunté, mi voz temblaba. La idea de que me estuviera engañando con alguien más me ahogaba.
—Lais, no sé de dónde sacas eso. Te amo a ti, y sólo a ti.—su voz intentaba sonar segura, pero era evidente que algo escondía.
—No quiero pelear —dijo—. Estoy agotado y solo quiero dormir. Hablamos mañana, ¿te parece?
—Me lo dijo tu amigo hasta podría decir que es tu mejor amigo, basta de mentiras, seguro te estás acostando con alguien más —detrás de la línea hubo un silencio de su parte hasta que suspiro
---El hace ese tipo de bromas, no quiero pelear Lais estoy agotado y solo quiero dormir, hablamos mañana ¿te parece?--- Quería dejar la discusión así como si NADA además el fue quien me llamo ¿no?
A pesar de mi enojo, accedí a terminar la conversación, pero decidí que no podría dejar pasar esta situación tan fácilmente. Le corté la llamada, sentía el peso de su ausencia y la incertidumbre en mi pecho.
El siguiente día fue una mezcla de rutina y agitación. Mientras revisaba mi celular en la universidad, encontré un aluvión de mensajes y llamadas perdidas de Adonis. Sus palabras eran desesperadas, tratando de convencerme de que todo estaba bien, pero algo en su tono me decía lo contrario. Decidí no responder de inmediato.
Al día siguiente. En la cafetería, intenté centrarme en mis clases, pero el encuentro inesperado con Dexter:
Acabe mi comida y me dirigí a la salida pero me tope con Dexter, lo odiaba más que a todo el mundo, Adonis me lo había presentado hace unos meses atrás cuando nos volvimos novios intente hacerme su amiga pero falle en el intento, el nunca intentó ser mi amigo ni llevarse bien conmigo aparte también intentaba competir conmigo cuando tenía la oportunidad, pero nunca le tome importancia, desde ese día lo coloque como "Mala suerte" .Un chico paso corriendo cosa que hizo que tropezara y cayera encima de Dexter, era un momento bastante incómodo al menos para mi porque a el ni siquiera le tomo importancia, me levante de su encima y fingí como que no pasó nada pero toda la cafetería nos había visto
---Yo...perdón---me sentía avergonzada pero aún así pedí unas disculpas con una cara seria, como dije anteriormente no me caía bien así que intente notar lo menos molesta y avergonzada por caer encima de el
---¿Perdón? Pues tu cara no me convence pequeña-- Solía decir así ya que medía 1.70 que no es nada malo, podría decir que soy alta para ser una chica pero el media 1.87 es mucho más grande que yo
---Mira tu ni yo somos amigos y ya te lo dije, deja de decirme "pequeña" que podría barrer el piso contigo si quisiera--- fruncí el ceño de más
---No me retes Lais, no quiero que andes llorando--- los dos nos miramos fijamente con una mirada retadora
---El que saldrá llorando aquí serás tú idiota--- Río con ironía ---De que te reís imbécil--- no soportaba que sea así
---No perderé mi tiempo hablando con una niñita de colegio, ha y cámbiate de ropa porque creo que estas goteando---
Su actitud despectiva y el desafortunado accidente con mi ropa manchada solo aumentaron mi malestar. La vergüenza era palpable y se sumó a la tormenta emocional que ya estaba experimentando.
El día siguiente trajo consigo una revelación impactante. Una foto en Instagram de Adonis con Lea, mi mejor amiga, anunciando su matrimonio, me dejó en shock. La traición era devastadora, no solo por el engaño de Adonis, sino por la lealtad rota de Lea. Sentía como si mi mundo se desmoronara.
Cuando finalmente recibí una llamada de Lea, su intento de justificar lo injustificable solo aumentó mi dolor. La confianza se había roto de una manera irreparable. Decidí que, si no podía cambiar lo que había pasado, al menos podía encontrar una forma de salir adelante.
La rabia y el dolor que sentía hacia Adonis y Lea se convirtieron en una decisión firme. Si ellos querían jugar su juego, yo también lo haría. El plan de venganza que empezaba a formar en mi mente prometía ser tan sorprendente como doloroso.
Pronto recibí una llamada de Adonis y no dude en contestarle
---Hola hermosa, como estás---
---Adonis porque no me dijiste que te casarías---
---De que hablas linda, ¿estás bien?--- NO,NADA ESTÁ BIEN! TE ESTAS CASANDO CON MI MEJOR AMIGA, tenía ganas de decirle todas sus verdades
---Estoy perfectamente bien---
---Entonces porque dices cosas así---
---¿Es enserio Adonis? CON LEA!--- me estaba saliendo de mis pastillas
---Lea que tiene que ver aquí--- ¿cómo podía ser tan sin vergüenza?
---Enserio me vas lo vas a negar, te vas a casar con ella, porque no terminaste conmigo--- quería una explicación de inmediato
---Linda es solo una sesión de fotos tranquila--- eso fue lo que colmo mi paciencia
--¡¿Crees que me voy a tragar ese cuento?!--- hombre tenía que ser
Me moleste y le corte la llamada, a pesar de todo el enojo que tenía no podría odiar a Lea, les explico.