Cada día, que me levantaba, siempre tomaba un respiro profundo. Es que hoy es mi primer día de clases en una escuela nueva. Me transfirieron de mi antigua escuela, en Can Chi, a la escuela de Bar Gari.
Les voy a contar, que no me interesaba nada mas que divertirme. No quería hacer tareas, ya que es muy aburrido, ni siquiera el simple hecho de ir a estudiar, ya que prefiero quedarme jugando en mi casa, cada vez que me fuese posible. Tampoco, puedo decir, que era de los mejores o de los peores alumnos. Era considerado, un estudiante promedio, con notas de setenta o sesenta. Por eso gane mi grado apenas, aunque estuve apunto de perder el grado. Pero lo gané, aunque sea con casi lo más mínimo, que se pedía para poder pasar al siguiente grado.
Pero sinceramente, que es lo que encuentran de interesante el tener que estudiar. Para mí, lo más importante, es poder hacer lo que me gusta cuando quiero y como quiero sin siquiera importarme nada. El jugar a las luchas y demostrar que soy el más fuerte, eso es lo que busco. Seguir demostrando una valentía ante cualquier peligro, es lo mejor. No importa si salen heridos los que están a mi alrededor, era lo que pensaba, el simple hecho de conseguir demostrar que soy el mejor es lo importante. Hasta que un día, durante el día en que me transfirieron de escuela, todo cambió. Mi mundo, mi forma de pensar y de ser cambiarían en un instante.