"La Gordita De Mis Sueños"

PARTE 6: ¡GRANOS, GRANOSOS!

La noche anterior a mi cumpleaños dieciséis, habíamos salido de parranda entre amigos.

En casa Cosby, el más mocoso de mis hermanos, jugueteaba con Puerquito, nuestro adorado gatito siamés, revoltoso y bigotudo.

Me encontraba en mi habitación, una habitación enorme y muy colorida, totalmente inspirado. Trataba de escribir una elegía en árabe cuando, de repente… ¡¡¡PUUUM!!! Un poderoso estruendo me despertó de mis pensamientos, botando al carajo mi concentración.

Salí disparado de mi cuarto, aún más rápido que un gas emanado por el trasero. Al llegar al comedor encontré a Cosby, un mocoso desgraciado, con un chichón rojizo y pronunciado como joroba de camello.

Se hallaba tendido en el piso. Lo incorporé con mis manos. Tenía lágrimas en los ojitos y la "P", de Puerquito rayando su cara. El pícaro felino le había dejado el rostro cuadriculado como una hoja de matemática.

Por si no te lo había contado, mi hermanito Cosby era más dañino que el SIDA, más peligroso que mono con navaja, más... En fin, creo que entendiste el punto. Era como tener al hijo de Chucky en casa. ¡Y eso que tan sólo tenía un año y tres meses de edad! ¡Madre mía!

Entonces, sentí un misterioso escozor en mi rostro. Lo palpé. No lo percibía suave y terso como de costumbre. Con el corazón en la boca, enfilé directo hacia el baño, escaleras arriba. Abrí la puerta con sigilo. Me paré frente al espejo. Ahí estaban ellos… ¡los granos! ¡Parecían volcánicos pochoclos a punto de estallar!

 

— ¡Nooooo…! ¡Maldito acné…!

Cubrí mi cara con la toalla. Mi aullido aterrador se escuchó desde Canadá hasta la China.

 

 



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En el texto hay: humor, personajessobrenaturales, amor

Editado: 29.11.2018

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