¿la forma en la que me amas? [terminada]

La culpa que se siente

Me encontraba hablando con Elian cuando me vinieron a visitar porque me sentía sola en aquella habitación. Él vino, pero en unos minutos tocó la puerta Dexter. La verdad, me sorprendió un poco, pero no abrí la puerta del todo; solo salí yo y Elian se quedó adentro.

—Dexter... ¿qué haces acá? ¿No te habías ido a tu casa?— Antes que nada, quería saber por qué estaba ahí y qué hacía tocando mi puerta.

—¿Quién es?— Pude notar lo fría que era su voz, aunque siempre es fría.

—¿Quién es?— Tal vez me estaba haciendo la tonta. Pues sí, ya sospechaba que se refería a Elian, pero quería confirmarlo.

—El chico de adentro, ¿quién es?— Pude notar cómo su voz cambió a una más molesta. Vi cómo intentaba ocultar aquel tono de voz.

—Un amigo, se llama Elian... espera, ¿cómo sabes que él ha venido?— Crucé los brazos; ahora esto estaba más sospechoso.

—Lo vi entrar, eso es todo.— Hice una mueca de no creerle. —Dije que lo vi entrar, ¿vale? Deja de hacer esas muecas; si no me crees, no es mi problema. Cree lo que quieras.— Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón y dejé caer mi peso sobre una pierna. Este chico estaba actuando de lo más raro.

Primero viene y me toca la puerta preguntando quién está adentro y luego actúa como si no le importara. Qué complicado es. Le dije lo que pensaba.

—Pues pienso que me has estado vigilando todo este tiempo, Dexter.— Levanté la ceja, pero sentí su mirada como si calculara cada uno de mis movimientos.

—Mejor me voy, también pagué una habitación, Lais.— Se incorporó y se dirigió a las escaleras. Me quedé mirándolo unos segundos antes de volver a la habitación y cerrar la puerta detrás de mí.

Mis movimientos no fueron los más adecuados, lo sé. Parecía que ocultaba algo, y si lo ocultaba, bien, ahora llegué aquí contando mi pequeña y oscura historia.

Mis padres no fueron millonarios ni mucho menos pobres. Tenían una economía regular hasta que mi padre decidió meterse en un trabajo que consistía en manejar transporte, sobre todo autobuses que iban de una región o ciudad a otra, mientras que mi madre trabajaba limpiando en una casa. Yo me quedaba sola en casa desde los ocho hasta los trece años; estuve sola todo ese tiempo, aprendí a cocinar, limpiar, lavar, entre otras cosas.

Un día, mi padre prometió que volvería temprano. Mi madre y yo lo esperamos, pero nunca llegó. Ella comenzó a preocuparse. Tenía doce años, apenas era una niña, cuando mi madre recibió una llamada. Ella quedó en shock por un momento y luego comenzó a llorar. Pensé que la habían despedido del trabajo o algo similar.

Pero luego mi madre cortó la llamada, se acercó a mí y se puso a mi altura, tomó mis manos y me prometió que las dos seríamos imparables. Eres una niña, me dijo, cuando mi padre murió y, cuando tenía la edad suficiente, me contó cómo había sucedido todo.

Ella me explicó que mi padre había muerto manejando el autobús; este cayó desde más de doscientos metros de altura. Me dijo que mi padre había tomado un par de cervezas, pero aún así estaba consciente para manejar. No vio del todo bien y cayó, causando que todos sus pasajeros murieran. Aún recuerdo los nombres de las personas que murieron; lo pasaron por las noticias. Mi madre anotó todos los nombres y apellidos de las personas fallecidas para luego pedir disculpas, pero la gente le gritó y maldijo.

Luego guardó todos los nombres en un cajón con llave. Antes de salir a comer con Dexter, decidí abrir ese cajón. La verdad, siempre tuve curiosidad por si mi madre había puesto algo más o solo nombres. Mi madre no estaba en casa, aunque casi nunca estaba, así que busqué en el cajón de llaves hasta que encontré la correcta; era color gris oscuro, a diferencia de las demás. Abrí el cajón y ahí estaba. Busqué y leí apellidos y nombres hasta que uno llamó mi atención: "Browns". Ese apellido se me hizo familiar. Busqué en la página web de la universidad la lista de un salón en específico, busqué y busqué hasta que lo encontré: Dexter Lixter Browns. Tal vez solo era una coincidencia, o no... Dexter me había contado que su madre había muerto, pero no me había dicho la causa. Tenía que saberlo, pero Dexter y yo apenas cruzábamos palabras.

Por eso le pedí a Elian que viniera; necesitaba hablar con alguien porque, en algún momento, me sentía mal. Nunca supe lo que es perder a una madre ni siquiera me imagino separada de mi mamá, así que entendía lo que tal vez él estaba sintiendo. Era solo un pequeño paso.

—Me enteré de que el autobús en el que murió mi padre también estaba en la misma ruta que el de tu madre, Dexter.— Mi amigo abrió los ojos como platos.

—¿Lo dices en serio?— Ya le había contado todo acerca de Dexter y lo que habíamos hecho para vengarme de Adonis.

—Sí, y si Dexter se entera, tal vez me odie por el resto de su vida, no me volverá a hablar y me evitará.— Solo de pensarlo, mis pupilas se dilataron y me puse algo triste.

—Pero no fue tu culpa, Lais. Eras una niña cuando pasó todo y Dexter tal vez también era un niño. Nadie tuvo la culpa, ¿vale?— En parte, tenía razón, pero si Dexter se enteraba de que yo tenía algo que ver con la muerte de su madre, él no lo entendería, me odiaría, y lo sabía.

—Lo sé, pero Dexter no lo entenderá. Sé que no hablamos seguido ni nos comunicamos como debíamos, pero al menos tengo un pequeño avance con él. Hablamos un poco o me trae en su carro, pero ese pequeño avance del cinco por ciento quedará en cero por ciento. Pero al mismo tiempo me siento culpable y creo que debería decírselo... no sé qué hacer, Elian.

—Lais, es mejor que se lo digas antes de que tal vez ambos sean amigos, ¿no? Por ahora solo son "conocidos" o al menos para Dexter, tú eres solo una chica que conoce. Si crees que deberías decírselo, entonces hazlo, Lais.— Bien, tenía razón.

—Bien, lo haré... solo prométeme que te quedarás en la habitación.— Él asintió con la cabeza y yo salí.

No sabía cuál era su habitación, así que comencé a tocar puerta por puerta. Mucha gente me miraba raro o molestos; en algunas no toqué por sonidos raros —supongo que ya entendieron— hasta que toqué una puerta y él abrió. Sentí mis mejillas arder y me puse algo nerviosa, solo me quedé quieta.



#134 en Ciencia ficción

En el texto hay: romace

Editado: 16.11.2025

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