La fuerza de un enamorado 4

Este es mi regalo… espero que te guste

Después de haber estado en busca de un regalo para dárselo a Elva, Lui al final terminó comprando un par de ganchos y una diadema que le pareció que le parecía que le quedaría bien a Elva. Él, aunque no estaba seguro si esto estaría bien, no quiso seguir dándose más excusas.

 

A pesar de que todavía sentía un poco de miedo y el pensar como dárselo sin tener ni una excusa para el mismo, metió su regalo en una bolsa negra y lo guardó en su mochila para dárselo cuando fuera el momento ideal para ello. Aunque el momento que él esperaba era uno en el cual todo lo que estuvieran fueran los dos y que llegara a ver una atmosfera tranquila en la cual el pudiera estar en frente de ella y decirle – Elva, te he traído un regalo – y en la cual ella le dirá – en serió – y él se lo entregara y ella quedara fascinada y lo abrazara fuertemente por eso.

 

Aunque este momento parecía ser que nunca llegaría, ya que al final estuvieron siempre juntos los cinco durante los momentos en que se encontraban con Elva. Y, en el caso de estar ya en el horario escolar, no se podían ver en lo más mínimo al ser que estudiaban en lugares diferentes.

 

Todo parecía ir en mal. El día empezaba a pasar y  al final de todo Lui no logró darle el regalo. Este regalo, en el que se había esmerado bastante por elegir, no llegó a las manos de su dueño y no había llegado a ver la luz todavía. Lui, entre sus lamentos, sólo se decía a sí mismo – tonto, tonto… tonto ¿Cómo puedes ser tan tonto como para no dárselo en el momento en que la vistes? No puedo creer que no haya podido siquiera conseguir hablarle por lo nervioso que me encontraba en todo el momento y al final de todo, el día se terminó y no pude siquiera dárselo. Pero, si tan sólo no hubieran estado ahí ellos, de seguro que se lo hubiera dado – luego de eso, sintiéndose ya un poco más calmado – bueno – dio un pequeño suspiro – si tan sólo no… no… no es eso. Al final fui yo quien no tuvo el valor de dárselo. Ahhh… no puedo creer que aún siga siendo el mismo de antes y no haya cambiado en lo más mínimo. Siempre he sido así, no puedo siquiera hacerlo sin posponerlo un poco antes de poder dárselo. Si tan sólo fuera tan valiente como lo son mis demás amigos, de seguro que estaría mejor y sería como lo soy ahora. Si tan sólo se lo pudiera decir, tal vez no estaría en esta forma en la cual ella cree que soy su rival sino que por lo menos podríamos ser  amigos o, quizás, en el mejor de los caos, podríamos haber sido… de verdad – dejó escapar una pequeña risa de nostalgia, con un poco de decepción de sí mismo – no soy más que un tonto por sólo pensarlo y no hacerlo, si tan sólo fuera… no, si tan sólo dejara de soñar y se lo dijera de una buena vez en lugar de estar dudando de un momento a otro, de seguro que todo este malentendido se hubiera terminado hace mucho tiempo y ya no seríamos así los dos, sino que posiblemente todo fuera diferente a lo que es actualmente… sólo espero que no sea demasiado tarde cuando se lo diga… – Lui, una vez que ya se había calmado un poco, terminó dejando el regalo en su mochila sin hacer nada más ya que al final él sabía que no podía cambiar las cosas que había hecho por otras nuevas según lo que él esperaba.

 

Al día siguiente, mientras se encontraban en el bus en dirección al instituto, como siempre estaban todos platicando, riéndose y divirtiéndose un rato mientras se dirigían a estudiar. Pero, en esta ocasión, en el momento en que llegaron a la parada, Lui se armó de valor y le dijo a Elva – e este… este, ten – le entregó la bolsa – mientras Elva decía – gracias – Lui dijo – espero que te guste – y se bajó del bus dejando a Elva con la bolsa y sin poder tener tiempo de decir algo más.

 

Elva, tomando aquella bolsa, lo abrió y vio lo que estaba en su interior. Ella, al notar lo que estaba en su interior, sonrió y desde la ventana vio como Lui estaba esperando el poder cruzar la calle para dirigirse a su instituto. Aunque ella quería decirle “Gracias” estas palabras no pudieron salir de su boca y se quedaron sólo en sus pensamientos. Elva, sacando la diadema, se lo puso y guardó los ganchos.

 

Durante ese día, Elva parecía estar un poco más feliz de lo habitual, lo cual fue algo que notaron algunas de sus compañeras. Elva, aunque al principio era un poco distante de sus compañeras de clases, al parecer al fin podía hablar con algunas de ellas sin tener tanto problema y ellas estaban al tanto al ver que Elva estaba actuando un poco diferente de lo habitual pero sin dejar de lado su forma de ser habitual por completo.

 

Ellas se decían entre sí “lo que sea que le haya pasado a Elva, sólo puedo decir que fue algo bueno como para que esté tan feliz en este momento” “Posiblemente haya logrado conseguir un lindo regalo” “Yo digo que estará feliz porque vamos a tener unos días libres del estudio y que podremos estar en la kermes de un instituto que será muy pronto” “Si fuera yo, también me alegaría porque eso sea pronto, ya que podremos conseguir descansar un poco y también podremos divertirnos en otro lugar” “yo más creo que deberá de ser que ella pudo haberse encontrado algún novio” “lo que sea que fuera la razón, sólo podemos decir que ella está feliz de eso”.

 

En el caso de Lui, que los pensamientos no lo dejaban en paz por haber hecho eso sin pensarlo y dárselo de esa forma tan improvisada y como un poco forzada, pensaba que ahora había terminado quedando mal con Elva y que ella de seguro se debe de estar riendo por eso. Además de que la preocupación que tenía Lui sobre si es que a ella le habrá gustado lo que le regalo, lo mantenía un poco distraído y era un pensamiento que lo mantuvo ocupado durante el resto del día y que le hizo sentir que el tiempo no llegaba a pasar y al final terminaría siendo un día muy, pero muy largo para él. El poder concentrarse no fue posible, por lo que también supondría que le costaría mucho el poder hacer sus tareas después y haciendo que, de alguna manera, lograra entregar sus tareas bien pero con muchas dudas que lograría llegar a quitárselas hasta después de un tiempo mientras hacían un repaso sobre esos temas al ver los maestros que varios de los estudiantes tenían problemas con comprenderlos.



#20221 en Novela romántica

En el texto hay: momentos

Editado: 29.12.2021

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