Hoy me desperté con el pie izquierdo. No recuerdo qué mierda pasó. El hecho es que caí furiosamente contra el piso, me torcí el pie derecho y acabé con un esquince.
— ¡Maldita sea!— espeté.
Rengueando, salí volando rumbo al baño. Es que había tenido una horrorosa pesadilla. Pero antes, opté por ir al comedor a buscar algo rico para desayunar.
Mis pasos eran ruidosos y tenía un pestilente olor a cebollas pardas. Un espantoso olor de axilas. Bah, "olor a chivo", como se acostumbra decir en Argentina.
— ¡Mira mami, llegó el "colchón de pelos”!— murmuró mi tedioso hermano menor.
__ “¿Colchón de pelos? ¿Qué rayos está diciendo este mocoso?”__ murmuré.
Exactamente en ese momento, me llamó mi madre:
— ¡Ven a desayunar, cariño! ¿Quieres una porción de chocotorta?
— ¡Aúuuu…!— fue lo único que atiné a decir.
¿Aúuuu…? ¿Por qué diablos dije eso? ¡Esto es realmente extraño!__ pensé. ¿Qué pepinos estaba pasando?
Sonó el timbre de casa. ¡Ring, ring…!
— ¡Ocúltate en el baño, amor, enseguida regreso!—exclamó mi madre, con un enigmático ademán.
Abrió la puerta.
— ¡Hola, señora!
— Noah se encuentra algo indispuesto, Morty. ¿Podrías pasar más tarde?
— Es que quiero invitarlo a casa, a jugar a los videojuegos.
— De acuerdo. ¡Noah, cariño, sal ya del baño! ¡Es Morty! — gritó mamá.
Enseguida, aclaró:
—Se encuentra algo indispuesto, Morty.
Salí del baño. Entonces, el desastre ocurrió.
Morty se había quedado anonadado y con ojos de huevo tibio. Una pícara sonrisa encubierta se escabulló de su ancha boca de sapo. Primero una risita, luego otra y otra más, y más, y más…. Cuando al fin se calmó, me señaló el porqué de su visita:
— ¿Fuiste ayer a la disco Dinasty? preguntó. Estaba Sunshine, una niñita pelirroja que preguntó por ti. Lo habrás pasado bomba…
— ¡Aúuuu…!— respondí.
— Claro… —dijo Morty. Seguramente lo has pasado "de pelos". Quería invitarte a jugar videojuegos en casa… Pero mejor, olvídalo. ¡Hasta la vista, Yeti!
¿De pelos? ¿Acaso el mundo se ha vuelto loco?
Decidí develar el misterio. Abrí el pórtico del baño y miré de refilón el espejo.
¡Maldición! ¡Soy un hombre lobo!
¡Aúuuu…!