"La Gordita De Mis Sueños"

PARTE 18: ¡BENDITO MILAGRO! UN CUPIDO GEEK LLEGÓ A MI VIDA

El día anterior a ese primer lunes de escuela había mirado una película hasta tarde. Al día siguiente, me costó horrores despertarme. El sol recién empezaba a elevarse en lo alto del cielo como un galáctico caramelo de miel.

 

Me estaba levantando de la cama para ir al baño, cuando un objeto que había sido lanzado contra mi ventana produjo una lluvia de cristales que se esparcieron por el piso. El objeto ingresó con tanta violencia que, tras lo dicho, impactó después sobre mi frente, haciéndome sentar de culo.

 

Cuando pude recuperarme, miré hacia fuera. No vi nada extraño, a excepción de mi gatita Almíbar, que orinaba sobre el pote de comida del perro. Miré hacia el cielo. Oculto tras un centenar de nubes de felpa apareció un muñeco con la cabeza de Darth Vader, un par de joysticks en la espalda y una remera negra estampada con la cara de Steve Jobs, surfeando a toda velocidad sobre una enorme guitarra eléctrica con botoncitos multicolor. Algo así, como la nube voladora de Gokú, pero mucho más tecnológica. De repente, el personaje se detuvo frente a mi patio. Mientras intentaba quitarse la máscara de Darth Vader, la cual se hallaba muy atascada, tropezó y cayó contra el pote de comida del perro.

 

Mi mascota, que se hallaba cerca, disparó como petardo rumbo al plato. Sin pensarlo dos veces, abrió su bocota y le mordió el culo al visitante que, aterrorizado, acabó por refugiarse en la copa más alta del árbol limonero de mi casa. Salí de vuelo a calmar las ansias de mi can, que quería comérselo crudo.

— ¡Basta ya, perro malo!— le dije al ovejero alemán.

 

Acto seguido, mi perro pegó un brinco y, tras apoyar sobre mí sus patitas de empanadas, me bañó la mejilla con un húmedo besito, como quien unta un oloroso pan con blanca y deliciosa mantequilla.

 

Acto seguido, el intruso descendió de las alturas, con sigilo. Me estrechó la mano.

 

— ¡Hola, amiguito! Soy Terabyte. Oí que tienes problemas amorosos. Descuida… ¡Estoy aquí para ayudarte!— me dijo el minúsculo sujeto de cabellos como erizo y oscuras gafas 3D.

 

—¿Cómo lo supiste?... ¿Quién te lo contó?—examiné, desconcertado.

 

—Nuestro dios, Steve Jobs, lo sabe todo.

 

—Bien… ¡Cuernos! ¡Me tengo que ir a la escuela! ¡Lo siento!

 

— ¡Pues no irás!— me dijo el estúpido enano cibernético.

 

Enseguida, propuso:

 

— ¿Quieres ser un rompecorazones? ¿Un jovencito que haga suspirar de amor a las damas sin siquiera mirarlas? ¿Que se grabe tu imagen como un tatuaje en sus deseos? ¿Que se mueran por ti?

— ¡Así es! Pero suena a ciencia ficción… Algo así como si fuera un Superman del amor.

 

— ¡Correcto!— exclamó Terabyte— ¡Vamos! ¡Súbete a mi nave, que tengo prisa!

 

Subí.

 

—Una pregunta: ¿a dónde vamos?

 

—A mi base. ¡Yahoo…!— exclamó Terabyte con excitación, mientras aceleraba a toda marcha, surcando los aires.

 

¿Podrá nuestro querido Terabyte convertir a Noah en una máquina de seducir?

 

¡Muy pronto lo sabremos!

 

 

 

 

 

 

 

 

 



#2075 en Novela romántica
#796 en Otros
#261 en Humor

En el texto hay: humor, personajessobrenaturales, amor

Editado: 29.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.