Noche buena y el último día en la tienda

Sin siquiera poder sentir como paso el tiempo, ya había llegado estaban por llegar la noche buena y con ello el final de estar en la tienda y, a la vez, el tiempo en que Lui podía estar con Elva. Es sin duda la despedida de este tiempo en la que platicaban, jugaban, compartían y se reían lo que no había podido imaginarse que podría pasar con ella. Es por tal razón que Lui, que se había acostumbrado mucho a este corto periodo que empezó a pensar – Cuando termine todo esto, ¿podré volver a pasar alguna otra vez un tiempo como este con Elva? No quiero que termine de esta manera, pues no lograré evitar que, cuando inicien las clases, vuelva aparecer ese gran muro entre nosotros – en voz baja – si tan sólo el poder seguir así por siempre fuera posible –. Elva, que justamente paso por el lado de Lui, se le acerco por detrás y dijo, cerca de su oído – dime ¿Qué estas murmurando? – lo cual hizo que Lui diera un salto del susto.

Elva, que se reía de la reacción que hizo Lui y la expresión que puso, estaba totalmente feliz y clamada como era de costumbre. Lui, que no sabía cómo responder ante tal pregunta, sólo guardo silencio, lo que provocaba una mayor curiosidad a Elva.

Sin lograr obtener una respuesta por parte de Lui, después de estar viéndolo incesantemente y preguntar a cada cierto tiempo "Dime que estabas diciendo", lo único que paso fue que Lui estuviera un poco incómodo. Por ello, Elva sin dejar su curiosidad de lado, se le ocurrió una idea para lograr obtener lo que quería.

Sacando de su mochila unas galletas de navidad, se acercó a Lui y dijo – mira lo que he traído. No crees que sería una buena idea el comerlas en este momento – con una sonrisa en su rostro, hizo que Lui pensara – no puede ser, es real lo que está pasando. Será... será, ¿será que estará bien si tomo una de estas? – Y luego dijo – bueno, no parece una mala idea – y empezó acercar su mano para tomar una de estas. Mientras tanto, la mirada de Elva atenta y con una sonrisa de haber conseguido lo que quería, hizo que Lui se detuviera por un momento y dijera – este, ¿Estas segura de querer compartirlas conmigo? – a lo que ella asintió.

Lui, ya un poco más tranquilo al contar con la autorización de Elva, tomo una galleta y comenzó a comer. Mientras comía, Elva pensaba, mientras se podía describir que en este momento Elva parecía como un gato que mira atentamente en busca del momento adecuado para poder lanzarse sobre su objetivo.

Conforme Lui seguía comiendo las galletas, Elva se le acercó un poco y luego dijo – de acuerdo, entonces, ya que veo que te han gustado bastante las galletas. Pero, me gustaría conocer lo que estabas diciendo – Lui, alejando su mano de las demás galletas, entro por un instante en pánico para luego darse la vuelta y decir – creo que hay que limpiar un poco el mostrador, será mejor que vaya por un limpiador para poder pasarlo y así mantenerlo limpio – y empezó a dirigirse a la parte de atrás. Pero, Elva, al darse cuenta que quería escaparse, dijo – no te saldrás tan fácilmente de esta situación sin siquiera haberme dicho la verdad – y se lanzó sobre Lui para evitar que este siguiera intentando escapar.

Al caer en el piso, Elva se encontraba sobre Lui y no lo dejo que se levantara y, de esta forma, continuó diciendo – está bien que quieras escaparte sin decir nada, pero estás muy equivocado si piensas que lo puedes hacer tan fácilmente de mí –. Lui, mientras intentaba librarse de Elva sin tener que tirarla, pensaba – si continuamos de esta forma, no creo poder salir de esta situación. Pero... pero si tengo una oportunidad de escaparme de este problema, sólo hay una forma que es la que ella aceptaría sin dudarlo en lo más mínimo y es... – en alta – Elva, sabes que no te lo puedo decir ya que al fin y al cabo somos rivales – Elva, al escuchar esto, por alguna razón le molesto y empezó a presionar más a Lui respondiendo – y ¿eso que tiene que ver con que somos rivales? – Lui – es simple, tú, como mi rival, nunca tratarías de revelar un plan para ganarme sino que esperarías hasta que sea el momento adecuado para demostrarlo – Elva, sintiéndose furiosa, dijo – este... este... este, ¿Acaso crees que soy alguna clase de persona que le guste ser tramposa mientras realizo alguna competencia por vencer a mi rival – Lui, sintiendo que no lo había dicho bien, dijo rápidamente – no, Elva... no es lo que quise decir, sino... – Elva – sino ¿Qué? Habla de una vez – Lui – está bien, pero déjame por favor – Elva, refunfuñando, contesto – está bien – y se levantó dejando que Lui se pudiese parar.

Lui, una vez se levantó, comenzó a decir – Elva, sabes que cada vez que se hace una competencia, cada uno tiene su forma de hacerlo lo cual le ayuda hacerlo de una mejor manera como el conseguir que este sea mucho más fácil para este – Elva – bueno, eso es verdad – Lui – entonces, si pudieras contar con alguna habilidad o hallas encontrado una forma de hacer que algo sea más fácil, por supuesto sin hacer trampa, estarías dispuesta a contarme para que después termine haciendo lo posible por que este sea más beneficioso para mí que para ti – Elva – la verdad, no lo creo – Lui – esa es la razón por la que no podría decírtelo, ya que las habilidades de cada uno siempre será diferente debido a las diferentes formas en que hacemos las cosas – Elva – pero, pero, aunque no se lo enseñe a nadie más, puedo mostrártelo incluso antes de que compitamos para que sea un duelo justo. Por supuesto que no desconfió en que hagas algo malo con este y, si es que me ganas una vez que te lo enseñe, significaría que no soy tan buena pero también que puedo mejorar y ganarte una próxima vez – Lui, al escuchar esto, se quedó callado y, luego de pensarlo detenidamente, dijo –está bien, si estas dispuesta a decirme tu carta de triunfo aunque esto signifique que no me ganaras, entonces no puedo quedarme sin decirte lo que estaba pensando – Elva, sonriendo al escuchar esto, asintió la cabeza en espera a que Lui empezara hablar.