La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 36 - Emboscada

-Buen día mi amor…- ronroneó la castaña, hundida en el pecho desnudo de su amado.

-Buen día princesa ¿Dormiste bien?- preguntó presando su frente.

-Si…muy bien- sonrió.

Desde que se habían declarado su amor y ya no tenían que ocultarlo al mundo, comenzaron a compartir un cuarto, ni el antiguo suyo ni el de soltero de Ivan. Sino otro, mucho más grande y con una hermosa vista a la gran entrada de la mansión.

-Me alegro princesa- exclamó deslizándose fuera de la cama para comenzar a prepararse para su día- Hoy tengo muchas reuniones, no voy a poder estar contigo-hizo un puchero.

-Déjame acompañarte- susurró Clara, estirando sus brazos fuera de las sábanas.

-Sabes que no quiero que te involucres en los negocios de mi familia-dijo con suavidad, acercándose a la cama besando sus manos- Es peligroso, jamás me perdonaría si…

-Está bien- exclamó ella, sonriendo con tristeza- Sabes que yo también me preocupo cada vez que te vas, a veces…- se sentó en la cama, con sus cabellos enmarañados y la preocupación en su rostro- Tengo miedo de que no regreses.

-Cariño…- dijo sentándose al borde de la cama- Soy más fuerte que eso, aún me quedan muchos años por vivir junto a ti- sonrió con sus hermosos hoyuelos en sus mejillas.- No te vas a librar de mí tan fácil.

Clara rió divertida y se inclinó hacia adelante dándole un beso casto pero cargado de sentimiento.

-Voy a estar ansiosa por tu regreso- susurró muy cerca de su rostro.

-Yo también mi princesa, nos vemos a la noche- exclamó levantándose- Quédate en la cama un rato más, descansa bien y come mucho, a la noche te espera un agotador entrenamiento- dijo guiñándole un ojo.

Aunque ya lo habían hecho un centenar de veces y hasta en lugares en los que podrían haber sido descubiertos por algún empleado, Clara aún se sonrojaba fuertemente cada vez que Ivan decía algo así.

-¡Vete ya!- chilló avergonzada.

Ivan rió una vez más antes de salir por la puerta. Clara se tiró en la cama y cubrió su rostro con su almohada, sin darse cuenta se había quedado completamente dormida.

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“¿Cuánto más va a demorar esto?” Pensó a sus adentros al ver la hora en su Rolex último modelo, ya era casi la medianoche, no había esperado demorar tanto, no podía esperar para volver con su amada y pasar la noche con ella desvelado amándola sin parar.

De repente, comenzó a ver que en el lugar había más movimiento, como si de repente las cosas hubieran cambiado. Con sus ojos negros analíticos, observó en silencio las conversaciones silenciosas de sus nuevos socios, que lo observaban de reojo.

-¿Está todo bien?- preguntó sintiendo un nudo en su garganta que no se había dado cuenta que tenía y parecía que lo iba a ahogar en cualquier momento.

Nadie contestó, hasta que uno de sus hombres corrió hacia él y sintió que algo andaba mal, muy mal.

-Señor White, están atacando la casa.- susurró a su oído.

No tuvo que decir más, Ivan se levantó de golpe de su asiento, tirando la silla hacia atrás, su mente solo podía pensar en una cosa y era en su amada, que seguramente ahora estaría durmiendo plácidamente en su lecho cuando…

“Si le llegan a hacerle algo…”

-Señores…es momento de que demuestren su lealtad al Grupo Sol ¿Nos acompañan?- exclamó demostrando no tener miedo a sus nuevos socios.

Se miraron entre ellos y asintieron con la cabeza.

-Vamos.

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Clara se negaba a dormir, quería esperar despierta a Ivan, no lo había visto en todo el día y comenzaba a preocuparse por él. Quiso llamarlo, enviarle un mensaje, pero no quería molestarlo.

Estaba en su cama leyendo un libro aburrido, o quizás era porque no podía concentrarse, cuando escuchó pasos apresurados desde el pasillo.

-¿Ivan?- exclamó en voz alta, corriendo hacia la puerta, que se abrió de golpe antes de que pudiera siquiera tomar el pomo, haciéndola retroceder de golpe.

Hubiera muerto de un infarto, de no ser porque el rostro que apareció delante de ella era de alguien que conocía bien.

-¿Nick? ¿Qué sucede? ¿Dónde está tu hermano?.-preguntó nerviosa por la visita nocturna inesperada.

-Shhh…- la cayó el joven, posando su mano en su boca y cerrando la puerta detrás de sí.

Clara intentó hablar a través de la mano.

-Voy a soltarte, pero si no hablas- susurró el joven- ¿Está bien?

Clara dudó pero finalmente asintió con la cabeza y aunque tenía ganas de hacer muchas preguntas, se contuvo.

-Escucha Clara, debemos escondernos- susurró caminando por el cuarto, tanteando las paredes con su mano.

Clara lo siguió por detrás, pensando que su cuñado había perdido la razón, hasta que vio algo que no se esperaba, en su propio cuarto había una puerta escondida, que daba como a un pequeño escondite, como una extensión de su cuarto.

Nick se hizo a un lado para que Clara entrada primero. La joven dudó por un segundo, pero finalmente entró, luego el joven entró y cerró la puerta.

Nick encendió la luz del pequeño cuarto y se sentó en el suelo abrazando sus piernas.

“Bueno, esto es raro” Pensó nerviosa.

-¿Ahora me vas a decir que está sucediendo?- susurró caminando nerviosa por el pequeño cuarto.

De repente su celular comenzó a sonar y para su desconcierto el móvil había quedado olvidado en su cama.

La castaña intentó salir, pero su cuñado la agarró con fuerza del brazos.

-No salgas Clara…

-Pero ¿Y si es tu hermano?- preguntó desesperada.

-Nos están atacando- exclamó el joven, tratando de mantener la calma.

-¿Qué? ¿Y tú hermano? ¿Él está bien?

-No lo sé…. Simplemente entraron, m-mataron a todos los guardias de la entrada y-y… yo solo corrí con todas mis fuerzas y vine hasta aquí, no sé más.- exclamó sentándose nuevamente en el suelo- Padre se debe estar encargando.

Clara comenzó a hiperventilar, sintiendo la muerte en su interior. ¿Y si habían atacado porque Ivan estaba muerto y ahora venían por todos ellos?




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