La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 30 - Heredero

Rápidamente dos hombres de negro tomaron cada brazo de Clara y la inmovilizaron en su lugar mientras ella pataleaba con fuerza sin dejar de mirar con sus ojos cargados de deseo asesino hacia Erik.

-¡Voy a matarte!- chilló mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de los hombres.

Erik se sostuvo su mejilla ahora roja por el fuerte golpe mientras observaba con desconcierto a quien había sido su amiga por poco tiempo y ahora parecía querer matarlo.

-Está bien, suéltenla- ordenó a sus hombres.

-Pero señor…- protestó uno de ellos, apretando más el agarre de la joven que parecía un animal salvaje y no una dama.

-No me hagan volver a repetirlo- gruñó mostrando una mirada aterradora que Clara jamás había visto en el siempre sonriente muchacho.

Los hombres se miraron entre sí antes de soltar a la joven quien trastabilló hacia adelante y hubiese caído de bruces al suelo de no haber sido porque Erik la sostuvo con firmeza.

-¡No me toques!- chilló soltándose del agarre.

-Clara…- dijo tratando de mantener la calma frente a todas las miradas atónitas a su alrededor- ¿Por qué estás actuando así? Si el idiota de tu jefe te dijo una mentira de mi…- comenzó a decir furioso.

-No metas a Ivan en esto- advirtió amenazante.

Erik se sintió consternado ante la actitud tan ruda de la joven.

-Escucha Clara, ¿Por qué no vamos a otro lado más tranquilo a aclarar las cosas?- suplicó nervioso, sabiendo que sea lo que sea no quería que esté en boca de todos.

-¿Para qué? ¿Para deshacerte de mí como tu familia se deshizo de mis padres hace años?

La gente alrededor exclamó un “Ohhh” colectivo por la revelación.

-¿¡De qué estás hablando?! ¡Quién te dijo eso! Voy a hablar con White ahora mismo…- exclamó con intenciones de ir directamente a confrontar a su enemigo.

-¡Te dije que no lo metieras en esto!- exclamó con fuerza, sosteniendo del brazo a su enemigo- Esto es entre tu y yo...

De repente, la castaña comenzó a sentir un fuerte malestar en sus entradas, miró con el ceño fruncido a Erik, quien tenía una expresión de preocupación en su rostro.

-Clara…. ¿Estás bien? ¿Te sientes bien?

El rostro del joven comenzó a distorsionarse frente a la muchacha, la imagen se puso negra a los bordes y miles de puntitos empezaron a tapar su visión. De un segundo a otro la joven cerró los ojos, sucumbiendo ante el mareo y sintiendo que sus piernas se aflojaban y dejaban de obedecer.

En un movimiento audaz, Erik la sostuvo entre sus brazos con terror.

-¿Clara qué pasa?!- Exclamó- ¡Reacciona!.- suplicó con nerviosismo.

-¿¡QUÉ LE HICISTE HIJO DE PUTA?!- Erik se giró hacia la voz que no era de nadie más que de su enemigo.

El joven azabache se encontraba a punto de cerrar el trato con los italianos cando movió sus ojos negros una última vez hacia la posicion de su amada, descubriendo que el lugar estaba vacío por su ausencia. Dejó de hablar y su sonrisa se fue de su rostro mientras buscaba entre la multitud a Clara, lo que menos esperaba era, como aquella vez en la gala, volver a encontrarla junto a Erik, solo que esta vez entre sus brazos.

Ignoró a los italianos, dejándolos con las palabras en la boca y una promesa de jamás volver a trabajar con el Grupo Sol si los dejaba allí plantados.

“A la mierda todo esto” Pensó mientras atravesaba el mar de gente hasta su amada, qué era lo que realmente le importaba. Quería arrancar a la joven de esas sucias manos y de una vez por todas hacerlo desaparecer de la faz de la tierra.

Cuando llegó a donde estaba su amada y el asesino de sus suegros, se encontró con una imagen que le heló la sangre.

-¡Y-Yo no le hice nada!- exclamó aún en pánico el joven Black, quien aún sostenía el cuerpo inconsciente de Clara entre sus brazos.

Ivan quería arrancarle la cabeza allí frente a todos, pero ahora su prioridad era Clara.

-¡Suéltala!- protestó dando un paso hacia adelante.

Erik no dijo nada y le entregó con cuidado a la doncella dormida, dejando que Ivan la cargara como en nupcias en sus brazos.

-Esto no va a quedar así, por hoy te salvaste.- sentenció sacándola rápidamente de allí seguido de los guardaespaldas, uno de ellos se detuvo a mitad de camino tomando su celular y haciendo una llamada.

-Señor White… su hijo acaba de dejar el evento de camino a la clínica… No señor, no llegó a hacer el trato, si, por Clara. Está bien, sí señor- cortó la llamada y corrió para alcanzar el coche ya en marcha.

—-

Ivan se encontraba en la sala de espera aguardando noticias de su amada, estaba volviéndose loco, nadie le había dado ninguna noticia de su salud en más de 40 minutos. ¿Y si ese monstruo le había hecho daño? ¿Y si la había envenenado terminando con lo que había empezado con sus padres? Si Clara no salía de esta, no se lo perdonaría, prendería fuego todo el imperio del Grupo Lunay mataría a ese bastardo y a su padre con sus propias manos.

-Por favor… sin ella ya no soy nada- susurró juntando las manos. Ahora más que nunca era consciente de lo importante que se había vuelto Clara en su vida.

-¡Señor White por favor cálmese o le va a agarrar un pico de presión!- suplicó su médico tratando de que el hombre corpulento se mantuviera acostado en la cama privada de la clínica.

-¡Maldita mujer! ¡Maldito el idiota inservible de mi hijo mayor!- gritó hasta que comenzó a toser.

En ese momento, su hombre quien había estado vigilando a la pareja entró al cuarto.

-Señor White, como me pidió aquí están los resultados de Clara- exclamó el hombre acercando un sobre.

-Lealo por favor- le ordenó a su médico, que, sin hacer preguntas de quién era la tal Clara obedeció y abrió el sobre sacando unos estudios de sangre que le habían hecho en la sala de emergencias.

-Los resultados dicen que la paciente está embarazada.- sentenció sin tener idea de que esa revelación haría que los colores en el rostro de su paciente se perdieran y quedara completamente pálido.




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