Capítulo 46 - Al rescate

Nick cerró todas las puertas y ventanas de la cabaña con cerrojo. Apagó todas las luces que no eran necesarias y que podrían llamar la atención de sus enemigos. Necesitaban pasar desapercibidos lo mejor posible hasta que las cosas se calmaran.

Por el rabillo del ojo vio a Clara levantándose de la silla de ruedas con su niño en brazos.

-¿Qué haces? No te levantes- exclamó alarmado.

La joven madre lo ignoró y le entregó su bebé, que ahora dormía plácidamente entre cobijas, a la mujer que la ayudaría a cuidarlo. Erik se había encargado de tener en casa todo lo necesario para el cuidado del niño mientras estuvieran ocultos, y eso incluía ayuda en la crianza.

-Por favor, cuídalo bien mientras no estoy- pidió la joven.

La mujer mayor tomó al pequeño y Clara se acercó a darle un suave beso en su frentecita. Luego la empleada se lo llevó hacia el piso superior.

Nick arqueó las cejas con confusión.

-¿Mientras no estás? ¿De qué estás hablando Clara?

La joven caminó hasta el baño y abrió el botiquín de primeros auxilios, tomó dos analgésicos para el dolor y se los tragó de una sola vez. De esa forma iba a poder soportar la nueva cicatriz en su cuerpo.

-No voy a dejar morir a mi hermano- sentenció tomando su abrigo.

-No, no, no, de ninguna manera- Exclamó Nick poniéndose delante de la puerta con los brazos extendidos.

-No voy a dejar que tu hermano le haga algo a Erik- dijo con dureza mientras abría la palma de su mano hacia uno de sus hombres que custodiaban la casa.

El hombre sacó de su bolsillo un arma y se la entregó a la joven. Nick exclamó exaltado, era una locura y una muy mala idea.

-Clara, Ivan es víctima al igual que nosotros- exclamó desesperado, aferrándose a la puerta.

-Entonces deberías acompañarme y rescatar a tu hermano- dijo mientras comprobaba que el arma tuviera balas.

-Estás yendo directo a la boca del lobo Clara. Mi padre debe estar esperando a que aparezcas.

-Y eso es lo que haré, no creo que me mate sin antes averiguar dónde está el heredero del Grupo Luna. Sería en vano deshacerse de mí sin esa información.

Clara avanzó hacia la puerta. -Hazte a un lado Nick-exclamó con dureza en su mirada.

El joven negó fuertemente con la cabeza, aunque podía sentir el sudor del nerviosismo caer por su frente ante la mirada amenazante que le estaba enviando su cuñada.

-No voy a moverme, no quiero que mueras- exclamó con un nudo en la garganta- Ya la cagué bastante con mi amigo…- dijo desviando la mirada llorosa.

En vez de sentir compasión o lástima por él, la joven levantó el arma y apuntó justo en el pecho de su cuñado, presionando con fuerza contra su ropa.

-Hazte a un lado Nick. Si aún sigues siendo tan cobarde como para huir una vez más, vete, no voy a perseguirte. Pero déjame ir por Erik y también por tu hermano.

Mentiría si dijera que las palabras de su cuñada no fueron un puñal en su corazón, pero aunque le doliera, eran ciertas. Había huido toda su vida y tenía planeado hacerlo una vez más. Pero la mirada llena de determinación y valor de la joven le dio ese empujoncito que le estaba faltando para finalmente hacerse cargo de sus acciones.

Nick tomó el cañón del arma que aún estaba siendo apuntada a su pecho y la bajó.

-Voy contigo, no quiero que vayas sola.

-No voy a ir sola, voy con mis hombres.

-Aun así….

-¿Estás seguro Nick?- dijo ahora más calmada y con preocupación maternal- No tienes que hacerlo. Prometo ayudar a tu hermano si realmente también está en peligro y no es parte de todo esto.

Nick tomó los hombros de su cuñada y ahora él la observó con determinación.

-Iré contigo, es mi decisión.

Clara intentó buscar en la mirada oscura de su cuñado que le hacía recordar a su amado, algún rastro de miedo o duda, pero lo único que encontró fue una mirada madura, como si de repente el joven hubiese envejecido años.

-Si las cosas se vuelven peligrosas, por favor solo vete- le pidió- ¿Lo prometes Nick?

-Lo prometo.

Clara suspiró aliviada y guardó el arma debajo de su ropa.

-Lamento haberte apuntado- dijo avergonzada.

Nick se rió divertido. -Creo que lo necesitaba para reaccionar- exclamó sonriente, contagiando su sonrisa a su cuñada.

Luego su expresión se borró dando lugar a una mueca seria.

-Vamos entonces.

-Vamos.

---

El señor White observaba por el gran ventanal de su despacho la oscuridad de la noche, cuando uno de sus hombres tocó la puerta de entrada antes de asomarse.

-¿Qué sucede?- Preguntó con un tono tranquilo y sin voltearse.

-Están cerca señor.

-Bien, recuerda que la quiero viva y a mi hijo también, con los demás hagan lo que les plazca.

-Sí señor.

Clara no se sorprendió cuando llegaron a la entrada de la mansión del grupo Sol y se encontraron con una multitud de hombres trajeados con armas de todo tipo que habían anticipado su llegada.

Sintió a Nick tensarse a su lado y puso su mano sobre la suya.

-No te preocupes, tu padre está loco, pero no tanto como para matar a su propio hijo.

-¿Y a ti?- dijo preocupado.

-Si alguien va a matarme estoy segura de que va a querer hacerlo con sus propias manos. No creo que quiera que lo haga alguien que no sea él.

Eso no relajó la expresión de desconcierto en el rostro del joven.

-Es parte del plan Nick, de otra forma no podríamos acercarnos tanto. –Clara observó cómo sus autos se detenían y sus hombres bajaban y corrían hacia sus objetivos- Bien vamos- ordenó tomando con fuerza la mano de su cuñado- Mantente a salvo ¿Está bien?

-Está bien- respondió y salió junto con la joven. – Tú también, por favor.

---

-Es inútil, las ataduras son muy duras- exclamó con frustración Erik, sintiendo sus dientes arder de dolor por tratar de cortar las cuerdas de las muñecas de Ivan sin éxito.

Ivan sentía que se volvería loco en cualquier momento, ambos habían escuchado como de un momento a otro el silencio de la gran casa se había llenado de detonaciones de armas una tras otra. El Grupo Luna había irrumpido en la casa de los White para recuperar a su líder, lo que el azabache no podía saber era si Clara estaba o no entre ellos y eso lo tenía abrumado.