La forma en que lo veo - diario del diario de un border

Desesperación

Hay dos cosas que decir el día de hoy: Sólo puedo escribir cuando tengo una emoción fuerte muy reciente y esta rodilla sigue doliendo.

No crean que todos los días de mi vida tengo emociones muy fuertes,he pasado incluso semanas sin una... creo. El punto es que a pesar de llevar años de mi corta vida escribiendo para calmar mi desesperación, apenas me doy cuenta en que momento debo hacerlo para que esto se sienta como algo que vale la pena leer. Tengo noticias, esto sigue doliendo mucho y de hecho ya no puedo estirar la pierna sin que me duela, empieza a doler más la otra, la que no debería doler. Esto de andar en muletas es muy lento, poco práctico y doloroso. La parte de arriba de los brazos, entre los hombros y la axila duele mucho, supongo que es cansancio o supongo también que si no tuviera la condición física de un panda y la fuerza de un gato, no dolería tanto. Pero es muy tarde para arrepentirse.

Ni siquiera recuerdo que emoción fuerte tuve hoy, me levanté a las 4 de la tarde y hasta fui al cine, no hay nada desesperante ni malo en eso. Pero mi gato está acostado al lado de mi y acabo de ver el club de la pelea, así que cualquier emoción que Fincher me haya inspirado será puramente desahogada en este texto. Debo recordarles, que este diario es sobre mi problema, así que todo lo que escribo aquí es porque me causó un conflicto más en la ya frustrante existencia que tengo. Hay pocas emociones que tengo bien identificadas, incluso estudiadas y algunas veces ya controladas. Pero las que son menos frecuentes o me hacen hacer menos cosas estúpidas son las que aún debo analizar, pues según mi terapeuta conocerme es la mejor forma de combatir este trastorno o al menos vivir en paz con él.

Constantemente tengo ira, tristeza y una excesiva felicidad, pero el miedo, hoy hablaremos del miedo, ese no es algo que me haya parado a pensar. Honestamente, la ansiedad es el estado de ánimo que menos problemas me ha causado, incluso debo decir que ciertamente ha cumplido su función principal de existir: mantenerme a salvo. Lucero ¿Por qué hablas de miedo, ansiedad y el capítulo de llama desesperación? Pues amiguitos, todo viene de donde mismo. El miedo me causa ansiedad y la ansiedad en mi se dirige a dos caminos únicamente: La tristeza o la desesperación. Hoy nos encontramos en una etapa afortunada, pues la desesperación me ha llevado a las cosas más productivas de mi vida. La falta de dinero, la falta de amigos, de conocimiento, de alguien con quien hablar, la falta de libertad. Todo eso me genera desesperación, en cierto modo es un miedo, pero es la respuesta urgente de él, así que acudo a mi instinto de supervivencia y la desesperación me hace moverme, levantarme de la cama, hacer funcionar ese excepcional cerebro que me cargo y ser funcional. Entiendan que en mi vida mantenerse funcional es igual de difícil que desactivar una bomba, porque cortas el cable equivocado, tienes una explosión de emociones que jamás sabes en qué terminará.

No estoy moviendo la pierna ni 2 centímetros y duele horrible. Me da envidia la flexibilidad que tiene mi gato y me estoy entumiendo en esta posición, tengo miedo de perder mi empleo porque tengo el presentimiento de que mañana iré con el médico y va a darme malas noticias, otros días más de incapacidad o una cirugía. La segunda sería lo mejor que puede pasarme. Pero al menos puedo seguir escribiendo. 

Decía, que el miedo tiene muchas formas de expresión, algunos lo expresan tirándose al vacío y detienen su vida para luego arrepentirse de no haber hecho nada. Otros generan ansiedad y los pensamientos en su mente los atacan cual avalancha, sin dejarlos vivir tranquilamente, un montón de idealizaciones sobre lo que puede pasar o no, inventos de la mente que pretenden proteger pero sólo alimentan la falta de aire, dificultad para respirar, esa sensación de claustrofobia, las autolesiones en pequeña escala como morderse los labios, uñas, pellizcarse o golpear cosas, hasta llegar a las lesiones en grados altos, de las cuales no hablaremos hoy porque es un tema más delicado y que no siento. Por último, pero no menos importante, está la desesperación, esta que te llena de miedos, de ideas catastróficas y tristeza mezclada, no es suficiente de las dos anteriores, pero están siempre juntas. Tienes miedo de lo que va a pasar, si, pero tienes esperanza porque tu vida va en un momento decente donde ves buenas oportunidades, no quieres volver a ese hoyo depresivo del que acabas de salir, quieres volver a tu vida normal, pero la idea de no poder hacerlo da vueltas por tu cabeza sin parar y te recuerda el montón de cosas malas que pueden pasar. Quizá debas volver a casa con tus padres, quizá no puedas tener dinero suficiente para ejecutar los planes que tenías, quizá vuelvas al momento del que tanto luchaste por salir. Quizá la vida te regresó justo de donde viniste. 

¿Alguna vez han salido a correr? Estar a sólo unos pasos de completar el circuito y puedes ver la meta a la perfección, puedes ver que tus pies se mueven y cada grano en el piso lo puedes sentir en la planta de tus zapatos. Esos últimos segundos parecen eternos, como recorrer ese camino otras seis veces, pero con las sensaciones a tope, el aliento sintiéndose por todo tu cuerpo y cada sonido más allá de ti es inaudible. Así se siente estar desesperado, una eterna carrera, que sabes que no puedes parar, quieres seguir y llegar, pero todas las sensaciones invasivas te arrastran lejos y lejos de donde quieres llegar. La tristeza latente y la ansiedad actuando, todo mezclado en un eterno momento, del que luchas por salir. Mi mente siente las primeras dos todo el tiempo y es usual dejarme llevar por ellas, son amigas usuales del barrio, hasta mi mamá las conoce. Pero la desesperación, esa es una que ni yo había explorado con tanto detenimiento. La veía pasar a veces, pero jamás duró tanto, las otras dos la alejaban de mi, no querían verme jugar con ella. Supongo que son egoístas. Ahora que la veo por fin, que la conozco, es una extraña sensación, la quiero fuera, lejos, pero me gusta la idea de conocerla finalmente, porque eso significa que hay un poco de esperanza en mi. Recuerdo que de más pequeña, deseaba, dentro de esas 4 paredes, tener algo, alguna enfermedad, no poder caminar o tener algo tan contagioso que alejara a todos por su seguridad. Pero en ese tiempo, la esperanza que tenía era rápidamente aplastada por las ideas de mis padres, así que no me quedaba más remedio que dejarme llevar por las dos únicas amigas que tenía y que sabía que me mantendrían segura: el la tristeza y la ansiedad.



#27185 en Otros
#2294 en No ficción
#8376 en Relatos cortos

En el texto hay: adolecente, borderline, salud mental

Editado: 31.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.