La guardaespaldas del Mafioso

Capítulo 48 - Adiós

Todo pasó muy rápido ante la mirada de Clara. Pudo haber sido más rápida y esquivar el agarre del señor White si los analgésicos no hubiesen dejado de hacer efecto en su cuerpo. Pero no fue así, de un momento al otro el hombre la estaba agarrando por detrás y presionando el arma en su cien. No tuvo que levantar la vista para saberlo, el frío del metal contra su piel la hizo temblar de miedo.

-Ni un paso más- advirtió el hombre mientras retrocedía sin soltar a Clara.

Ivan y Erik se detuvieron en seco.

-¡Padre, suéltala!-chilló Nick con los ojos llorosos.

Erik observó con sorpresa a quien había considerado su amigo.

-¡Bastardo! ¡Esto es tu culpa!- le gritó enfurecido, había estado guardando su rencor todo este tiempo mientras había estado secuestrado en la sucia habitación.

El señor White se rió con fuerza haciendo doler los tímpanos de la joven.

-¿Qué esperabas? ¿Qué estuviera de tu lado? Su lugar es aquí conmigo.

-¡Ya basta!- gritó Ivan, llamando la atención de todos, hasta de Clara, quien no había sido capaz de mirarlo a los ojos hasta ese momento.

Las esferas color miel de la joven se cruzaron con las oscuras del joven una vez más, luego de meses. Pudo sentir su corazón latir con fuerza y llenarse de vida. Había pensado que el amor que tenía por ese hombre, el padre de su hijo, se había agotado, pero no era así. Siempre estuvo ahí, dormido en lo más profundo de su corazón.

-Se acabó, padre- continuó Ivan, desviando su mirada hacia el hombre.

Clara sintió un vacío cuando esos ojos la abandonaron, lo extrañaba, más que nunca. Quería que todo aquello se acabara de una maldita vez y volver a ser la familia que nunca habían llegado a ser.

-Estás acorralado, ya termina con esto, nadie está de tu lado.

El hombre gruñó, apretando con más fuerza el arma en la cabeza de su nuera.

-No hasta que me digan dónde está el maldito bastardo- amenazó.

Ivan vio todo rojo, no había conocido a su niño, pero no necesitaba hacerlo para que su instinto paternal quisiera tomar el mando y matar a cualquiera que intentara hacerle daño.

-Maldito- gruñó dando un paso hacia adelante. Pero una mano firme se posó en su pecho y le impidió moverse.

Desconcertado, se giró hacia donde venía la mano, encontrando a Erik impidiendo sus movimientos.

Su mirada decía “No lo hagas”

-Señor White- se adelantó el joven, colocándose delante de Ivan- Es a mí a quien quiere en realidad, acabemos con esto ¿Está bien?

-¡Erik no!- Gritó Clara.

-Ella no va a decirte dónde está su hijo, aunque la tortures… aunque la mates, no va a decírtelo-

El Señor White gruñó apretando el agarre de su nuera.

-Erik ¿Qué haces?- le preguntó Ivan en un susurro. Pero el joven lo ignoró.

-Suelta a mi hermana y yo voy en su lugar, sin protestar- negoció.

-Es un engaño- exclamó el hombre.

-Solo quiero que mi hermana esté a salvo. Ella no tiene la culpa de haber sido engañada todo este tiempo. Es a mi familia a quien odias, a mi padre y a mí. Ya quitaste a mi padre de tu camino-exclamó tratando de que su voz no saliera cargada de resentimiento- Y ahora solo falto yo.

Clara estaba llorando en silencio, su hermano se estaba arriesgando por ella.

El hombre pareció pensarlo. Sabía que tratar de sacarle información a Clara del paradero de su hijo sería en vano.

“Si presiono a Erik, probablemente él mismo lo diga” Pensó.

-Tira el arma a mis pies- ordenó.

Erik no dudó en hacerlo, luego miró los ojos llorosos de su hermana y le envió una sonrisa tranquilizadora.

-Acércate y no hagas ninguna locura- ordenó el hombre.

Erik caminó hacia su enemigo, bajo la mirada preocupada de Nick, quien lo vio pasar frente a sus ojos. Tenía tantas cosas que decirle, pedirle perdón por su traición, si estaba en esa situación era por su cobardía.

Ivan sentía su manos temblar de nerviosismo, no podía ser todo tan fácil. ¿Su padre se dejaría convencer así como así por Erik?

Observó desde la distancia en silencio. Como su padre pisaba el arma en el suelo y en un rápido movimiento soltaba a Clara y tomaba a Erik del cuello.

Clara sintió su cuerpo liviano sin el peso del hombre y no dudó en correr a los brazos del hombre a quien había amado y aun amaba.

Ivan la vio correr en cámara lenta hacia él. Abrió los brazos para darle la bienvenida, no se había dado cuenta de que estaba llorando hasta ese momento. Pero sus ojos negros se desviaron hacia su padre, quien no había apartado su mirada oscura de Clara, y en un rápido movimiento apuntó el arma hacia ella.

-¡Nooo!- gritó Ivan. Pero estaba muy lejos, aunque intentó correr hacia su amada y ponerse frente a ella fue en vano. De un momento a otro el sonido del disparo dejó a todos sordos.

Luego del estruendo todo quedó en silencio. Clara estaba en el suelo, cubriendo sus oídos con sus manos. Ivan corrió hacia el centro del despacho, encontrando un charco de sangre, pero que no salía de su amada, sino de su hermano menor, quien estaba tirado detrás de Clara con una expresión de dolor mientras sostenía su estómago ensangrentado.

Erik se liberó de un codazo del agarre del hombre y corrió, junto con Ivan hacia el joven.

-No…no no- susurró Ivan con desesperación.

Clara gritó al notar que no era ella la herida si no Nick.

-¡Nick! ¡¿Qué hiciste?!-Se volteó hacia él y lo agarró en sus brazos, recostando la cabeza del joven en sus rodillas.

El señor White observaba la escena con horror, dejó caer el arma al suelo en shock, sintiendo su mano arder de culpa, le había disparado a su propio hijo, a quien sería su heredero, y que ahora estaba muriéndose frente a sus ojos. Retrocedió en shock, chocando su espalda contra la biblioteca, sintiendo su corazón latir con más fuerza de la normal.

-Nick… Nick….- Dijo Ivan desesperado, tratando de frenar la hemorragia con sus manos temblorosas. –D-dios mío…- sollozó.




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