La fuerza de un enamorado

Mi nueva escuela

Un niño, dormido aún, es despertado por su mamá para ir a la escuela - levántate Lui. Que ya es tarde -, Lui respondió, con sueño aún - no mamá. Quiero dormir un poco más -. Su mamá, enojada, le quita las chamarras. Lui, no tuvo mas opción que levantarse. Se alistó, para ir a la escuela, rápidamente. Apenas termino de desayunar y salió corriendo. Ya casi, no había más niños que se dirigían a la escuela. Al ser el último, pensaba mientras corría - ¿Por qué debo de correr?. Hubiera sido mejor quedarme en casa. Con el sueño que tenía, me hubiera venido bien, un poco más de vacaciones. Sí, eso es, pero bueno no hay más elección. -.

Logró entrar todavía, aunque fue el último. Empezó a decir, mientras trataba de recuperar el aliento, - al fin llegué. Mañana no voy a correr. Mejor lo tomaré con calma, total, mis notas sólo deben de llegar al mínimo para poder pasar al siguiente año -. Se dirigió al patio de la escuela, ya que ahí se iba a hacer los actos de inicio del ciclo escolar. Preguntó, a un maestro, donde estaba la fila de cuarto grado. El maestro solamente le apuntó hacia donde debía de dirigirse. Él, sin haber comprendido bien, se dirigió a la fila de en medio. Al llegar a la fila, preguntó a uno de los de la fila - Hola, disculpa. ¿Aquí están los de cuarto? -, a lo que le respondió - Sí. Pero debes de hacer fila atrás -, Lui agradeció la ayuda.

Fue al final de la fila y así empezaron los actos de apertura del ciclo escolar. Una vez que terminó, todos los alumnos se dirigieron hacia sus respectivas aulas, dirigidos por sus maestros. Estando en el aula, les asignaron sus lugares, de dos en dos.

A Lui le tocó con un compañero, con quien se hicieron amigos rápidamente. Estaban en la mesa de en medio. Ya, estando todos ubicados, la maestra les pidió que se presentarán cada uno. Lui pensaba - que aburrido. Me tengo que presentar ante todos ellos. Y, no veo el caso de esto. Al ser que ya todos se conocen y, yo, soy el único nuevo aquí -. - Hola, me llamo Elva. Espero que nos podamos llevar bien - al escuchar esa dulce voz, Lui volteó a ver de quien se trataba. Quedo impactado al verla. Era una niña muy linda, usaba un sueter celeste, cabello largo y una sonrisa, con el cual podría perderse. Lui, quería preguntarle a Neftali, que era el nombre de su compañero de mesa, sobre quién era ella. Pero no pudo, ya que le dio mucho miedo preguntar. - Lui, es tú turno - dijo Neftali, Lui respondió - Sí -, se paró - mucho gusto. Mi nombre es Lui Fernández Cux. Y, espero, podamos ser amigos - se sentó, avergonzado, ya que se distrajo mirando a Elva. Y, con esta actividad, comenzó el primer día de clase. Lui, a la hora de recreo, pregunto a Neftali sobre cómo son todos los compañeros de clase, aunque su verdadera intensión era conocer más sobre Elva. Neftali le empezó a contar como es el carácter de cada uno. A Lui, ya que no le interesaba en lo absoluto, no se le quedó mucho, hasta que empezó a hablar sobre Elva, lo que Neftali dijo fue - ella es toda una genio. Ella, desde que somos compañeros, siempre ha sido la abanderada. Pero a pesar de ser la más lista de la clase, también, es como que muy creída, por eso casi nadie se junta con ella mas que sus dos amigas, con las que siempre andan. Si ellas faltarán, Elva, se quedaría sola -. Solo con ésto, Lui, se dio cuenta que sería muy difícil poder conocer acerca de ella.

Cuando regreso a su casa no podía dejar de pensar en ella. Así que decidió tratar de acercarse a ella, cueste lo que cueste. No dejaría pasar esto, además, sus amigos le habían dicho que ya tenían novia. Para él era algo que no le interesa en ningún modo, hasta que vio a Elva.

Al día siguiente, se levantó muy temprano y se arregló lo mejor que pudo. No podía esperar en ir a estudiar, lo cual era muy extraño para él, ya que siempre lo tenían que levantar o regañar para que fuera a estudiar. Salió con muchas ganas y feliz. Pensaba - ¿Cómo irá a venir hoy Elva?. Bueno, no importa, lo que se ponga le hará ver bien. ¡Qué bueno que aún no tenemos que utilizar el uniforme!. Así la podré ver con otra ropa -. Llegó a la escuela y se dirigió directamente a su clase. Él era el tercero en llegar, miró si ya había llegado Elva, pero no la vio. Se dirigió a su escritorio y se sentó. Habían pasado unos cinco minutos, cuando llegó Elva.

Lui quería saludarla pero, a causa de los nervios, no pudo y se tuvo que resignar a verla desde su lugar hasta donde ella se sentaba. Se lamentaba pensando - no puede ser. Esta era mi oportunidad de hablarle. Si tan solo hubiera tenido un poco más de valentía, lo hubiera echo -, pero recupero las esperanzas, al recordar - Cierto, solo estamos comenzando el ciclo escolar, todavía puedo tener más oportunidades de hablarle. Si, lo he de lograr, he de hablarle y comenzaré por ser su amigo. Pero antes, trataré de poder demostrar que puedo ser muy bueno para impresionar a Elva -.

Comenzaron las clases y, Lui, la siguió con sus miradas. Aprovecho cada momento en que podía pasar enfrente de ella o, por lo menos, poder mirar cuando sonreía. Todo esto lo hizo con bastante disimulo que nadie se daba cuanta de lo que él hacía. Tratando de hablar con ella, terminó hablando con varios compañeros y compañeras, con quienes se volvieron amigos. Terminó el día sin ningún resultado pero, en vez de rendirse, obtenía más fuerza y esperanza de lograrlo. Pues, él creía, que eso debía ser por lo especial que ella es.

Empezaron a pasar los días y cuando ya había pasado un mes, se dio cuenta lo mucho que ella se esforzaba por ser la mejor y confiable, a pesar de no tener muchos amigos. Al ver como se esforzaba, decidió dar lo mejor de sí para, algún día, poder alcanzarla. No se rendiría hasta lograr su objetivo.

Al regresar a su casa, empezó a estudiar lo más que pudo. Ya no le parecía tan aburrido estudiar, ya que ahora tenía un propósito por el cual hacerlo. Hizo lo mejor posible cada una de sus tareas, lo único que no pudo mejorar fue su letra. Empezó a hacer mucha caligrafía pero, a pesar de hacerlo casi a diario, no la podía mejorar. Durante las clases, ponía la mayor atención que le era posible prestar, de esta manera, cada vez, era él mejor en distintos cursos. El simple hecho de pensar en ser bueno o el mejor en un solo curso, no le era satisfactorio. Lo que él quería, era poder ser bueno en todos los cursos, ya que de esta manera, podría estar al mismo nivel que ella.




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