La Gordita de los Converse

Capítulo 2

¿Te ha pasado una vez en tu vida que te has sentido como un extraterrestre un cero a la izquierda, la chica más fea del mundo? bueno, así me siento en este momento. Sigo congelada en la entrada del portón del colegio en mi primer día de clases. Vi a muchos de mis ex compañeros de la escuela (que odio con todo lo que soy) que realmente me ignoraron al 100%.

En la escuela no era considerada una chica popular, en otras palabras soy considerada la chica gorda de mi salón. No soy obesa o algo así, solo peso unas cuantas libras más que mis compañeras. Por decirlo así, ellas son de talla 2, y yo soy talla 12, no puedo explicarlo más claro que eso.

Nunca me consideré hermosa, pero tampoco soy fea, soy pasable.  Además de mi familia y los poco amigos que tengo, nadie jamás me ha dicho que soy hermosa. Siempre he sido ignorada por los chicos, y no soy considerada un sensación de bloque, eso no ayuda mucho con mi autoestima. Para que me entiendan mejor les voy a describir como es mi aspecto físico. Mido 1.55 metros de altura, mis brazos y piernas son gruesos, mi estómago no está ni cerca de ser plano, mi cabello es de la longitud de mis hombros color café y de textura gruesa, mi color de piel es como el color de un moccachino, mis ojos son de color de café claro y lo único que considero que es bello de mi persona es mi sonrisa, que es muy linda.

Pasé por mucho bullying en mis años escolares, me decían todo tipos de nombres como vaca, ballena embarazada, hipopótamo y muchas cosas más. Si me preguntarás ¿si me amo y amo mi cuerpo? Te diría que no; muchas veces he querido ser delgada. Considero que ser delgada haría mi vida más fácil y sería totalmente aceptada. Porque nadie quiere estar con la gorda del salón.

—¡Patty! ¡Patty!— escucho que me están llamando, y me saca de mi pensamientos negativos. Me volteo y de lejos veo que se está acercando mi mejor amiga Claudia y empiezo a sentir un gran sentido de alivio porque sé que ya no estaré sola.

Claudia Avilar ha sido mi mejor amiga por casi toda mi vida, ella es simpática, extrovertida, con carácter explosivo, inteligente, atrevida, fuerte y muy bella. ¡Hey no estoy exagerando! ella es hermosa, tiene un cuerpo espectacular. Ella cabe en el dicho 90, 60,90; le dicen la morena por su hermosa piel morena y me encanta su indomable cabello ondulado de color negro intenso. Muchas veces me gustaría ser como ella, ser tan atrevida y coqueta, y tener esa confianza en mí misma como ella la tiene. No hubiera sobrevivido mis años en la escuela sin ella, ella siempre ha estado conmigo en las buenas, las malas y las más jodidas. Siempre ha estado para apoyarme y nunca me ha abandonado, y por eso la amo como una hermana.

Ella se acerca un poco agitada por correr, pero eso no afecta para nada su belleza; si yo me atrevo a correr parece que me estoy muriendo. Me da un gran abrazo y después de recuperar su aliento me dice.

—Hola mi gordita hermosa ¿qué haces aquí parada?

—Hola Claudy, no me he movido por que no se a dónde ir —realmente no le dije a Claudia lo que estaba sintiendo en este momento, porque sabía que ella no iba estar de acuerdo. Ella siempre hace lo imposible para hacerme sentir mejor con mí misma y subir mí autoestima, aunque muchas veces no funciona, eso es una de sus maravillosas cualidades.

—Oh ok, bueno ya llegue, no te preocupes porque que yo conozco este colegio como la palma de mi mano —Claudia siempre asistía a las fiesta de este colegio en nuestro años escolares; aunque solo tiene 15 años, tiene una gran vida social, cosa que yo ni por cerca conozco —¡vámonos!

Ella alegremente agarra mi brazo, y juntas entramos al colegio.
 




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