La fuerza de un enamorado 4

¿Cómo puedo…?

Lui, tras no haber logrado conseguir que Elva los acompañara el poder estar con ellos durante el aniversario del instituto, decidió que sería una buena idea el poder comprar algo para regalarle, pero el gran problema radicaba en que poder escoger alguno que le gustara y dárselo sin motivo alguno, sería un poco difícil de explicar.

 

Sin tener nada en mente, Lui empezó primero el arreglar un regalo para Elva y aunque todavía no podía pensar en uno en específico, esto no se volvería en un obstáculo que él no pudiera sobrepasar. Es por ello que, para evitar el cometer un error tan fatal como el de comprar algo que no le gustara a ella, decidió invitarla a salir con él uno de estos días o eso debería de haber sido su plan.

 

Sin  siquiera saber cómo todo había sucedido, se encontraba justo en el parque cerca del instituto al que asistía en espera de que los demás llegaran. El motivo por el cual no se reunieron cerca de donde viven es porque todos debían de ir a diferentes lados de primero, entonces quedaron en reunirse a las diez  en punto en el parque.

 

Esta salida fue planeada por Nina, quien se sentía mal por no haber logrado aprovechar aquel día en el bus y quería hacer todo lo posible por lograr su objetivo a través de esta salida. Aunque pareciera sólo una forma de diversión para Nina, esto terminaba siendo una buena oportunidad para Lui de lograr conseguir alguna información sobre lo que le podría gustar a Elva y poder regalárselo en otra ocasión.

 

Lui, mientras esperaba en el kiosco, Laila se le acercó por detrás y le habló, pero como ella hablaba con un tono de voz un poco suave, en ocasiones no la escuchaban cuando ella les hablaba y esta no fue la excepción. Laila, que ya estaba acostumbrada a eso, se quedó atrás de Lui mientras volvía a intentar hablar un poco más fuerte, pero, como estaba nerviosa de salir con todos ese día, su voz no salía en lo más mínimo, es por ello que, dándose por rendida en tratar de hablar, tocó el hombro de Lui para que este se diera cuenta de ella. Pero, en el momento en que hizo esto, Lui se asustó y se volteó precipitadamente haciendo que Laila retrocediera un poco y se tropezara con sus pies y cayera sentada.

 

Lui, al ver que se trataba de Laila, inmediatamente le extendió la mano para ayudarla a levantarse mientras decía – discúlpame Laila, no me había dado cuenta de que estaba detrás de mí. Así que creo que me sorprendí un poco y terminé haciendo que te cayeras – Laila, mirando a un lado, respondió – n no… no hay problema, f… fu… fue mi culpa por aparecer así de repente –.

 

Laila, tomando la mano de Lui, se levantó y luego se sacudió un poco su falda color verde pastel. La falda de Laila, que le llegaba unos dos o tres centímetros debajo de la rodilla, con una blusa de manga corta color azul turquesa y zapatos blancos, fue la elección que ella realizó para poder salir con sus amigos ese día el cual le llevó un poco de tiempo el elegir la ropa que iba a llevar para esta ocasión.

 

 Laila, un poco avergonzada por haberse caído debido a ser sorprendida por Lui en el momento en que se volteó repentinamente, quería irse de inmediato y olvidarse de todo mientras estaba en su casa y miraba algún programa de televisión o mientras tomaba un poco de té o atol.

 

Lui, viendo la expresión que puso Laila, se rió un poco, lo cual hizo que ella dirigiera la mirada a Lui y preguntara – e… este ¿De qué te estás riendo? – Lui – bueno, no es nada, sólo que creo que es un poco más divertido el esperar a los demás acompañado de alguien en lugar de estar solo – dejó salir un pequeño suspiro. Laila, sin comprender el por qué Lui decía esto, se preguntaba a sí misma si estaba bien Lui o no, pero él empezó a decir – bueno, la verdad es que ahora me siento un poco más calmado después de haberme reído un poco  y todo es gracias a ti – Laila – ¿a mí? – Lui – Sí – Laila – pe… pero yo no he hecho nada – Lui – bueno, no es que no hayas hecho nada, es sólo que al ver como pareces estar un poco más tranquila, creo que haces que los demás también se sientan igual – Laila – este, pero yo no estoy… bueno… este… – Lui – no te preocupes por nada Laila, ya que yo también estaba un poco nervioso cuando Nina propuso el juntarnos el día de hoy y salir a dar unas vueltas por el lugar. Y… para serte sincero, me sentía un poco más nervioso de lo usual, pero… no sé el por qué, pero como el estar junto a ti me da una clase de calma y puedo hablar un poco más libremente – después de eso se rió un poco y continuó diciendo – bueno, discúlpame por eso Laila. Si te hice sentir un poco… bueno, creo que está un poco mal que alguien te diga algo como eso – Laila, sintiéndose un poco más cómoda, respondió – no… n no te preocupes, sé muy bien a lo que te refieres, así que no debes de disculparte – y de esta forma Laila también sonrió.

 

Aquella sonrisa refrescante proveniente de Laila, era una muestra de que ella también empezaba a sentirse un poco más tranquila y que ya no estaba tan nerviosa como en el principio. Es de esta manera, mientras esperaban a que los demás llegaran, empezaron a platicar por un rato. La platico que se formaba entre los dos, había sido de lo más agradable y parecía que todo iba bien. Lui, que se acababa de dar cuenta que el platicar con Laila era muy divertido y, sobre todo, parecía que podían conversar sobre casi todo entre los dos. De esta forma, los dos no llegaron a sentir como es que el tiempo iba pasando y que muy pronto todos los demás terminarían llegando en cualquier momento.



#16884 en Novela romántica

En el texto hay: momentos

Editado: 29.12.2021

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