La generación

♖¡No!♖

10 AÑos después...

― Tengo que ir? ― le preguntaba aterrada la joven Alía a su madre, quien se mostraba nerviosa.

― Si, eso te garantizará un buen futuro, es muy lindo el castillo, con unas habitaciones magníficas, mientras estuve allí fue una experiencia muy bonita y mira, soy una de las mujeres con más influencia ― lo que su madre decía sonaba de maravilla, pero más sin embargo Alía podía ver que eso, solo eran palabras vacías, y que algo no estaba bien, y le preocupaba que podía llegar a encontrarse en ese lugar.

― Iré, pero quiero que te cuides mamá, y que por favor no te consigas a ningún hombre que te haga daño, y con eso me refiero a que no lo hagas, ya sabes como son ― desde muy pequeña Alía había visto sufrir a su madre por hombres, eso hizo que ella jamás tuviera una relación, a pesar de que era una muy linda mujer, y no solo eso, muy inteligente y audaz, habían pretendientes pero ella nunca aceptó a ninguno, pues no quería pasar por lo que su madre pasó.

― Oye no me des consejos, se supone que soy yo la que te da consejos sobre chicos ― le dice su madre siendo divertida.

― Yo sé todo lo que tengo que saber de chicos, no te preocupes madre ― al terminar de decir aquello, afuera se escuchó en pito de un auto, por lo tanto le dio a entender que ya se tenía que marchar y dejar a su madre por un largo tiempo ― te veré luego mamá, te quiero mucho ― y se fundió en un fuerte abrazo con su madre, quien derramó unas cuantas lágrimas por la partida de su hija.

El señor que venía en el auto se encargó de organizar las maletas de Alía y servirle de muy buen chófer, el camino era largo o bueno eso suponía Alía, pues nunca había ido a el dichoso castillo del que muchas personas hablaban, solo sabía que era en el bosque; ella tampoco había ido al bosque nunca, su madre se lo prohibió y de hecho siempre que sus amigos iban ella tenía que alejarse de ellos y decirles que ya tenía planes, muchas veces escucho a sus amigos hablando de cosas muy extrañas sobre el castillo y de que irían a el, y que estarían allí con mucho honor como sus padres, Alía  nunca opino sobre aquello, pero si escuchaba y sabía que sus amigos y de hecho mucha gente de aquel pueblo donde vivía era muy extraña, pero ella siempre trató de ver que los extraños no eran ellos si no ella, pensando que había nacido en un época equivocada.

El trayecto no duró tanto como ella pensaba, pasaron unos 20 minutos y ya se encontraban entrando en el bosque, miraba por la ventana, todo se veía muy tranquilo y bonito, nunca había estado allí y ahora se preguntaba, por que nunca su madre la dejó venir? Si es un hermoso lugar, aunque si se ve demasiado extenso y aterrador a lo lejos; de pronto vio que se empezaban a ver menos árboles, se centró en ver al frente y vaya sorpresa se encontró, justo ahí estaba el castillo.

― Está más cerca de lo que pensé ― soltó en un susurro, pero el chofer logró escucharla.

― Si, es muy cerca ― contestó aquel.

― ¿Cómo es que nadie viene aquí? ― le dijo ahora preguntándole al chófer directamente ― si es muy cerca, sabía que en el pueblo muchos quieren venir aquí? ― empieza atacar al chófer con un chorro de preguntas, por tanto el sonríe y le dice:

― Les da miedo, una vez se encuentran en la entrada se devuelven

― Cobardes ― susurra ella de nuevo, haciendo que aquel hombre suelte una carcajada.

― Ahora hay que bajar, no podemos quedarnos aquí

― Oh claro que sí, disculpe ― este le abre la puerta y ella baja del auto, llevando su pequeña mochila a sus hombros y espera a que el señor baje su equipaje, que en realidad no era mucho, segundo su madre solo serían unos cuantos días.

Entrando al castillo, la joven Alía se hacía notar muy sorprendida, ya que al abrirse las puertas los hombres que se encontraban a la entrada, le hicieron reverencia a ella, eso la dejó pasmada, enseguida se encontró con todo un mundo diferente dentro, ya que divisaba que ciertas partes del castillo, no se veían como debería o como ella se lo imaginaba, que se miraban unas partes muy modernas, que jamás había visto, simplemente era como ver, lo antiguo y anticuado al lado de lo futurista, o para ella al menos era así.

Habían muchas personas y jóvenes caminando de una lado a otro, eso la hacía suponer que preparaban algo y no solo eso, si no, que también estaban llegando más chicos como ella eh incluso ya había algunos ahí, su madre le había comentado que se encontraría con varios jóvenes de diferentes partes del mundo, eh incluso pues de ahí mismo, pero que aquello que irían al castillo nunca lo dirían, si no, que simplemente estaría ahí y que capaz iba a ver a conocidos o tal vez no, pero por lo que ella estaba visualizando aún no miraba a alguien que pudiera reconocer y al parecer todos los chicos estaban impresionados por la estructura del castillo por dentro, ya que era de otro mundo.

― Me llevaré su equipaje señorita ― y se marchó quien la había traído, menos mal tenía su mochila y cosas necesarias para entretenerme mientras esperaba, lo que fuera que esperara.

Alía 

Me acerque a una pequeña banca que había al lado de un pequeño jardín, y habían varias chicas en el césped acostadas o leyendo, incluyendo que algunos chicos jugaban con un balón, tal vez ellos ya llevan tiempo aquí, y sean como princesas y príncipes, esto parece un sueño, uno muy extraño, la cosa es que no procesaba ni entendía muy bien qué hacía yo aquí y más estos chicos, debe ser horrible vivir aquí, por suerte solo estaré aquí unos días.

― Cuidado! ― escuche que gritaron, pero cuando fui a reaccionar ya era tarde, el balón había golpeado mi cabeza, y vaya que si venía con fuerza.

― Discúlpame, no fue mi intención ― levante la miraba y un chico con apariencia de ser asiático, me miraba preocupado.

― Estas sangrando ― me dijo, así que mira hacia abajo y efectivamente me está chorreando sangre por la nariz manchando mi pantalón. Otro chico se acercó y dijo:




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