Una vez que estuvieron todos fuera en la arena, la gente empezó a ovacionar a todos los caballeros y demás participantes que ese día se encontraban, hasta que el rey se levantó para hablar.
–¡Pueblo de Baladámpolis y todo el Imperio del Rayo, sed bienvenidos a este gran torneo que es una tradición de gran orgullo bizarro; hecha en honor a la navidad de Bric Láytininz, el padre de nuestro gran imperio y primer rey bendecido por los dioses.– Exclama el emperador Fu con gran fuerza para que lo pudiesen escuchar todos los ciudadanos. –¡Las reglas son las mismas de siempre: No asesinéis, no ataquéis en grupo a un singular y no peleéis fuera de la arena; no os hago esperar más, qué empiece el torneo!– Declaró y los partícipes comenzaron a luchar.
El sonido de las cornetas resonó en el coliseo, el torneo había dado inicio. Los partícipes se lanzaron unos contra otros caóticamente. Ибилинпэ observó a su alrededor, evaluaba a sus oponentes que no eran pocos, pues muchos intentaron atacarla primero que al resto.
–Пісйпі!– Exclamó y derribó a varios hombres desprevenidos.
Para Ибилинпэ era verdaderamente sencillo filtrarse a través de los combatientes, su agilidad era destacable entre el montón de oponentes de no más que fuerza bruta, sin embargo, finalmente se encontró con un caballero del Reino.
–¡Fvego!– El caballero pronunció, lanzándole una poderosa ráfaga ígnea.
–Вюфьля!– Ибилинпэ apenas pudo esquivar aquel ataque, colocándose detrás de su oponente con un salto en el aire.
Dax Kuró la observó desde la distancia, no pudo evitar sentirse impresionado, aunque se negaba a aceptarlo.
–ҐѢмйпинуць.– Ибилинпэ pronunció, materializándose en su rostro una rosada máscara con forma de zorra.
–¡Rampaġ de'a Raví!– El hombre volteó e intentó atacarla utilizando su espada para dirigir una poderosa ráfaga de fuego.
Ибилинпэ, sin embargo, logró esquivarlo y acertarle una patada directa en la quijada al caballero, tirándolo al piso.
Ибилинпэ volteó hacia su alrededor y notó cómo estaba rodeada de contrincantes, debía dejar de contenerse o podría ser atacada de imprevisto.
–Ґідьлііьлѣчѣчѣ!– Exclamó Ибилинпэ formando en su mano un espadín, su arma mágica.
Ибилинпэ continuó luchando, derrotando a varios oponentes con su destreza y determinación. Cada victoria la acercaba más a su objetivo.
Ибилинпэ después de varios enfrentamientos, había quedado bastante agotada, pero aún tenía a un rival frente a ella. Lo miró fijamente con mucha determinación, sin embargo, antes de que pudiese atacarlo, el oponente fue derribado por un rayo.
–¿De dónde vino eso?– Volteó Ибилинпэ la mirada y vio a Dax acercándose.
–Parece que solo quedamos nosotros dos.– Le respondió él.
Finalmente, en medio de la arena, Ибилинпэ y Dax Kuró se habían encontrado.
–¿Lista para perder?– Le preguntó Dax Kuró con una sonrisa desafiante.
–No me robes las palabras de la boca.– Respondió, levantando su arma mágica.
Dax se adelantó con velocidad hacia ella sin decir una palabra, en cambio ella parecía esperar su ataque.
–Debo esperar a que pronuncie un hechizo, entonces lo esquivaré rápidamente.– Pensaba ella mientras se acercaba su contrincante.
–¿Qué estás esperando?– Le preguntó Dax acercándose peligrosamente.
Ибилинпэ se mantuvo en espera de que lanzase algún hechizo, pero eso nunca ocurrió. Ибилинпэ no sabe cuándo ocurrió, pues no lo recuerda, pero el dolor en su cuerpo fue la que la hizo volver al combate, abriendo sus ojos y viendo nomás que el cielo azul.
–¿Dónde estoy?– Preguntó al aire.
–En el suelo. No sé qué esperabas, pero será mejor que te levantes o te rindas, no me pienso aprovechar de una situación así.– Le respondió Dax Kuró.
–¿Estoy en el piso?, ¿él me tumbó?– Se preguntó mientras movía sus manos para con ellas levantarse.
Al levantar la mirada, lo vio, ahí estaba, Dax Kuró enfrente de ella. Su cuerpo se sentía como si un rayo la hubiese impactado, una descarga que le había dejado los pelos de punta.
–¿Cómo hiciste eso?– Preguntó Ибилинпэ poniéndose en combate.
–¿Crees que te lo voy a decir en pleno combate?– Le sonrió. –Si quieres que te responda algo así, puedes preguntármelo en una cita.– Le guiño el ojo.
A Ибилинпэ ese comentario la molestó, así que se puso en posición de combate. Pasó su mano por su frente para limpiarse el sudor.
–Lo siento, pero solo salgo con los hombres que puedan derrotarme.– Le devolvió la sonrisa a su contrincante.
–Genial, otro incentivo para derrotarte.– Respondió Dax Kuró y comenzó a aproximarse nuevamente.
Ибилинпэ esta vez no se confiaría, así que busco mantener la distancia para tener al menos la posibilidad de ver cuándo iba a atacar.
–No puede estar usando magia de tiempo, sería raro viniendo del supuesto hijo del emperador.– Pensaba.
–¡Deja de huir!– Reclamó Dax Kuró impulsándose hacia ella con una velocidad impresionante, dejando a su alrededor una estela eléctrica.
–Вюфьля.– Saltó hacia la izquierda de Dax Kuró. –No, ahora estoy convencida. Sería imposible que no hubiese visto venir algo así, ¿acaso puede usar hechizos sin recitarlos o usar un arma mágica?– Se preguntaba en sus pensamientos y comenzó a cargar su siguiente ataque.
–Eres rápida.– Dijo Dax Kuró, frenando. –Ahora entiendo porqué la mayoría de aquí perdió contra ti, ¿pero crees que la agilidad del aire será suficiente para superar la velocidad del rayo?– Le preguntó, comenzando a liberar energía eléctrica a su alrededor.
–Aquí viene de nuevo.– Pensó Ибилинпэ, preparándose para que se moviese.
–¡Tormenta!– Exclamó Dax Kuró, lanzándole una serie de rayos.
–Лягипє!– Exclamó rápidamente mientras esquivaba todos los rayos. –¿Esta vez sí lo pronunció?– Se preguntaba, sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte dolor repentino que la hizo caer al suelo.
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Editado: 16.12.2024