La guardiana de la luna.

CAPITULO 10: La noche que la valentía y la historia salió.

1

En el mundo normal son las aves quienes te despiertan pero en este mundo es cualquier cosa que pueda volar o en caso las aves mitad león que entran por tu ventana y que son el doble de tamaño que tu, eso es lo que pensaba Olivia. Olivia era muy curiosa pero de pequeña aprendió lo que pudo sobre estos seres mitológicos pero nunca creyó que podría tocar uno.

Al parecer estos seres eran tranquilos pero odiaban que les dieran ordenes, eso lo aprendió cuando quiso echar a uno de su habitación y este casi la ataca pero había llegado a la persona que menos esperaba para sacarlo — Error de novato— era Ciro, quien ahora llevaba un aspecto totalmente diferente. — ¿Estas bien?.

— ¿Qué haces aquí? creí que tu familia tenia prohibido entrar — Thomas y Nat le habían contado la historia de los DeLucca.

— ¿Ya lo sabes? — Ciro cerro las cortinas y miro a Olivia de la misma manera en la que la vio esa noche oscura — Solo yo, pero... con ciertas reglas — Ciro quiso tocarla pero Olivia lo esquivo.

— Y yo que creí que no te volvería a ver.

— Pero estoy aquí y te daré la oportunidad de que veas como soy realmente — Ciro tomo su mentón pero Olivia reacciono antes y se movió hacia el otro lado de la habitación.

— Vete — le exigió Olivia y le abrió la puerta pero Alec la cerro abruptamente.

— Debo decir que te ves mas atractiva ahora con estos meses de entrenamiento y con las ojeras que te cargas — comentó Ciro y Olivia trato de disimular poniéndose los dedos debajo de los ojos.

— No por nada soy la mejor en mi clase de teoría con Stefan, ahora, lárgate de mi cuarto.

— Eres nueva pero debes saber que soy uno de los mayores y también uno de los maestros y tu por mas guardiana que seas eres una novata y los novatos son en el nivel mas bajo de la academia — los ojos de Ciro se volvieron negros y luego volvieron a la normalidad — Así que ten cuidado como me hablas — volvió a abrir la puerta — Debes estar en el patio en diez minutos y solo soy compresivo en la cama y tu lo sabes bien — se despidió con un giño.

2

— Abre el armario hay un regalo para ti —oyó Oliva en su cabeza con la voz de Thomas. Vio por la ventana y el estaba con su obituario negro abajo.

Olivia hizo caso y al abrirlo encontró colgado un atuendo que no era suyo pero era completamente negro. Al ponérselo le había quedado perfecto y se hizo una cola de cabello para combinar y por la clase que le tocaba tomar.

Ella bajo y encontró a varios de sus compañeros, se sintió extraña estando entre ellos pero tuvo que ponerse en la fila. Frente a ellos estaban cuatro los cuales eran Nat, Thomas y Ciro y el de los ojos verdes con miel estaba en el medio de ellos. — Se que muchos de ustedes están emocionados por su último año en la academia y que muchos lo hacen por salir y conocer el mundo de los mortales pero desde ahora les digo que no será fácil, no cualquiera se convierte en cazador, aquí mírenlos — se refería a los que estaban a sus lados.

— Ellos serán sus maestros, incluyéndome, ya me conocen pero para los que no, soy Scott Morgan — dirigió la mirada a Olivia.

El horario se distribuía en grupos pero Olivia tenía uno exclusivo con Scott que la entrenaba fuera de horario desde hace cuatro meses.

3

Era tarde en Kendelltar y como todas las tarde Scott ponía ejercicios para el calentamiento para Olivia, quien ya tenía más control sobre su fuerza y velocidad. Claro que al principio Scott lo encontró muy difícil pero ha tenido una notable mejoría, aunque aún era un poco torpe. La sala de entrenamiento tenía un piso con el cual se podía deslizar fácilmente pero sus muros eran de piedra solida y había lámparas a los lados y las armas salían de la pared. Era bastante amplio.

Le había puesto a controlar las armas usadas por los guardianes que era algo parecido a una oz tan larga como su altura, pero que solo se iluminaba con los guardines y el arco. Olivia aun batallaba con eso.

Scott suspiro de frustración al ver que aun le costaba controlar sus armas — Debes practicar más, a este paso no te graduaras este año

— De verdad lo intentó pero no entiendo como puedo controlar un pincel y esta absurda arma no — Olivia la tiro al piso por la frustración y esa gran oz se apagó.

Scott levantó el arma y le dio una demostración al usarla como si no costara, al darle vuelta y derribar varios obstáculos que le había puesto para que practicara, cuando él lo hacía para no ser tan difícil.

— No es tan difícil, por los guardianes — se lo devolvió pero Olivia estaba agotada y estresada pero sobre todo molesta.

— ¿Sabe que? de verdad me esfuerzo pero parece que usted lo único que hace es humillarme pero yo no tengo la culpa, hace unos meses no sabía que esto existiera y que decenas de hombres y mujeres lobos dependerían de mi, pero gracias por hacerme sentir que no tengo habilidades físicas — volvió a tirar el arma.

— Olivia, vuelve aquí — pidió amablemente — ¡Olivia! — exigió.

Ella solo salió de la sala de entrenamiento sin hacerle caso

Es increíble que sea tan bonito pero también que sea tan gruñón y mandón. Pensó.

Andaba de un lado a otro hasta que sintió esa punzada en su pecho, se asomó por la ventana y vio que noche de luna llena. Ya sabía porque, la manada la necesitaba pero las tres veces que iba, no la necesitaban realmente, así que debe ser otra manada pero no podía salir de Kendelltar hasta completar el entrenamiento.

No debía hacerlo por esta manada, si no por las otras maneras que parecían necesitarla. Volvió al cuarto de entrenamiento y tomo su oz grande, se cambió con el atuendo que Thomas le había regalado y se recogió el cabello. Salió al campo decidida a dominar esa arma.

Desde lejos escuchaba a la manada de Scott pero ahora aprovecharía que no había nadie a quien podría lastimar. Fue al bosque y práctico como Scott le había enseñado pero fallo, era como si fuera una animadora con un bastón, solo que este bastón era peligroso.




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