La Guardiana De Acero

Epilogo: Un Nuevo Comienzo

Epílogo: "Un Nuevo Comienzo"

La luz del amanecer se filtraba a través de las enormes ventanas del despacho principal de Vannucci Enterprises, iluminando la figura de Valeria, quien estaba de pie junto a la mesa, revisando un informe de seguridad. Vestía su característico uniforme negro, impecable como siempre, pero ahora había un brillo en sus ojos azules que antes no estaba allí. A pesar de su postura profesional, había algo diferente en su semblante, una mezcla de determinación y algo más suave, más personal.

Isaac entró al despacho con su habitual confianza, llevando una taza de café en una mano y un archivo en la otra. Su mirada se posó en Valeria, y una sonrisa se dibujó en su rostro, una que reservaba exclusivamente para ella.

—¿No te cansas de ser tan eficiente? —preguntó, dejando el archivo sobre la mesa.

—¿No te cansas de ser tan predecible? —respondió Valeria, sin levantar la vista del informe, pero con una ligera curva en sus labios que delataba su buen humor.

Isaac se acercó y dejó la taza de café junto a ella.

—Café negro, como te gusta. Aunque sospecho que ya lo sabías.

—Eres un hombre de recursos limitados, Isaac. No es difícil anticiparte —replicó Valeria, tomando la taza con elegancia.

Isaac soltó una carcajada y se apoyó en el borde de la mesa, observándola con atención.

—Sabes que me encanta cuando intentas menospreciarme. Es casi entrañable.

Valeria finalmente levantó la vista, sus ojos azules encontrándose con los de él. Había algo en su mirada que hablaba de confianza mutua, de un entendimiento que iba más allá de las palabras.

—Y sabes que me encanta cuando te demuestras que puedes soportarlo —respondió ella, dejando la taza a un lado.

La dinámica entre ellos había cambiado, pero no tanto como para perder la esencia de quienes eran. Valeria seguía siendo la profesional inquebrantable, la mujer orgullosa que no permitía que nadie la subestimara. Isaac seguía siendo el empresario audaz, seguro de sí mismo y, a veces, descaradamente coqueto. Pero ahora había algo más, una conexión que no necesitaba ser explicada.

Esa tarde, mientras inspeccionaban la seguridad de un próximo evento de la empresa, Isaac rompió el silencio con una pregunta que había estado rondando en su mente.

—¿Alguna vez pensaste que terminarías aquí? —preguntó, caminando a su lado por el pasillo vacío.

Valeria arqueó una ceja, sin dejar de analizar las cámaras de seguridad.

—¿A qué te refieres? ¿En este edificio? ¿En este trabajo? ¿O contigo?

—Contigo —dijo él, sin rodeos.

Valeria se detuvo, girándose para mirarlo. Había aprendido que Isaac no hacía preguntas sin motivo, y esta parecía venir de un lugar genuino.

—No, no lo pensé. Pero tampoco pensé que encontraría a alguien que entendiera mi forma de ser y que, a pesar de todo, decidiera quedarse.

Isaac sonrió, esta vez sin el habitual toque de ironía.

—Tampoco pensé que encontraría a alguien que pudiera desafiarme en todos los sentidos. Pero aquí estamos.

Ella asintió lentamente, reconociendo la verdad en sus palabras.

—Aquí estamos.

Con el tiempo, su relación se convirtió en un delicado equilibrio entre lo profesional y lo personal. Valeria seguía siendo la guardaespaldas impecable, la mujer que estaba dispuesta a arriesgarlo todo para proteger a Isaac. Pero también era su confidente, su compañera, la persona con la que podía ser completamente honesto.

Por su parte, Isaac aprendió a apreciar aún más la fortaleza y el orgullo de Valeria, entendiendo que detrás de esa fachada había una mujer que también necesitaba apoyo, aunque rara vez lo pidiera. Juntos enfrentaron nuevos desafíos, tanto en el mundo empresarial como en su relación, pero siempre con la misma determinación que los había unido en primer lugar.

En una noche tranquila, mientras ambos estaban sentados en la terraza de la casa de Isaac, mirando las luces de la ciudad, Valeria rompió el silencio.

—Sabes que esto no será fácil, ¿verdad? —dijo, girándose para mirarlo.

Isaac tomó su mano, algo que se había vuelto natural entre ellos.

—Nada que valga la pena lo es. Y tú, Valeria, vales cada esfuerzo.

Ella lo miró por un momento, dejando que sus palabras se asentaran. Luego, con una pequeña sonrisa, respondió:

—Entonces, espero que estés listo. Porque no pienso conformarme con nada menos que lo mejor.

Isaac rió, apretando su mano con suavidad.

—Nunca esperaría menos de ti.

Mientras las estrellas brillaban sobre ellos, ambos sabían que su historia apenas comenzaba. Habían encontrado algo único el uno en el otro, algo que los hacía más fuertes, más completos. Y aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbre, estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.

Porque, al final, eran un equipo. En todos los sentidos.

Esta historia es algo corta, la habia el boceto hace un tiempo, pero recien estoy subiendola o buena, la parte 1, pero ya estoy subiendo la segunda parte, bueno eso mi gente bella, los quiero bye bye




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