Coral y Daphne se mantuvieron despiertas. Daphne le preguntó:
-¿Crees que él me ayude con la fotografía?
-No lo sé. Tendrías que pedírselo amablemente.
-Ya te dije que no soy muy buena manteniendo una conversación con un muchacho.
-Solo debes tomarlo con calma y dejar que fluya. No pienses en el fracaso.
-¿Me darías una mano?
-Lo siento, pero yo iré con Martin.
-¡No es justo! Somos compañeras de paseo.
-Sí, aunque no significa que él y yo nos iremos lejos.
-Coral...
-Ve con tu chico y dile que necesitas ayuda. Eso es todo.
-Para ti es fácil decirlo.
-Deberías intentarlo, Daphne.
Dustin tomaba fotografías a un riachuelo junto a unos árboles. Se detuvo cuando presenció a Daphne.
-Hola.
-¿Qué andas haciendo por acá?
-Venía a relajarme en este lugar tranquilo y recibir inspiración. No sabía que estabas por aquí.
-Ah, bueno.
-Dustin, disculpa por la interrupción que te hago. No es mi intención.
-No te preocupes. Creo que eres agradable.
-¿De verdad?
-Sí. Y también linda.
-Gracias por creer que soy linda.
-De nada.
-Yo creo que eres muy talentoso y simpático.
-Me siento muy halagado. Gracias, Daphne.
-De nada.
-¿Y tu compañera de paseo?
-Está haciendo ese trabajo. Está con un tal Martin.
-Ah, ya veo. Pues qué mal.
-Lo sé. Oye, Dustin, ¿podrías prestarme tu cámara?
Regresa a verla fijamente.
-Lo haría con gusto, pero no es mía. Es propiedad del campamento. Tengo que cuidarla mucho.
-Entiendo. No pretendía ser una aprovechada.
-Tranquila, Daphne. Te enseñaré a cómo tomar una fotografía para que puedas presentar.
-¿Harías eso por mí?
-Por supuesto que sí. Lo hago porque me gustaría ayudarte.
-No sabes cuánto te lo agradezco, Dustin.
-No tienes que agradecérmelo, Daphne. Ahora vamos a empezar con lo más básico.
Por una hora, ellos estuvieron platicando y riendo. Daphne aprendía a tomar una fotografía con una cámara profesional mientras que Dustin investigaba sobre ella.
-Eres un buen amigo, Dustin. No sé si alguien más hubiera tenido esa paciencia conmigo.
-Yo tengo mucha paciencia para enseñar de fotografía. No es la primera vez que lo hago.
-Eso explica muchas cosas.
-No le digas a nadie que te ayudé.
-No lo haré.
-Bueno, creeré en tu palabra. Ahora debemos regresar.
-Es muy pronto para regresar.
-Daphne, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Sí, claro.
-¿Por qué una hermosa chica como tú está indecisa de escoger una vocación?
-No lo sé. Quizá mi madre y mi padre eran dos seres muy opuestos y ambos vivían sus profesiones por separado.
-¿Tu madre era fotógrafa?
-Sí, lo era. Trabajó como reportera y periodista. Antes de morir, me entregó una caja con las notas periodísticas que ella redactó. Las sigo leyendo. Y aparte de eso, he visto las fotografías que ella tomó. Son maravillosas.
-Entiendo. Mi padre fue indiferente conmigo en ese aspecto. Nunca le importó realmente sobre nuestro futuro. No sé qué tan bueno es el dueño de una fundación de ayuda fingiendo en ser humanitario y solidario.
-¿Tu padre es Max Coleman?
-Sí, aunque no me llena de orgullo decirlo. Tal vez compensaba su desinterés en casa al ayudar a otros más necesitados que yo.
-Somos unos privilegiados, aunque no lo tenemos todo.
-Sí, definitivamente lo somos. Vivimos rodeados de mentiras y de lujos que se consiguen para llenar ese vacío emocional.
-Es una buena frase. Dustin, ¿es cierto que tu padre te desheredó?
-Aún no lo sé. Pero ya son más de 10 años que no sé nada sobre él. Excepto lo que sale en las noticias, claro está.
-Te comprendo. A veces no sé quién es realmente mi padre.
-¿Y quién es él?
-Es...un señor que se ha entregado más a su trabajo que a su propia familia. Mis hermanos y yo creemos que él ha perdido su humanidad por completo. Es un robot que trabaja para sí mismo.
-Es una lástima.
-Lo es. Ya deberíamos regresar.
-Espera. Antes de eso, quisiera tomarte una foto.
-¿A mí? Pero no estoy arreglada ni bien vestida.
-Así como estás ahora te ves genial. Por favor, Daphne.
-De acuedo, Dustin. Pero no se la muestres a nadie.
-No lo haré. Colócate junto a ese árbol.
Daphne se colocó junto a un árbol de costado. Ella sonrió y miró a la cámara.
-Te ves muy linda.
-Gracias.
-Volvamos a las cabañas.
Ambos regresaron a las cabañas. Dustin y Daphne sonrieron por unos segundos.