La Fuga

EN EL LUGAR EQUIVOCADO

GOLPE POR GOLPE

Pablo y Cristina entran a la casa. El tío Alfredo está en la sala viendo televisión. Al verlos llegar, apaga el televisor y los saluda.

- ¿Cómo les fue en el parque? ¿Hicieron amigos? -pregunta Alfredo.

Pablo contesta con una actitud burlona

- Cristina no hizo una amiga, hizo una enemiga.

Cristina, molesta, hace muecas y sigue derecho. Alfredo, extrañado, pregunta

- ¿Luego qué pasó?

- Tío, conocí a una niña -dice Pablo con voz de enamorado-. Hasta la besé, pero me cacheteó.

- ¿En serio? ¿Y quién es?

- Tío, usted la debe conocer. Se llama Andrea y es amiga de ese tal Edgar. Ella fue la que se peleó con Cristina.

- ¿Y la besaste? Claro que la conozco, pero es un poquito creída.

- Bastante -responde Pablo-. ¿Pero qué más sabe de ella?

- Sé que estuvo en malos pasos -dice Alfredo-. Pertenecía a una pandilla muy peligrosa de por aquí cerca. Fue novia del líder de la pandilla, un tal Wilson. ¿Y Cristina discutió con ella?

- Sí -responde Pablo-, pero no creo que algo le vaya a pasar.

- Eso espero -dice Alfredo-, pero la verdad no me da mucha confianza, aunque últimamente ha cambiado mucho. ¿Y te gustó?

- Sí, tío -responde Pablo-. Creo que estoy enamorado.

Cristina lleva en los hombros el morral, va camino a casa por lo que atraviesa el parque sin percatarse que Edgar entrena con sus amigos.

Uno de los integrantes de la pandilla de Edgar lo codea y con un gesto le señala a Cristina. Edgar sonríe camina hacia ella seguido de su pandilla, entre ellos Andrea.

Cristina camina cabizbaja sin darse cuenta de la presencia de sus enemigos. Edgar se le atraviesa, Cristina sube la cabeza, expulsa aire por sus fosas y sin importancia le exige

-Déjeme pasar.

Edgar busca la confrontación:

-¿Qué es lo que pretende su hermano?

-No sé- Le responde Cristina, molesta, dando un paso hacia un lado para intentar seguir su camino.

-¿Será que quiere problemas en mi barrio? -Le pregunta Edgar atravesándose de nuevo.

-Puede ser que usted le guste

-Salió raro el hombre

-Piense lo que quiera

-Siempre es tan metido?

-¡Ahg! ¿Porqué no le pregunta a él?- Cristina molesta y aburrida del encuentro, de nuevo da un paso al lado para intentar seguir su camino, pero Edgar la toma del brazo fuertemente haciéndola quejarse del dolor.

-¡Auch!

-Quiero mandarle un mensaje con usted

-Yo no soy mandadero de nadie

-Dígale que ustedes son nuevos aquí, pero que no se las siga dando de listo si no quiere tener problemas.

-Problemas… Exacto, el problema es entre usted y él no conmigo, así que déjeme en paz.

Edgar deja ver una sonrisa en su rostro a la vez que le abre camino para que siga. Cristina da el primer paso y se para frente a ella Andrea.

—Puede que yo no tenga problemas con usted —dice Edgar con tranquilidad.

—Pero conmigo sí —le desafía Andrea.

Los demás hacen algarabía. Cristina suspira profundamente observando como los demás sacuden las manos, se susurran entre ellos, ríen y la observan.

—Las dos podemos arreglar nuestras diferencias a solas.

—¿Le da miedo? —le pregunta Andrea.

—Imagínese que sí.

—Pues si le da miedo, tendrá que correr.

Andrea le lanza un golpe que Cristina logra esquivar fácilmente, silenciando a todos y sorprendiendo a Edgar.

—No quiero pelear —le advierte Cristina.

Andrea, que observa la reacción de los demás, entiende que debe demostrar su capacidad.

—Pues yo sí.

Andrea lanza los primeros golpes. Cristina desvía y esquiva a la vez que bota la maleta que le estorba. Al principio solo quiere defenderse, pero Andrea logra golpearla en el rostro. Cristina no tiene más opción que intentar golpearla para lograr huir; sin embargo, no es fácil. Andrea, observada por todos, da lo mejor de sí, logrando conectar varios golpes en el cuerpo de Cristina. El último es una patada en la espalda que la bota a los pies de Edgar. Cristina, adolorida, levanta la mirada y ve a Edgar, cruzado de brazos, que la observa con una sonrisa de satisfacción. En ese momento, Cristina elimina su deseo de huir; ahora quiere contraatacar y ganar para borrarle esa sonrisa a Edgar.

Cristina se levanta, se para frente a Andrea y espera su golpe. Andrea lo lanza, pero Cristina, con tranquilidad y aplomo, lo esquiva, igual que el segundo, luego el tercero, y en el cuarto es ella la que golpea. Son dos puños y una patada que envían a Andrea al suelo.

Edgar se molesta por lo que ve. Andrea se levanta, pero Cristina de nuevo arremete contra ella, golpeándola y alejándola. Edgar hace una señal con su cabeza; uno de sus compañeros empuja a Andrea, otro golpea a Cristina, que se repone. Observa sorprendida a los demás que se abalanzan contra ella. Logra esquivar unos cuantos golpes, pero sabe que debe huir. Corre por el parque, pero es alcanzada y de nuevo golpeada, dejándola en el suelo. Andrea interviene y grita:

—¡No más! —se interpone entre Cristina y los demás—. Era entre ella y yo —les reprende.

Edgar habla desde atrás:

—Pensé que no sabía pelear —dice mientras los demás abren el espacio para que Edgar pueda acercarse— Vi que se te estaba complicando y pensé darte algo de ayuda.

Observa a Cristina, que está visiblemente golpeada y se estremece. Observa a los demás, disimula su malestar, camina hacia ella y, demostrando su poder, le dice a Cristina:

—Espero le dé mi mensaje a su hermano.

Alfredo está sentado en el sofá viendo las noticias, mientras en la pantalla del celular de Pablo se leen ofertas de empleo. Cristina entra a la casa visiblemente golpeada y evitando quejarse del dolor. Alfredo es el primero en voltear a ver a su sobrina.




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