Daphne caminaba por los pasillos de la Universidad Autónoma Estatal de Kyoukinia(UAEK) a averiguar las fechas de matriculación y los documentos necesarios. Entonces, se encontró con un afiche que atrajo su atención. Lo leyó y lo guardó. Corrió hacia las oficinas de la facultad.
Al regresar a casa, Daphne encuentra a su padre sentado frente a su portátil. Ella le preguntó:
-Papá, ¿puedo ir a un campamento de verano en Anadoria?
-¿Anadoria? ¿Por qué quieres ir hasta allá?
-Es una pequeña parroquia de la ciudad y el tema del campamento está muy interesante.
Joshua regresó a verla.
-¿Ah, sí? ¿Y de qué trata?
-Es de aprender a encontrar la vocación de uno.
-¿Y cuál es tu vocación, Daphne?
-Aún no lo sé. Por eso me gustaría ir.
-De acuerdo. Hagamos un acuerdo, ¿qué te parece?
-Papá...
-Si no te decides por una carrera hasta finalizar el campamento, entonces te matricularás en Administración de Empresas y la terminarás sin reprobar. ¿Está claro?
-Sí, pero si no me gusta la carrera que me impones, entonces escogeré otra.
-Eso depende de lo que decidas.
-Entonces sí, acepto tu acuerdo.
-Prepararé los materiales que me dieron en la universidad para que los repases.
-¿Realmente quieres que siga tu misma trayectoria?
-Todo está en ti, Daphne. No todo es diversión en la vida ni en los negocios.
Daphne suspira. Ella responde:
-Para cuando regrese tendré la respuesta para ti.
-De acuerdo. Ahora necesito terminar un trabajo, así que te agradecería que no me interrumpas.
-Bueno.
Leonard toca la puerta de la habitación de su hermana.
-Entra.
Daphne supone que es su hermano.
-¿Qué pasó, Leo?
-Necesito que me prestes tu calculadora y tu regla.
-¿Qué pasó con tus cosas?
-Las dejé en casa de un compañero. Prometo devolverte enseguida.
-Entra y coge. Ya sabes dónde están.
-Gracias.
Leonard camina hasta el escritorio y luego de unos segundos, sale de la habitación.
Daphne toma su celular y revisa sus mensajes. Alguien le había escrito por WhatsApp.
J: Hola, Daphne.
D: ¿Quién eres?
J: Jason. Hablamos la otra vez.
D: Hola, Jason. ¿Cómo obtuviste mi número?
J: En la agenda de contactos de mi padre.
D: Debí sospecharlo. Han pasado días desde que conversamos.
J: Sí, lo sé. ¿Te han dicho que eres linda?
D: No mucho. ¿Por qué?
J: Porque lo eres, Daphne. No soy muy bueno en entablar una conversación con una chica muy linda.
D: Pero esa vez hablabas sin nervios.
J: Por dentro estaba muy nervioso. Y no quisiera molestar a tu novio. Por eso mantenía distancia.
D: Déjame decirte que no tengo novio. Mi padre no quiere que esté con un chico sino hasta los 18 años.
J: Pero de seguro tienes a muchos haciendo cola.
D: Oye, eso duele. Aunque no eran muchos que querían salir conmigo.
J: Bueno, perdón por ser tan pesado. Pocas chicas querían salir conmigo, pero era más porque querían tener más contacto con mi padre por su cargo. Pero tú, bueno, fuiste tan sencilla y honesta. Fuiste una amiga de verdad.
D: Así soy yo. No soy arrogante por ser de familia adinerada. Trato de ser más cercana con las personas y no ser egocéntrica.
J: Lo mismo digo. Por eso nos llevamos bien.
D: Ya que hablamos de sinceridad, tú eres bastante comprensivo y amigable. No te afanas por ser hijo del alcalde.
J: Gracias, Daphne.
D: De nada. Y cuéntame, ¿ya le has dicho a tu padre lo que quieres ser?
J: Sí. Antes de que se vaya a una rueda de prensa. Salió un poco descontento de la casa. Pero no se exasperó.
D: Bueno, quizá se tuvo que controlar para no arruinar su imagen ante las cámaras.
J: Eso es cierto. Y dime, ¿ya le dijiste a tu padre que quieres ser fotógrafa?
D: Se lo diré al final del campamento.
J: ¿Te vas a ese campamento de verano en Anadoria?
D: Sí. Me llamó mucho la atención.
J: Entonces nos veremos allá. Yo también iré para dejar a mi padre tranquilo.
Daphne se ríe con delicadeza.
D: Eres divertido, Jason. Me agrada tenerte como amigo.
J: Lo mismo digo, Daphne.
Y así estuvieron conversando hasta bien tarde. Daphne se sentía contenta porque no estaría sola.