La fuerza de un enamorado 2: Las vacaciones contigo

Antes de continuar

Ya el tiempo había seguido transcurriendo y la navidad se veía próxima en sus caminos, Pero, a pesar de que este llegase a ser un muy pequeño tiempo en la que pudieran estar atendiendo en la tienda, Lui estaba seguro que estas vacaciones habían sido las mejores en todo este tiempo.

Durante el tiempo que llevaban, había logrado hablar un poco más con Elva y, a pesar de que a ella se le pasaba más de alguna forma de retarlo durante este tiempo para lograr demostrar quien es el mejor de los dos, muchos de estos habían terminado siendo divertidos. Ahora, ya viendo que las clases volverían en enero, no podía pensar en que hacer para mantenerse comunicado con Elva durante ese tiempo. Se podría decir que más bien era que cuando esto terminase, sería un poco más el tener que terminar volviéndose a ser tan distantes como lo eran antes de que hablaran por primera vez.

Suspirando, Lui veía como Elva estaba limpiando los estantes mientras el limpiaba el mostrador. Al ver que ella lo hacia con una gran sonrisa en el rostro y tarareaba alguna canción, pensó – que más da. La verdad, será mejor que no me quede pensando en esas y termine rápidamente de limpiar – y continúo limpiando lo más rápidamente que le era posible.

Después de un buen rato, los dos al fin habían terminado de realizar la limpieza del lugar. Doña Reina, que les traía un vaso de caliente para que tomaran con unas galletas, los llamo mientras decían – niños, vengan a comer algo – y, colocándolo en la mesa, dio un pequeño vistazo al lugar que estaba ya limpio. Con una sonrisa en el rostro los vio como los dos tomaban muy felizmente y comían las galletas con el caliente.

Doña Reina se sentó junto a ellos y comenzó a decir – bueno niños, creo que el día de hoy se han de quedar aquí solos por un poco de tiempo en lo que voy hacer unas compras. Por supuesto que hablaré con alguien para que les vengan a dar un vistazo en este tiempo. Espero que puedan comportarse mientras tanto – los dos – sí – y así, después de unos minutos, Doña Reina salió.

Desde que doña Reina salió, Lui y Elva se sentaron a esperar a que alguien llegara. Al parecer empezaba a ser aburrido sin tener nada que hacer, es por ello que el tiempo empezó a correr un poco más lento de lo normal. Durante el tiempo que habían estado los dos juntos atendiendo la tienda, al parecer se acostumbraron a poder estar juntos y, en este momento en que no tenían nada que hacer, no podían pensar en algo para hablar ni en que poder seguir haciendo para pasar el tiempo.

Lui, en ese momento no se había dado cuenta pero ya no tenía ese miedo por estar con junto a ella y no le hacía sentir nervioso como antes. Lui, que estaba viendo la tienda vacía y, como no había música sonando, todo era demasiado tranquilo que el sueño comenzaba apoderarse de él. Con un bostezo, cerró los ojos por un momento mientras pensaba – que aburrido estoy, si tomo una pequeña siesta – luego en voz baja - ¿Será que estará bien? – Bostezo – cuando despierte ¿todo estará bien? – y cerró los ojos con un profundo sueño que le hizo quedarse dormido por unos cuantos minutos en los que no supo lo que estaba pasando, o eso era lo que debía de ser. Pues, al ser que ni un cliente paso durante ese lapso de tiempo, nadie los podía interrumpir para nada ni interponerse entre ellos. Aunque Lui creyera que todo estaba bien, en lo muy profundo de su ser sabía que algo estaba mal con él y no podía seguir así. Sin comprender que era lo que estaba cambiando en el ambiente y la forma en que el miraba las cosas así como todo lo que pasaba a su alrededor estaba caminando a otro ritmo que nunca se lo hubiese imaginado antes, es por esa razón que no lograba entenderlo.

Mientras Lui dormía un poco, Elva se levantó y, pasándose al otro lado de Lui, agarro un marcado negro para dibujarle unas caritas en su rostro. Miró detenidamente a Lui y, acercando el marcador al rostro de Lui, se detuvo por un instante antes de que el marcador lo tocara.

Elva, mirando con atención al rostro inocente de Lui, pensó – que... pero qué es esto. No puedo decir si es mejor verlo así dormido pero, por alguna razón, siento que no puedo hacerlo y sólo quiere verlo – miró fijamente a Lui sin siquiera decir ni una palabra y, empezando hacer las primeras rayas para hacerle unos bigotes de gato, comenzó a sentir como que esto era demasiado divertido y lo hacía con mucho cuidado para que no se despertará tan fácilmente.

Al terminar de dibujar en su rostro, dijo – esto te pasa por estar desprotegido y quedarte dormido de la nada. Recuerda que no puedes bajar la guardia en contra de tu rival, pues si lo haces, este es el resultado – y se rió un poco.

En eso entro una de sus amigas a la tienda al oírla reír. La amiga de Elva, que la vio muy feliz, se acercó mientras decía – hola Elva – y Elva, al darse cuenta de que su amiga entro, con un sobresalto, rápidamente se calmó y coloco el marcador debajo de ella.

Su amiga, con una sonrisa, dijo – veo que estas muy feliz, me pregunto qué cosas divertidas estabas haciendo – a lo que Elva respondió inmediatamente – nada, nada... nada de nada – su amiga, acercándose a ella, continuó diciendo – estas segura – Elva, un poco sorprendida aún – sí – su amiga – está bien – luego vio a Lui que estaba durmiendo y que tenía unas rayas dibujada en su rostro. Con una sonrisa un poco maliciosa, saco de su bolsa un marcador y se acercó a Lui para dibujarle también en el rostro.

Elva, al darse cuenta de esto, rápidamente la detuvo mientras decía – ¡¡AH!! ¿Qué planeas hacer? – su amiga – no es obvio, también quiero divertirme dibujando en su rostro – Elva, un poco agitada, le quito inmediatamente el marcador y luego dijo - ¡¡¡NO!!! ¡No puedes hacer eso! – a lo que su amiga, un poco enojada, respondió – Pe... pero si también lo hiciste, como es posible que no lo pueda hacer también – Elva, un poco molesta, respondió – no es no. No puedes hacerle eso ni por lo más tentador que parezca – su amiga, sin que ella se diera cuenta, saco otro marcador de su bolsillo y, en el momento en que este toco el rostro de Lui, sintió de una presión amenazadora que le hizo detenerse y voltear a ver de qué se trataba y, al ver el rostro furioso de Elva, con un poco de miedo, dijo – es broma – y guardo el marcador.



#24674 en Novela romántica

En el texto hay: romance

Editado: 14.07.2021

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