Habitación 231

Dejé que Lais se fuera. Pude notar su nerviosismo, y por alguna parte tenía miedo de que ella volviera llorando o algo así. Lais me ha gustado desde que ambos nos conocimos en quinto de secundaria; yo era nuevo y ella fue la primera persona que se convirtió en mi amiga, y así ha sido hasta el día de hoy. Sé que no le gusto de la misma manera, porque... aunque ella no lo vea, le gusta Dexter.

Ella se estaba demorando más de lo normal, y no pensaba buscarla tocando puerta por puerta. Además, en muchas de esas habitaciones estaban haciendo de todo menos hablar. Solo de pensar que Dexter y Lais estaban... No, Elian, no pienses eso —dijo mi voz interior.

Ya era un poco tarde, y en una hora tenía que irme a casa. No podía quedarme hasta mañana. De pronto, entró Lais intentando esconder una pequeña sonrisa.

—¿Y bien, qué pasó?— Quería todos los detalles posibles.

—No se enojó, entendió la situación.— ¿Qué? No se lo quería.

—¿Segura? ¿Y por qué estás tan contenta?— Esto estaba raro.

—Por nada, me alegra que no me odie.— Bien, ahora sí, ella estaba rara.

—Lais, no me mientas, no estás alegre solo por eso. Dímelo.— Crucé los brazos y levanté una ceja.

—Bien... ¡NOS BESAMOS!— Gritó y saltó por la habitación. Sentí una presión en el pecho.

—¿S-se besaron?— Mi voz se entrecortó.

—Sí...— Intentó calmarse. —Pero fue un accidente, igual no es la gran cosa.

Bien, Lais estaba intentando ocultar la emoción de hace unos segundos atrás, diciéndome que "no es la gran cosa". No era tan idiota como para creerme ese cuento.

—Qué bueno, entonces.— Hice una seña de molestia.

—Ya te dije, fue un accidente. Perdón por la demora igualmente.— Solo asentí e hice un gesto con mi mano como si no importara.

—Ya me tengo que ir, ¿vale? Le prometí a mi madre que iría a ayudarla con unas cosas.—

—Sí, claro, no te preocupes. Gracias por quedarte.— Me abrazó. —Gracias por ser el mejor amigo. TE QUIERO.— Solo amigos, por siempre.

.

.

.

Redes sociales:

Instagram: @rafamepriv