La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 29 - Voy a matarte

El viaje de vuelta hacia la casa del Grupo Sol fue de ensueño, Clara no dejó de mirar el hermoso rostro de su amado, su perfecto perfil que miraba seriamente hacia la carretera, de vez en cuando se giraba hacia ella con su resplandeciente sonrisa con hoyuelos y en los semáforos la llenaba de besos en todas las partes de su rostro sin dejar ni una libre de sus labios traviesos. Clara había comenzado a odiar la luz verde, porque eso significaba que los besos se acababan.

Cuando llegaron a las puertas de la mansión su semblante cambió desconcertando a la joven, como si fueran dos personas completamente distintas conviviendo en un mismo cuerpo. Clara estaba segura de que estaba enamorada de Ivan pero aún no estaba segura de qué sentir por el “Señor White” ese lado suyo era intimidante, sin sentimientos, alguien que no tenía nada por perder y haría cosas muy turbias por alcanzar el poder.

Pero antes de que el Señor White desapareciera con los hombres de su padre para lo que sea que tuviera que resolver, no se fue sin girar su rostro una última vez y enviarle una sonrisa pequeña y guiñarle el ojo con diversión.

Clara se quedó allí congelada y con el corazón latiendo con fuerza, Ivan no tenía que explicarle nada, la joven entendió que las cosas tenían que ser así, porque su jefe mafioso tenía que seguir con sus mandatos y luego, tendría un momento para ser Ivan otra vez puertas a dentro de su cuarto.

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-Veo que volviste con la chiquilla- Fue lo primero que exclamó su padre cuando el joven azabache entró a su cuarto que se había vuelto poco a poco en la sala común de reuniones.

-Ella va a estar conmigo te guste o no- exclamó a la defensiva.

El hombre ni se inmutó ante la amenaza de su hijo y cambió de tema rápidamente.

-Hoy a la noche hay una gala importante a la que debes asistir, van a estar los italianos, necesito que pongas tu mejor sonrisa y arregles las cosas con ellos, los necesitamos para ampliar nuestro mercado de armas al exterior, no podemos quedarnos atrás con el Grupo Luna.

-Pensé que había sido un fracaso con ellos la última vez- exclamó el joven enarcando una ceja.

-Sí, lo fuiste- dijo sin más, dañando el orgullo de su hijo- Pero yo estoy débil ¿Qué imagen podemos darle del Grupo Sol si me presento así? Además, hoy debo internarme hasta mañana en la clínica para hacerme todos mis estudios, necesito que te encargues de esto así nadie se entera de mi internación ¿Puedes hacerlo? ¿O acaso tengo que comenzar a entrenar a tu hermano menor?

-¡No!- levantó la voz dando un paso hacia adelante.

“Eso sí que no, Nick no puede ser parte de todo este mundo podrido”

-Está bien, lo haré- dijo bajando la cabeza, sabiendo que no tenía más opción. Por su hermano hasta vendería su alma.

-No me decepciones esta vez- sentenció haciéndole un gesto a su guardaespaldas personal para que escoltara a su hijo fuera de la habitación, una vez que estuvo fuera, miró con sospecha a su hombre- Hoy quiero que estés con él.

-¿Señor?

-No te preocupes por mí, quiero que lo vigiles, ha estado muy distraído por esa maldita mujer, luego me mandas el parte de todo.

-Sí señor- exclamó inclinándose y saliendo de allí.

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Clara se encontraba entrenando cuando Ivan o más bien el Señor White se presentó al gimnasio, todos se inclinaron en su presencia, hasta ella. El joven le hizo un gesto con la cabeza y salieron del gimnasio. Caminaron por un largo rato en silencio, hasta que llegaron a una parte que nunca había visitado, la zona de spa.

Apenas Ivan cerró la puerta detrás de sí plantó un beso en sus labios de la joven que la sorprendió.

-¡Ivan! ¡Podrían vernos!- chilló con las mejillas rojas.

-No hay nadie aquí a esta hora- sonrió dándole otro casto beso que la castaña recibió sin problemas.

-¿Cómo estuvo la reunión con tu padre?- preguntó preocupada.

Ivan suspiró y se sentó en una banqueta, Clara hizo lo mismo, sentándose a su lado y posando su mano sobre la de su amado en señal de apoyo.

-Hoy tengo una gala importante, tengo que resolver un problema que yo mismo provoqué hace un tiempo ¿Recuerdas el día que nos conocimos?

Clara rio divertida.

-Si, como voy a olvidarlo, nunca me había pasado algo tan loco como tener proteger la vida de un mafioso que salió de la nada- dijo sonriente.

-¡Tú saliste de la nada!- bromeó el joven- Casi me matan por tu culpa- dijo con un puchero que a la joven le pareció demasiado adorable- Pero resulta que tú me mataste de amor.

-¡Ay por favor que cursi!- rio la joven haciendo reír a Ivan, quien mostró otra vez sus hermosos hoyuelos. Luego de las risas, finalmente se calmaron- Bueno, esos hombres que quisieron matarme, debo arreglar las cosas hoy a la noche.

-¡¿Estás loco?!

-No, aunque no lo creas, las cosas son así en este mundo, un día te quieren matar y al otro si tienes el suficiente dinero para hacer un acuerdo las cosas se pueden olvidar- exclamó con una desesperante tranquilidad.

-Voy a ir contigo- sentenció la joven.

-Ni lo pienses, no quiero que te arriesgues.

-¿Recuerdas que soy tu guardaespaldas?

-Ya no quiero que seas mi guardaespaldas- exclamó con el ceño fruncido y apretando la mano de la joven- Si te pasara algo….

-No me va a pasar nada Ivan, no soy una princesa a la que debas rescatar.

-Eres mi princesa- dijo besando su mano con cariño.

-Bueno…- dijo sonrojándose- Pero este sigue siendo mi trabajo ¿Está bien? No quiero ser solo una princesa encerrada en un castillo, quiero seguir haciendo lo mío- sentenció mirándolo fijamente y desafiante.

Ivan suspiró resignado, sabía lo cabeza dura que podía ser Clara, y además tenía razón, no podía dejarla encerrada en una cajita de cristal alejada de todo mal, aunque él lo quisiera. Y también estaban las miradas ajenas que seguramente ya sospechaban que había algo más entre los dos, eso sería peor, no podía arriesgar a Clara de esa forma, si seguían fingiendo que eran jefe y guardaespaldas estaría más a salvo que si todos supieran que era su amada. Se convertiría en su punto débil, en un blanco fácil y jamás se lo perdonaría.




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