¿la forma en la que me amas? [terminada]

Conexiones

Llegué a clases y me senté atrás. Adonis vino a besarme, pero lo interrumpí.

—Adonis, tengo que hablar contigo —le dije.

Él se sentó a mi lado con una expresión seria.

—¿Qué pasa, Lais? —me prestó la atención necesaria.

—No quiero decírtelo de esta forma, pero... —esto era algo incómodo. No sabía cómo se lo tomaría, y ese era el problema.

—Lo sé —respondió.

—¿Sabes qué? —no quería sacar conclusiones antes de tiempo.

—Lo de Dexter y tú, lo sé —sonrió.

—¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo contó? —La clase estaba por empezar, así que necesitaba la respuesta ya.

—Dexter, él mismo me lo contó —se fue a su sitio dándome una sonrisa de lado. El timbre tocó y comenzó la clase.

...

Al terminar las clases, cogí mi mochila y salí de la universidad. Hoy Dexter no tuvo clases, pero yo sí. Me dirigía a casa, y mientras caminaba, me llegó un mensaje. Pensé que podría ser de algún trabajo grupal o de un compañero, pero no, era de Dexter.

Gruñón:

—¿Vemos una película?

—¿Acaso no tienes tareas? —respondí.

—¿Sí? ¿Y qué? Las haré luego.

—Según lo que me contaste ayer, eres MUY responsable —le escribí, recordando su discurso sobre la importancia de mantener al día sus estudios.

—¿Quién ha dicho lo contrario? ¡Ven! Hay que ver una película —insistió.

—Me gustaría, pero no puedo. Tengo cosas que hacer —le expliqué, sintiendo un poco de culpa por no poder aceptar su invitación.

—Luego no te quejes de que no te invito a mi casa —respondió, acompañado de un sticker de enojo.

No pude evitar reír ante su reacción y guardé mi teléfono, pensando en cómo Dexter siempre encontraba la manera de sacarme una sonrisa, incluso en los días más pesados. Mientras continuaba caminando

Llegué a casa, dejé mi mochila en el suelo y me preparé un café. Me senté frente a mi escritorio, dispuesta a trabajar en las tareas que tenía pendientes, pero no podía concentrarme. La conversación con Dexter seguía rondando en mi cabeza. Me hacía falta verlo al menos un poco, aunque solo fuera por un rato.

Las horas pasaron, y aunque avancé en mis tareas, sentía una especie de vacío. ¿Era el cansancio? ¿O quizás la idea de haber rechazado un momento de relax con Dexter? Sus invitaciones no eran frecuentes, y eso las hacía especiales. A veces, parecía tan serio y reservado que estos gestos pequeños de camaradería eran un recordatorio de que también disfrutaba de las cosas simples.

De repente, mi teléfono vibró de nuevo. Esta vez, un nuevo mensaje de Dexter.

—Todavía no es tarde, ¿sabes? —decía su mensaje, como si hubiera leído mis pensamientos.

Sonreí y, sin pensarlo mucho, le respondí:

—¿Aún quieres ver esa película?, tienes tareas pendientes Dexter

—Por supuesto, te dije que las haré luego —replicó rápidamente.

—vale, solo déjame acabar la última tarea

Luego de media hora acabé, salí de casa con el mismo entusiasmo que había tenido cuando me escribió por primera vez. El trayecto hasta su departamento fue rápido, casi como si mi cuerpo supiera que era el lugar donde quería estar. Cuando llegué, Dexter me esperaba en la puerta de este, con una sonrisa en su rostro.

—Ya era hora —dijo, haciendo una mueca fingida de impaciencia.

—Bueno, aquí estoy —respondí, mientras él me hacía un gesto para que pasara.

Entramos y todo estaba preparado. La luz tenue, las palomitas de maíz ya listas en un bol, y una lista de películas en su pantalla esperando a ser elegidas.

—Parece que alguien ya tenía todo listo desde la mañana, ¿no? —el asintió con la cabeza y reí

—¿Tú elijes? —me preguntó, tendiéndome el control remoto.

Miré la pantalla, todas opciones interesantes, pero al final decidí elegir algo ligero, una comedia romántica, algo que nos permitiera disfrutar sin pensar demasiado. Nos acomodamos en el sofá, y la película comenzó. Pasaron los minutos, y aunque intenté concentrarme en la trama, mis pensamientos seguían volviendo a la conversación que habíamos tenido antes.

—¿En qué piensas? —preguntó de repente Dexter, notando mi distracción.

—Nada importante —respondí, encogiéndome de hombros.

—Mentira. Se nota que algo te ronda la cabeza —insistió, mirándome con esa intensidad que a veces me intimidaba.

Suspiré, sin saber si realmente quería entrar en una conversación profunda en ese momento, pero Dexter parecía dispuesto a escuchar.

—Simplemente... no quiero que pienses que no valoro el tiempo que pasamos juntos o que no quiero pasar tiempo contigo —dije finalmente, sintiendo un nudo en la garganta—. A veces estoy tan atrapada en mis responsabilidades que olvido disfrutar estos momentos.

Dexter sonrió y negó con la cabeza.

—No te preocupes por eso, Lais. Entiendo lo que es tener muchas cosas en la cabeza. Solo intento recordarte que también es importante relajarse de vez en cuando siempre y cuando nos descuides las responsabilidades y comprendo si en algunas ocasiones rechazas mis invitaciones, se que tienes cosas que hacer —dijo con una calma que me reconfortó.

Nos quedamos en silencio por un momento, dejando que la película continuara mientras nuestras mentes procesaban la conversación. Agradecí la forma en que Dexter manejaba las cosas, sin presiones ni dramatismos. Era uno de esos pocos que sabían encontrar un equilibrio entre ser serios y saber cuándo soltar la cuerda un poco.

A medida que la película avanzaba, me recosté un poco más en el sofá, sintiéndome más relajada. Dexter se inclinó hacia mí y me abrazó suavemente, lo cual me sorprendió. No era del tipo que mostraba afecto fácilmente, y este gesto, aunque pequeño, me llenó de una calidez inesperada.

Terminamos de ver la película en un silencio cómodo, disfrutando simplemente de la presencia del otro. Cuando los créditos comenzaron a rodar, Dexter me miró con una sonrisa satisfecha.

—¿Ves? No fue tan difícil desconectar por un rato.



#134 en Ciencia ficción

En el texto hay: romace

Editado: 16.11.2025

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