♖Dañaste el proyecto♖

― Se negó rotundamente a ascender, se fue al bosque. 

― Traelo de vuelta y averigua por qué, él estaba feliz de hacerlo. 

― Fue una joven. 

― ¿Quien?

― Alía. 

― Enciende la alarma.

Aquella noche que Alía se encontró con aquel joven de apariencia extraña, que por alguna razón se sabía su nombre, no se dio cuenta que con su sola presencia para el, seria el comienzo de una guerra entre monstruos que aparentaban ser personas refinadas y normales. Alía logró desatar el principio de una guerra que hacía hace siglos no se miraba. 

Mientras Alía dormía un poco incomoda, el sonido de una fuerte alarma, la despertó junto con muchas voces que se escuchaban en los pasillos y pisadas; se levantó rápidamente se puso sus tenis y tomo su mochila, salió de la habitación y chocó con muchos cuerpos que corrían hacia abajo, al parecer la situación era algo preocupante, entonces ella decidió seguir a los demás, porque si no lo hacía en algún momento caería al suelo, chocaban muy fuerte con ella, era como si no la vieran.  

Al estar afuera del todo, se percató que no solo ellos había salido, si no que estaban todos los demás, para remarcar un poco la situación Alía estaba en pijama con sus tenis y mochila, mientras los demás parecían estar avisados sobre lo que iba a pasar por que estaban muy bien vestidos, incluso hasta los nuevos.

Todos hablaban entre ellos de quien sabe que, pero Alia no ubicaba a nadie con quien pudiera hablar o por menos preguntar de lo que sucedía y por qué de repente los levantaban así a altas horas de la noche. 

De pronto Alía noto que todos dejaron de hablar y empezaron a formar filas, se sintió sofocada por un momento entonces decidió apartarse y quedarse detrás de todos, para Alia era muy extraño cada cosa miraba o sentía, por que de repente ellos parecían muy fuertes y ella no. 

Apareció Erika con los mismo hombres con los que los vio por primera vez Alía, ella medio podía ubicar lo que pasaba por que era muy baja y no podía ver muy bien lo que sucedía, por que todos parecían alarmados. 

― Están aquí, por que como muchos ya sabian Apolo ascendería hoy, pero fallo, se arrepintió extrañamente después de encontrarse con una joven. 

Alía no entendía muy bien lo que sucedía o quien era apolo y que a qué se refería con ascender, pero no le dio mucha vuelta al asunto simplemente lo tomo, como que quizas seria un rey y no quería tomar el poder que le pertenecía. 

― Alía ― fue el nombre que salió de la boca de Erika, de inmediato todos voltearon a ver a la joven. Alía estaba aterrada por que ella no tenia la culpa de nada o bueno eso creía ella. 

Alia recordó que horas antes se había encontrado con dos chicos uno más extraño que el otro, pero no le encontraba sentido a que la culparan a ella, por que ella no los conocía de nada solo fueron encuentros casuales.

― Tu buscaras a Apolo, ya que gracias a ti renuncio, harás que ascienda ― la chica solo asintió a lo que Erika le decía ― si él no asciende morirá y tu junto con el, Alía esto no es un juego ― sin el control sobre ella misma a Alía le empezaron a deslizar lágrimas por sus mejillas, que rápidamente ella quitó con sus manos, nunca se había sentido más que aterrada en su vida. 

― Vayan a dormir, hay muchas cosas por hacer mañana, Alia tu te quedas ― todos empezaron a retirarse y entrar donde estaban sus dormitorios. 

Cuando ya no habia nadie mas que Erika y Alía. Erika se acercó a Alia quien no se había movido de donde estaba desde que habían nombrado su nombre.

― Alía, eres muy cobarde, mirate ―  Erika dio una vuelta alrededor de Alía, quien estaba temblando de miedo ― vas a traerlo, está en el bosque, solo recuerda que es un monstruo como tú y todos nosotros.  

― Yo no soy un monstruo señora ― la respuesta de Alía sorprendió a Erika haciéndola enojar mucho mas.

― Entonces porque estas aqui, no seas ridícula y ya largate, no vuelvas si no lo traes a el ― despues de decir eso Erika se esfumo. 

Alía 

Estaba más que aterrada, como de un momento a otro sucedió todo esto, yo no tenía la culpa de absolutamente nada, y ahora todo recae en mi. Tengo frío, miedo y estoy en pijama, y tengo que ir a buscar a un idiota que no quiere ser rey o lo que sea que signifique ascender aquí, y para completar estoy amenaza de muerte, esto tiene que ser una maldita broma aterradora. 

Al salir del castillo, todo estaba muy oscuro y parecía que en algún momento volvería llover, camine y camine por los alrededores para ver si podía encontrar al chico, pero no miraba a nadie y es logico, quien a esta hora estaría en el bosque, solo el idiota de Apolo o como sea que se llame.

― Apolo ― grite, poniendo mis manos a los lados de mi boca.

Fueron muchas veces las que grite su nombre, mientras camina, corría y volvía a caminar y estaba segura de que en estas circunstancias no encontraría el camino correcto para volver al castillo.

Han pasado por lo menos tres horas desde que deje el castillo, ya casi va amanecer y no encuentro a Apolo, estoy muy frustrada, tengo frío y mucho miedo, se que llorar no va a solucionar nada, pero por ahora es lo que puedo hacer. Me senté, recostandome en el tronco de un árbol, recogí mis piernas y apoye las cabeza en ellas para llorar. 

(...) 

Sentí como alguien me sacudía y susurraba mi nombre con urgencia, pero sentía mis ojos muy pensados para abrirlos, y no podía moverme sentí mi cuerpo igual, pero luego sentí que algo caliente me arropo, entonces decidí seguir en aquel sueño. 

― ¿Como se te ocurre aparecer hasta ahora? ― escuché entre mis sueños a alguien hablar. 

― Alía, la pequeña guerrera ― seguía aquella voz ― ¿por que me abandonaste? 

Empecé a abrir mis ojos lentamente, y me di cuenta que estaba en brazos de alguien, levante mi cabeza y me tome con el sujeto, el que sabía mi nombre, él tenía los ojos cerrados y estaba murmurando cosas, el me conoce pero yo jamas habia visto a alguien como él, cómo es posible eso. Él había puesto un abrigo largo por todo mi cuerpo y estaba sobre sus piernas, mientras él estaba recostado en el árbol.