La Gema del Alfa {original}

Capitulo: 25

Una noche estrellada:

  Mi panza era pequeña, tenía solamente cuatro semanas y llevaba un vestido color beige muy hermoso, la fiesta era maravillosa, elegante y muy formal, de la nada unos ojos verdes conectaron con los míos, extrañaba esa sensación, corrí a sus brazos pero él me rechazó y se volteó donde la arpía de "La Delgaducha de Primera" alias "Toxicidad andante" ambos se besaban y se transmitían sentimientos muy extraño, en esos momentos me entraron ganas de vomitar y así lo hice expulsando todo, las personas en el salón me miraron con odio y Demian con indiferencia, logré pronunciar un "Estoy embarazada de tí" pero no escuché respuesta hasta después de unos minutos "Nunca serás La Gema del Alfa"

~~~~~~~~~~Después del sueño

    Me desperté sudando frío, era tan solo un sueño, sonreí y acaricié mi barriga por la terrible pesadilla.

 –¿Estás bien?– Preguntó Berlín a mi lado.

 Habían pasado tres semanas y ya estaba empezando a tener pesadillas, no e tenido las agallas suficientes para ir y decirle a Demian "Hola serás padre" no, no me veo diciendo eso, si se preguntan el porqué de que Berlín este a mi lado {Dato: Él se encuentra en una silla al lado de mi cama y yo en la cama} es porque dice estar en deuda conmigo, se a acercado a estado vigilando a Muriel y aunque los primeros días haya estado extraño acabó aceptándolo y desde entonces no hay unos segundos en los que Muriel no sea vigilado, no a tenido tampoco agallas de decirle o siquiera acercarse a él, por el momento los dos nos lanzaremos al mismo tiempo y como buen amigo me está velando mis sueños.

 –Sí– Dije contestando a su pregunta.

 –Gretel debes decirle a Demian, tienes ya casi cuatro semanas de embarazo– Me regañó.

 –Eso es poco tiempo y tú no deberías decirme eso cuando tú tampoco te acercas a Muriel– Ataqué y él solo suspiró.

 –Aunque sea poco tiempo lo que llevas ahí es un alfa y los alfas necesitan tanto parte materna como paterna– Me dijo dulce –Ademas lo mío con Muriel es distinto– Murmuró.

 –Ya... Claro si el no está embarazado– Le sonrío burlona, él solo ríe y asiente.

 –Sí, y tampoco tiene un bebé esperando que le diga a su padre sobre su existencia– Me devuelve el ataque burlón.

  E tratado de decírselo pero me es imposible, siento miedo al rechazo que podría recibir por parte de él, sinceramente estoy fuera de peligro o mejor dicho Calli ya no está en las calles pero no... Mi mente jugandóme malas pasadas.

 –Oye Gretel– Dijo Berlín apartando la vista del periódico.

 –¿Síiii?– Imité a una niña pequeña alargando la "i"

 –¿Qué te parece ir como mi acompañante a una fiesta?– Retomó su vista en la lectura.

 –¿Aburrida?– Pregunté burlonamente.

 –Muy– Admitió alargando la "y" imitando mi forma de antes.

 –Pues... Creo que sí, sí– Me levanté de la cama para alistarme y recogerla.

 Agarré un vestido color salmón y unas sandalias color crema con florecitas incrustadas, los agarré y me dirigí al baño cerrando la puerta a mis espaldas y despojandome de mi actual pijama, me di una ducha rápida para ir donde Augusto {El dueño de una tienda de antigüedades, donde trabajo} Trabajamos, bueno... Debo trabajar y ahí me siento cómoda, puede que sea una tienda de antigüedades pero van bastante gente al local. Lista voy directo a preparar el desayuno a los chicos, termino los pan cakes y el batido de chocolate, empaco el desayuno de Berlín en unas bolsas y me como el mío, una vez lista voy donde me espera el auto del pelirrojo y al entrar lo primero que hago es darle su "trofeo" como lo llama él, abre los ojos y esboza una sonrisa para devorar todo. Al llegar donde Augusto me despido del ojiverde y entro al local, visualizo al ojigris hablando con una clienta que viene a menudo en su turno... Eso es sospechoso,la señora le coquetea pero Augusto siempre de lento y no entendió la invitación a cenar de Aylín, voy donde ellos.

 –Buenos días... Augusto ya mi turno llegó descuida yo me encargo– Hice señas para que se fuera con ella pero él simplemente no entendió.

 –Oh buenas Gretel si, tu turno ya comenzó yo debo irme, Juan me espera en el taller– Aunque lo mencionó inocentemente a Aylín le entristeció.

 –Bueno yo me voy Gretel, que tengas una excelente tarde Augusto– Dijo la señora y salió rápidamente.

 –¿Eres bobo o qué te sucede?– Le digo dándole un por la nuca, no tan duro... ¿Qué? Él también me lo hace.

 –No ¿Por qué lo dices?– Se levantó normal mientras recogía sus utensilios.

 –¿No viste como Aylín te invitó a cenar?– Se sorprendió sinceramente y negó.

 –¿Me invitó a cenar?– Ven, el siempre tan inocente.

 –Si, te dijo y cito sus palabras "Hoy es la inauguración de un restaurante cerca y no tengo con quién ir ¿y tú?" Y tú le dijiste exactamente esto "No, no tengo con quien ir" ella te volvió a decir "Pues me encantaría ir contigo" y tú le mencionaste "¿A sí?"– Él se encogió de hombros.

 –No entiendo, es normal que una diga eso– Dijo normal mientras abría ahora una maleta.

 –Que aquí cerca no hay ningún restaurante en inauguración– Me senté en la silla donde minutos antes se encontraba el ojigris.

 –Pues... No sé que decir– Río nervioso para luego despedirse e irse.

 Hace dos semanas que conozco a Augusto, me contrató porque yo buscaba trabajo y él alguien dulce que trabajara con paciencia y por ello estoy aquí, trabajo de nueve am a doce pm, almuerzo tan pronto salgo y cierro ya después a las tres pm abre Sandra otra señora que trabaja aquí y se queda hasta las seis de la tarde y quién abre a las siete de la mañana es Augusto hasta que yo me presente a trabajar. Me muevo en la silla hoy no había vomitado y eso era extraño, tarareo una canción que se me vino a la mente cuando la puerta se abre y la campanita hace su típico sonido, dejo de cantar para enfocarme en el próximo cliente, no pude reaccionar a tiempo cuando corrió dónde me encontraba.




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