La guardiana

La guardiana

“Ester tenía un hermoso rosal que daba rosas color rosa. Ella amaba todas las plantas pero en especial a ésta. La abonaba y regaba con dulzura. Dicen que cada rosal tiene un hada guardiana dormida entre las espinas y que despierta solo en caso de que la planta corra peligro. Una noche fría de julio entró un ladrón al patio de la casa de Ester. Atacó a la mujer, la ató y empezó a robar sus pertenencias. Cuando salió afuera cayó encima del rosal y se pinchó el cuerpo. El hada del rosal despertó enfurecida y empezó a arrojarle espinas al maleante. El malhechor dejó las pertenencias de Ester y salió corriendo atemorizado y lastimado. El hada desató a Ester y se enroscó entre las espinas del rosal para volver a dormir un sueño profundo. La mujer estaba muy agradecida. En menos de un mes, el patio de Ester se había convertido en un parque lleno de rosas. El rosal había crecido y solo Ester podía ver a las hadas dormidas sobre las espinas de las rosas. Se sentía segura.”

 



#28299 en Otros
#8847 en Relatos cortos
#20577 en Fantasía
#4413 en Magia

En el texto hay: rosas, hadas, ladron

Editado: 08.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.