La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 19 - Celos

-¡Cómo pude haber hecho eso! ¡Enloquecí!- chilló la joven cubriéndose por completo con las sábanas, escondiendo su cara roja como un tomate.

Los recuerdos de la noche pasada la azotaron apenas había despertado, el nuevo día había destruido su valentía y su alter ego seductor, ahora se sentía una idiota, una sinvergüenza.

“¿Cómo voy a siquiera verlo a los ojos sin recordar cómo anoche lo hice ponerse duro? ¡Rocé su entrepierna con mi rodilla!”

-Oh Dios…- sollozó sintiendo sus orejas hervir de solo recordar el tamaño de esa cosa que no parecía humana- Estás loca Clara ¿Acaso quieres que te destrocen?

“Quizás si…” dijo la voz de su mente.

-Listo, se acabó, definitivamente perdí la cabeza- exclamó levantándose de golpe de la cama y corriendo hacia el baño- esto merece una buena ducha de agua fría como castigo.

Se metió bajo el chorro de agua de una sola vez, chillando por lo helada que estaba contra su piel de gallina que tembló con fuerza. Pero era la única manera de calmar el calor que se había adueñado de su cuerpo y de su mente.

Al rato, cuando pudo volver en sí, la joven se vistió con su uniforme de entrenamiento y corrió directamente hacía el gimnasio. Hoy tocaba saltarse el desayuno, no iba a ser cosa que Ivan la pasara a buscar por allí para desayunar con él a solas. O peor aún, someterla a un vergonzoso interrogatorio que solo la humillaría aún más.

Apenas se asomó por la entrada se encontró a su jefe conversando con alguno de sus compañeros, sin notar su presencia.

“¡Mierda! ¡Mierda!” Chilló lista para huir de allí.

-¿Qué haces espiando como una acosadora?- inquirió uno de sus compañeros que había salido de la nada.

Clara saltó asustada y se giró hacia él.

-¡Ya cállate! ¡No me viste!- exclamó huyendo despavorida y dejando a su compañero confundido.

No miró hacia atrás, corrió y corrió hasta que llegó a las grandes puertas que la llevaban al jardín y a la hermosa fuente.

“Si, eso es lo que necesito, un poco de aire fresco”

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-Señor White, su padre está en su balcón tomando su desayuno, pidió que lo acompañe.- interrumpió uno de sus hombres.

Ivan suspiró derrotado.

-Está bien- exclamó saliendo del gimnasio no sin antes darle un último vistazo al lugar. Realmente había esperado encontrar a la joven que lo había privado del sueño anoche, debido a que en el comedor no había aparecido.

“¿Acaso me está evitando? ¡Luego de dejarme caliente como una pava! ¡Luego de que mis jaladas de anoche se las dedicara a ella!” Salió furioso de allí.

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Clara salió apresurada, rodeó la gran fuente absorbiendo su belleza, cuando quiso darse cuenta estaba en frente de Nick, el hermano menor de Ivan.

-¡Oh! ¡Lo siento!- exclamó inclinándose, recordando que era un White.

-¡Hola Clara! No te disculpes, ven únetelos a la charla- exclamó palmeando el lugar al lado suyo.

La castaña se acercó tímidamente, descubriendo que Nick estaba conversando con Erik, el joven con el que había charlado anoche.

-¡Oh! ¡Tú!- exclamó.

Erik se levantó con una gran sonrisa.

-¡Hola Clara! ¡Tanto tiempo sin vernos!- bromeó.

Nick miró a uno, luego a otro y así varias veces.

-¿Cómo es que se conocen?- preguntó confundido.

-Charlamos a noche en el evento al que asistí con el Señor White- exclamó Clara, sentándose al lado de Nick.

-Es cierto, fue una linda charla- exclamó Erik.

Clara sonrió más, luego recordó lo que Ivan le había advertido, haciendo que su sonrisa se esfumara sin que pudiera evitarlo.

-¿Todo está bien Clara?- preguntó el joven castaño de rizos.

-Es que… el Señor White me dijo que tú eres parte del Grupo Luna, dime que no es cierto- dijo con un puchero.

El rostro de Erik se mostró desilusionado.

-Es cierto Clara, no quise contarte porque no quería que me juzgues por eso- dijo avergonzado- pero antes de que digas algo, déjame explicarte.

Clara dudó por un segundo, pero finalmente lo dejó hablar.

-Es cierto que soy parte del grupo Luna, pero solo porque soy hijo del líder, mi padre se encarga de todo, realmente no me meto en sus líos, simplemente no es lo mío, sé que en algún momento el lugar va a ser mío, pero mientras tanto trato de alejarme lo más posible.

-Ivan…. Digo, el señor White me dijo que están en lucha constante y que eres peligroso- se animó a decir.

Ambos jóvenes se miraron y no pudieron evitar reírse.

-¿Erik? ¿Peligroso? ¡Quiero ver eso!- rió Nick- No escuches a mi hermano, él solo se contagia de la paranoia de nuestro padre.

Clara los miró con incredulidad, ¿Realmente Ivan había mentido solo para que se aleje de él? ¿Acaso estaba celoso?

No pudo evitar que sus mejillas tomaran un tono rosado.

-Además, si fuera tan peligroso ¿Crees que realmente podría estar aquí conversando como si nada?

Clara lo pensó por un momento, Erik tenía razón.

-Eso es verdad…- exclamó sonriendo.

Los tres se miraron y comenzaron a reír.

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Ivan estaba escuchando cómo su padre le daba las buenas nuevas sobre el negocio, cuando escuchó un fuerte estruendo de risas debajo de ellos. El joven azabache se asomó por el balcón, encontrando a su damisela desaparecida riendo con su hermano menor y no solo eso, sino con su enemigo.

¡¿Qué hacía allí?!

-¿Me estás escuchando hijo?

Ivan estaba ido, no estaba escuchando ni una sola palabra de su padre, su mente ahora solo estaba en un objetivo, alejar a Clara de las garras de ese idiota que ahora parecía un parásito rondando alrededor suyo solo para arruinarle la vida.

El padre del joven se quedó desconcertado con la huida de su hijo, algo que había visto por el balcón lo había hecho actuar así, como pudo, y con ayuda de su guardaespaldas se asomó por el borde, encontrando a la joven guardaespaldas conversando con su hijo rebelde y con Erik Black, esto lo hizo enfurecer.

¡No podía estar pasando esto! Le había dicho incontables veces a su hijo menor que no se juntara más con ese miserable mocoso que se hacía el pobrecito. ¿Y ahora era más cercano a Clara? Eso no era bueno, podría arruinar su plan…




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