La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 44 - Antes de que sea demasiado tarde

Lo último que Clara recordaba era que estaba acostada en la camilla en el quirófano rodeada de médicos y con una pequeña cortina debajo de sus pechos. No podía sentir nada de su cintura para abajo mientras los médicos trabajaban en el parto asistido.

Lo único que pudo hacer fue contener las lágrimas de emoción y miedo mientras esperaba el llanto de su hijo. Cuando el bebé lloró finalmente ella también lloró, viendo como alzaban al niño y lo acercaban a su pecho por unos minutos antes de llevarlo a control.

-Hola pequeño…- exclamó suavemente, besando su pequeña cabecita con una mota de peli negro.

Al principio estaba aterrorizada de que su hijo tuviera algún parecido con su ex, pero al verlo tan diminuto e inocente descansando en su pecho pensó que no podía ser más perfecto, que no quería que fuera de otra forma.

Luego de un rato finalmente había sido llevada a la habitación para recuperarse de la operación. En ese mismo momento llegó Nick con una amplia sonrisa en el rostro, aunque sus ojos estaban rojos, como si hubiera estado llorando.

“Supongo que no soy la única conmocionada” Pensó débilmente.

-Hola…- exclamó suavemente el joven.

-Hola- dijo cansada la castaña-

Nick se sentó en la silla al lado de su cama, tomando la mano de la joven y acariciándola con su pulgar. Tocaron la puerta y el muchacho se tensó, pero se relajó otra vez al ver que era la enfermera con la pequeña cuna.

-Hola mami, le traigo a su hijo- dijo dulcemente, colocándolo al lado de Clara.

La enfermera se retiró y Nick miró desde su asiento con curiosidad al niño.

-Adelante, puedes cargarlo- exclamó sonriente.

-Tengo miedo de hacer algo mal- admitió.

Clara rió divertida, aunque sus puntos dolieron.

-Confío en ti.

Esas tres palabras fueron como puñales en el corazón del joven. Se mordió el labio inferior con fuerza y se levantó, rodeando la cama hasta llegar a la pequeña cuna donde dormía plácidamente su sobrino.

-Es tan pequeño- susurró hipnotizado. Con mucho miedo, lo levantó, teniendo el mayor cuidado posible y lo acercó a su pecho, meciéndose lentamente de un lado al otro- ¿Cómo se llama?- preguntó sin dejar de mirarla al bebé durmiente que parecía estar muy cómodo entre los brazos de su tío.

Clara observó maravillada la escena y no pudo evitar tomar su móvil y tomar una foto sin que su cuñado se percatara.

-Yo… aun no lo sé- exclamó avergonzada.

Se sentía una estúpida por no haber elegido en los 9 meses de embarazo un nombre para su hijo. Pero después de todo aún había tenido la ilusión de elegirlo junto con Ivan.

-Aún debo pensarlo bien-

-¿Qué tal mi nombre?- Bromeó el joven.

-Eres un tonto- se rió y frunció el ceño por los puntos- Por cierto… ¿Dónde está mi hermano?

Nick se tensó por un momento y no pudo hacer otra cosa más que mirar al indefenso bebé que no tenía la culpa de nada.

-É-Él está en la recepción completando unas cosas de la internación- respondió resbalándose con las palabras.

Clara pareció creerlo, recostándose en las mullidas almohadas sin sospechar.

-Sabes…. Serás un gran padre algún día, hace unos minutos tenías pánicos ¡Y mírate ahora! Eres todo un experto- exclamó sonriente.

Pero Nick no le devolvió la sonrisa, la culpa era tan pesada en su corazón que no merecía ningún elogio.

-No lo creo Clara…

-¿Qué dices? Eres la persona más buena e increíble que he conocido-

-Debe ser la anestesia que te hace decir esas cosas…- exclamó desviando la mirada.

-No seas tonto, no me anestesiaron por completo- sonrió- Es cierto Nick, enserio, gracias por estar aquí conmigo. Ahora me siento apenado por haber desconfiado de ti, me equivoqué, lo siento- Exclamó bajando la mirada.

Nick sintió el ardor en sus ojos, no merecía esas palabras.

-Sabes que puedes venir con nosotros ¿No? Puedes quedarte el tiempo que quieras, no tienes que seguir huyendo. Nosotros…. Podemos ser tu familia. Nick, Ey ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

Nick había comenzado a llorar a mares sin siquiera darse cuenta. Caminó con las piernas temblorosas hacia su cuñada y se acercó al hijo sin dejar de llorar.

-¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?- preguntó preocupada mientras resguardaba a su niño entre sus brazos.

-L-Lo siento Clara….- dijo con la voz rota.

-¿Por qué te disculpas Nick? No hiciste nada malo.

-¡Si lo hice!- chilló con el rostro rojo y mojado.

Su grito despertó al niño que comenzó a llorar desconsoladamente.

Clara estaba abrumada, meciendo a su niño en brazos y sin entender qué pasaba con su cuñado.

-No entiendo… ¿Qué hiciste?- preguntó asustada.

Nick tomó su teléfono con sus manos temblorosas, viendo el mensaje que le habían enviado sus hombres, avisando que en cualquier momento iban a entrar.

-No… no no- exclamó nervioso.

-¿Qué? ¿Qué pasa?- exclamó la joven intentando incorporarse sin éxito, aún adolorida por la cirugía.

-Tenemos que irnos antes de que ellos lleguen- Nick miró hacia todos lados, buscando en las paredes blancas de la habitación un plan para escabullirse.

-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?- preguntó aún más aterrorizada, abrazando a su niño.

Justo en ese momento un médico entró al cuarto.

-Buenas noches, hora de la revisión- dijo amablemente.

Pero el joven vio en ese pobre sujeto la oportunidad para escapar. Sin perder el tiempo se abalanzó sobre el hombre, haciendo gritar de terror a su cuñada, que observó impotente desde la cama como Nick dejaba inconsciente en dos segundos al pobre médico.

Clara tembló asustada en la cama, observando en silencio cómo le quitaba el uniforme de trabajo y se lo colocaba rápidamente.

-Tenemos que irnos ya- exclamó tomando la silla de ruedas de la esquina del cuarto y acercándola a la cama.

Clara negó frenéticamente y se alejó lo más que pudo de su cuñado.

-¡Clara por favor! ¡Ellos van a entrar en cualquier momento y se van a llevar al niño!- exclamó desesperado.




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