Los unicornios corrían alrededor los rebaños de caballos, comían pasto mientras el centauro lloraba al lado de la niña.
-Dime Gavilán porque lloras-
-Es que sabes un ogro me dijo que si tenía a dos niños de dos piernas, él me ayudaría para que el Gran Oeste se fijara en mí y así poder volar con él.-
-El Gran Oeste es el pegasso-
-Sí y no sé qué hacer-
-Primero, donde están mis hermanos, los niños de quienes hablas-
Aparecieron dos pequeños ponis de pelaje negro con gris con los niños dormidos en sus lomos.
-Por favor me puedes ayudar, te daré a tus hermanos y toso lo que quieras-
-Primero que nada debes buscar de ser su amigo-
-No yo no quiero ser su amigo, quiero ser mucho más-
-Pero debes empezar siendo amigos y así se van conociendo-
-Él es el guardián de los campos de caballos, protege a todos aquí y mi sueño es ayudarlo-
-Bueno, entonces debes hacer eso, sé su amigo, te prometo que poco a poco vas a poder ser más hasta mejores amigos-
El centauro caminó lentamente hasta donde estaba el pegasso y se inclinó.
-Guardián del oeste, quiero que me permita ser parte de su rebaño, quiero estar a su lado, sé su amigo-
El pegasso mío Gavilán y se acercó dejando que lo tocaran, Larah estaba contenta, intento acercarse a ellos cuando el unicornio se atravesó y la obligo a retroceder.
-Debo marcharme amigos, me llevaré a mis hermanos-
Dijo la niña levantando a uno de sus hermanos.
El centauro corrió y la detuvo.
-No puedes irte, el ogro planea algo contra ti-
-Lose y gracias, pero debo rescatar a mis hermanos-
Pempe y Tea se posaron en sus hombros.
-Y tengo a mis amigos para defenderme-
Dijo la niña sonriendo.
-No sé si pueda ayudarte, pero tranquila todos aquí te ayudaremos-
-Larah toco a sus hermanos y al mirar alrededor ya estaba en su jardín con ayuda de Tea y Pempe movió a sus hermanos hasta la casa del perro.
-Buen chico ven un momento-
El perro salió luciendo siempre su hermoso laso azul.
-Dígame guardiana en que puedo ayudarla-
-Cuida de mis hermanos Carlos y Zack por favor-
-Los protegeré con mi vida es un gran honor, esta responsabilidad-
Larah salió corriendo y volvió a entrar en la casa, pero en la entrada estaba la ninfa mirándola.
-Ya rescate a mí hermanos donde tienes a Ana-
Dijo la niña muy decidida.
-Ana no la conozco-
-Claro que si es muy parecida a ti-
-Mira mejor prepárate y ve al cuarto de arriba te están esperando-
-¿Quién me espera? ¿Es otra criatura?-
-No te diré nada guardiana loca-
Larah subió rápidamente las escaleras, mientras la ninfa solo sonreía y desapareció en un círculo de pétalos.