La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 18- Ganaste esta batalla

Todo pasó muy rápido, Clara se estaba riendo de algo gracioso que había dicho Erik cuando el rostro furioso de su jefe apareció delante de ella.

-Nos vamos- sentenció en lo que la joven creyó que fue un gruñido cargado de furia, pero no la estaba mirando a ella sino al joven que le había estado haciendo compañía.

Los ojos color miel de Clara se movieron hacia el rostro de Erik y se sorprendió al ver que no estaba siendo intimidado por la mirada que podría haberlo matado de Ivan. En cambio, mantuvo la sonrisa que estuvo dibujada durante toda la noche y lo ignoró, moviendo sus ojos color marrón hacia ella.

-Será hasta la próxima entonces, Clarita, un gusto la charla- dijo caballerosamente. – Espero que se repita pronto.

Clara abrió la boca para decir algo, pero antes de poder emitir sonido alguno, su jefe la estaba sacando de rastras de allí. Vio como poco a poco el rostro sonriente de Erik se iba alejando, pero no dejaba de mirarla y cómo el evento quedaba detrás de ellos. Recién pudo volver a hablar cuando sintió que estaba dentro del coche, con Ivan al lado suyo y cerrando la puerta con fuerza.

-Vámonos ya- le ordenó a su chofer. El coche arrancó y Clara se giró furiosa hacia su jefe.

-¿Cuál es tu problema?- protesto- ¡Hiciste un escándalo allí dentro! ¿Era necesario que me sacaras a rastras sin siquiera poder despedirme?

Ivan ni se inmutó por sus reclamos, manteniendo su rostro furioso, con sus ojos negros cargados de fuego y su mandíbula apretada.

-¿Por qué estabas hablando con ese hombre?- exigió duramente.

Clara lo observó indignada. ¿Quién se creía que era para hacerle esa pregunta? ¡Ella podía hablar con quien quisiera! ¿O acaso ella le había planteado lo mismo cuando vio a esa mujer salir de su cuarto? ¡No tenía derecho!

-¿Qué pasa? ¿Estás celoso?- escupió con una expresión burlona.

Clara vio como Ivan cerraba los puños con tanta fuerza que temblaron, por un momento pensó que no respondería, que se había pasado de la raya con su pregunta, hasta que finalmente habló con la voz de ultratumba.

-No. Estoy molesto porque no estabas en tu puesto de trabajo como se supone que deberías.-

Clara frunció el ceño con fuerza, no quería dejarse ganar, no luego de la actitud infantil de su jefe frente a todos los invitados y especialmente al chico que no había hecho nada malo.

-Estaba haciendo mi trabajo. ¿No se supone que tenía que estar de encubierto? Por algo estaba vestida como civil y no como mis compañeros ¿No es así?- inquirió.

Ivan tragó saliva nervioso. Jamás admitiría que le había comprado el hermoso vestido por algo más que por eso.

-¿Y tenías que hablar juntamente con ese idiota?- estalló furioso.

-¿De qué hablas? Él fue amable conmigo, estábamos conversando amablemente- se defendió la castaña provocando una risa burlona en su jefe que la fastidió aún más.

-Eres ingenua.- respondió sin siquiera pensarlo. Tan solo escuchar a Clara hablando maravillas de su enemigo lo enfureció aún más.

-¿Perdón?

-Ese hombre con quien estabas hablando era Erik Black, el hijo mayor de la familia enemiga, el Grupo Luna, y es alguien peligroso Clara- sentenció mirándola fijamente.

Ivan podría estar furioso y cegado por los celos al ver sonreír a Clara por las gracias de otro hombre, pero más estaba preocupado por ella. Realmente los Black eran peligrosos, solían jugar sucio y clavar un puñal por la espalda si era necesario. Hacía años que estaban esperando un error del Grupo Sol para poder tomar el poder y no quería que Clara fuera ese punto débil y estuviera metida en la disputa de años de las dos familias.

Pero eso tampoco lo diría.

Clara lo observó con incredulidad, mirando los ojos del muchacho, tratando de encontrar algo que le dijera que era una maldita mentira que ese joven amable no fuera de la familia de bandidos que le hicieron la vida imposible durante años por el pago del alquiler de su comercio.

-No lo creo…- finalmente dijo, haciendo que Ivan muriera de celos.

¿Y si Erik lograba engañarla con sus falsos encantos y se iba de su bando para unirse a los Black? Jamás se lo perdonaría.

El coche se detuvo en la entrada de la mansión y antes de que la joven pudiera reaccionar y bajarse por su propia cuenta, Ivan ya la estaba arrastrando dentro de la casa hasta el mismo rincón donde una vez casi se entrega a esos ojos negros cargados de lujuria.

Clara sintió en su espalda la pared fría y los brazos del hombre a los costados de su cuerpo apresándola. Levantó su mirada miel hacia el hombre que se había inclinado hacia adelante, cerca, muy cerca de su rostro y sintió sus rodillas aflojarse por la mirada tan intensa que le estaba dando y se sintió a su merced.

Ivan sintió que su mente se nublaba, que su bestia interna lo dominaba, esa que estaba celosa y posesiva por tomar a Clara sólo para él.

-No me celes, que no voy a poder controlarme- le gruñó acercándose más a los labios carnosos y rosados de la muchacha, que se abrieron ante la cercanía dándole la bienvenida. Los ojos negros de Ivan se movieron hacia los labios, estaba a punto de besarla si Clara no lo detenía.

Estaba perdido y lo sabía, era débil cuando se trataba de ella, se estaba convirtiendo poco a poco en su punto débil que seguro lo arruinaría.

Vio que los labios ahora húmedos de la muchacha se curvaban hacia arriba y se mordía el labio inferior, haciendo que Ivan llorara por dentro de la abstinencia de esa piel.

El rostro de Clara se movió lentamente hacia adelante, pero para decepción del joven su boca viajó hacia su oído, sintió su aliento contra su piel haciéndolo estremecer y que su cuerpo enviara una fuerte descarga hasta su entrepierna que se estaba despertando con fuerza sin siquiera haberlo tocado.

Esperó a que Clara hiciera algo, rogaba dentro suyo que la muchacha besara su piel, si lo hacía, nada más lo detendría, le haría el amor ahí mismo, no le importaba que alguien los viera, ni siquiera su padre.




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