La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 47 - La única esperanza

-Tranquilo Nick, todo va a salir bien- le susurró Clara a su cuñado. Mientras ambos eran escoltados por dos hombres del Grupo Sol hacia dentro de la mansión donde aguardaba su enemigo.

La joven sintió un fuerte tirón en su brazo- Cállate traidora- Gruñó el hombre.

Clara contuvo sus ganas de mandarlo a la mierda y optó por respirar profundo por la nariz para mantener la compostura. Por otra parte, Nick no dijo nada, no quería provocar una pelea de la que no sabría si saldría con vida. Su cuñada le había dicho que su padre no sería capaz de lastimar a su propia sangre. Pero realmente no estaba seguro de si eso era cierto.

Hasta que no viera frente a él a su hermano mayor, no estaba seguro si aún seguía con vida.

Llegaron a la puerta cerrada del despacho del señor White.

-Señor, los tenemos- indicó uno de los hombres.

-Hágalos pasar- ordenó con la voz sin emociones.

De un momento a otro Clara y Nick fueron arrojados sin cuidado dentro del cuarto, cayendo de bruces al suelo. La joven cerró los ojos con fuerza y se tragó el dolor que nació en los puntos de su vientre, mordió con fuerza su labio inferior y deseó haber tomado más analgésicos.

-Finalmente nos volvemos a encontrar, nuerita- murmuró el hombre.

Clara pudo ver los zapatos negros y perfectamente lustrados del hombre caminar hasta ella.

Con la poca dignidad que aún mantenía, la joven levantó su mirada color miel llena de odio hacia arriba, encontrando a su peor pesadilla sonriéndole con diversión.

Asco y desprecio fueron algunos de los sentimientos que sintió al ver a ese hombre que había arruinado todo.

Los ojos negros sin emociones del hombre se arrastraron hacia el cuerpo que estaba a su lado.

-Por cierto, gracias por traerme a mi hijo.- exclamó- Levántate- le ordenó.

Nick observó a Clara antes de obedecer a su padre. La joven asintió con la cabeza y Nick se levantó frente a su padre.

-Padre…- dijo odiando cómo esas palabras salieron de su boca- Solo vine para que liberes a Ivan. Es a mí a quien quieres, no a él.

-Ohhh, que considerado con tu hermano- dijo falsamente- Él está bien, y lo va a seguir estando si tú te mantienes a mi lado.

Nick cerró sus puños con tanta fuerza que temblaron, sabía que su hermano sería la garantía de su madre para mantenerlo en esa cárcel que supuestamente era un hogar.

-¿Por qué sigues haciendo esto? Ya ganaste, ya entendimos que eres el más fuerte ¿Por qué seguir?- exclamó sintiendo un nudo en su garganta.

-Oh no hijo, aún no gané, aún hay una pieza del juego que me está estorbando- dijo mirando hacia Clara, quien lo observaba con una mirada asesina- Mientras ese niño siga por ahí escondido en algún lugar va a ser una piedra en mi zapato toda la vida. Lo mejor es quitarlo del camino ahora.

-¡Es solo un bebé, padre!- chilló Nick.

-Ahora lo es, luego será una amenaza.- dijo con desprecio- Se va a convertir en un hombre que va a querer venganza y quitarme todo mi reino.- exclamó tomando del brazo con fuerza a la joven y levantándola del suelo de un solo tirón.

Ante la sorpresa del movimiento, Clara liberó un grito de sorpresa y dolor por los puntos que se movieron en su vientre.

-¡Suéltala! ¡La estás lastimando!- gritó Nick agarrando el brazo de su padre.

-No hasta que me diga dónde esconde a ese bastardo.- apretó con más fuerza el agarre.

Clara apretó con fuerza la mandíbula y se tomó un segundo para calmar sus dolores.

-Jamás vas a encontrar a mi hijo, él está a salvo de todos tus planes.

El hombre sonrió divertido y se relamió los labios de forma grotesca- Eso lo veremos niña, a ver cuánto aguantas antes de confesarlo- El hombre observó a uno de sus guardaespaldas- Trae a Erik. Vamos a ver si resiste ver sufrir a su hermanito.

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Erik estaba apoyado contra una de las frías paredes tratando de mantener la calma e ignorar el dolor insoportable en su pulgar luego de que Ivan se lo quebrara y lo liberara de sus ataduras.

-¿Escuchaste eso? Se acercan- avisó el joven azabache.

Erik sabía lo que eso significaba, debían iniciar con su plan. No es que fuera algo muy elaborado, pero era su única opción de salir de allí enteros.

Ivan se sentó en su esquina con los brazos hacia atrás y con la mirada gacha. Erik hizo lo mismo en su esquina.

Mientras escuchaba que los pasos desde el pasillo se acercaban más y más, sentía que las gotas de sudor caían por su rostro.

¿Y si todo salía mal?

Era la única esperanza para salvar a su hermana y su sobrino. No podía cagarla. No esta vez.

La puerta de metal se abrió, pero ninguno de los dos levantó la mirada, fingiendo estar inconscientes.

-Solo a Back- le ordenó una voz a otra.

Erik escuchó los pasos del hombre caminar hacia él y tomarlo con fuerza de su ropa, jalandolo hacia arriba sin piedad.

-Despierta idiota, tienes visitas- exclamó con desprecio el hombre.

Erik levantó su mirada y sus ojos castaños fueron directamente hacia Ivan, quien había levantado la mirada y asintió con la cabeza dando por empezado el plan.

En un descuido del otro hombre que le estaba dando la espalda a Ivan, el joven se levantó de golpe y lo agarró por detrás rodeando su brazo alrededor del cuello imposibilitando sus movimientos.

-¿Qué carajos?- exclamó el otro hombre, volteandose para ver el forcejeo.

Erik aprovechó esta distracción y tomó el arma que estaba en el cinturón del guardaespaldas y le apuntó.

-A la esquina y con la boca cerrada- le ordenó.

El hombre retrocedió con la mirada llena de odio, obedeciendo a Erik.

-De espaldas- ordenó sin dejar de apuntar.

De reojo vio como Ivan consiguió dormir al otro y ponerlo boca abajo en el suelo. Sin perder el tiempo ató sus muñecas y también le quitó el arma.

-Se van a arrepentir de hacer esto, están firmando su sentencia de muerte.

-Cállate si no quieres quedar inconsciente tú también- exclamó Ivan, atándole los brazos por detrás de la espalda.




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