"La Gordita De Mis Sueños"

PARTE 20: UNA NUEVA ALUMNA: CINDY PARKER

Ese día, me fue imposible hacer los deberes. ¿El motivo? Panceta, mi ovejero alemán, se había engullido mi tarea de física. Eso, sin mencionar que más tarde tendría un exhaustivo examen de dicha materia para el cual, por tal motivo, apenas pude estudiar.

 

En tanto, mi gato Boludín, que estaba sobre la mesa del comedor, ni bien mi mamá abrió la heladera se lanzó en picada y le arrebató en el aire cinco kilos de chorizos. Se los llevó a la velocidad de un rayo. Saltó por sobre la pelada de mi tío Irving, para luego trepar los techos vecinos como el más experimentado Spiderman.

 

Era un siamés regordete y paticorto, como un chanchito alcancía de juguete. Lo apodamos así, porque ese felino era una especie de Antonio Banderas del mundo gatuno. Todas las noches, Boludín salía de cacería en busca de atractivas gatitas en celo, con el único fin de agrandar la familia.

 

Pero era tan tonto, que ni pelear sabía. No era nada extraño verlo caer de los techos con un centenar de hachazos y rasguños en los cachetes. Es más, en una ocasión, un gatito retador le había comido la mitad del cachete derecho. ¡Era algo medio cómico verlo! Parecía la vívida reencarnación de Terminator cuando el antagonista, en la película, golpea al "prota" con una barra metálica, dejándole la cara desfigurada. Juro que pensé apodarlo Cuarto por dicho motivo, pero mi mamá dijo que eso sería cruel.

 

Una de mis aficiones favoritas era fastidiar a mi madre con el mismo chiste:

 

—Oye, mamá: ¿Sabes por qué Boludín jamás llegará al podio de ganadores?

 

—No, me rindo. ¿Por qué?

 

— ¡Porque siempre saldrá "Cuarto"! ¡Ja, ja, ja!

 

— ¡Ya basta, Noah! ¡Anda a "ver si llueve"!

 

— ¡Ok, má...!

 

¿Mencioné lo de la música? ¡Supongo que no! Boludín era un gato DJ… ¡En serio! ¡Tenía su propia sala de música! Era una especie de David Guetta felino. Le fascinaba hacer mezclas de todo tipo de géneros. Adoro cómo se divertía. Es más, su último disco de remezclas, Maullidos y gatitas, hace casi dos años que está #1 en la lista Billboard

¡Éxito total!

 

En fin, ya hablamos mucho de él. Llegué al colegio faltando cinco minutos para entrar. Sonó el timbre: ¡Ring, riiiing! Ingresé al aula. El señor Collins estaba parado frente a todos con una despampanante jovencita. Era morena, de cabello oscuro, rizado. Lucía muy bonita, aunque era gordita. Tenía un moño fucsia en el cabello. Estaba vestida con guardapolvo y un bonito vestido celeste bajo el mismo. Lo que más me gustó de ella fueron sus preciosos ojos verdes. Parecían dos ardientes rocíos de esmeralda.

 

Collins rompió el silencio:

—Alumnos: les presento a su nueva compañera, la señorita Cindy Parker. Es una alumna de intercambio. ¡Háganla sentir como en su casa!

 

— ¡Bienvenida!- exclamaron los estudiantes, a una sola voz.

 

Acto seguido, el profesor distribuyó las hojas del examen. Sólo teníamos cuarenta minutos para terminarlo. Leí las preguntas. Eran más fáciles que robarle un dulce a un niño.

 

¡Ring, riiiing!

 

— ¡Fin de clase! ¡Entreguen ya! Los que ya entregaron, pueden salir al patio— concluyó el profesor.

 

Salimos. Me senté en un banco, mientras contemplaba el paisaje. En ese preciso instante, un ángel de ébano se sentó junto a mí.

 

— ¿Cindy?- pregunté embobado.

 

—Sí, ese es mi nombre—respondió— Y tú debes ser...

 

—Noah- contesté entusiasmado.

 

— ¡Claro! Luces bien con esa camisa blanca, ¿sabes? No me agradan los chicos muy formales. Me parecen muy engreídos—explicó Cindy.



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En el texto hay: humor, personajessobrenaturales, amor

Editado: 29.11.2018

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