Larah caminaba por los pasillos de su casa, estaba llorando, estaba cansada, aún le faltaba encontrar a sus hermanos y sabía que ella era la única que podía, la Ninfa estaba parada en la entrada de la puerta del baño.
-Por favor si tienes a uno de mis hermanos entrégalo-
Dijo Larah estaba a punto de llorar.
-Pequeña niña está bien, vamos a participar en un juego y si me ganas te entregaré algo que estás buscando-
Larah respiro profundo levanto a Pempe ya molesta y le dijo.
-¿Cuál juego?-
-Vamos a jugar a las escondidas-
-Te vas a esconder o yo tengo que esconderme-
-No, yo ya escondí algo en la casa y debes encontrarlo en 5 minutos o pierdes-
-Me darás alguna pista o algo parecido-
-Muy bien, esto está en el único lugar de la casa que el ogro jamás ha entrado-
Al decir esto, la Ninfa desapareció en un círculo de pétalos de flores, Larah se sentó junto a Pempe y Tea.
-Donde será ese lugar-
Dijo Pempe dando círculos.
-Bueno, debemos pensar bien a qué lugares él siempre entra-
Dijo Tea volando alrededor.
-Bien, él siempre está en la sala, va a la cocina y sé que ha entrado en los cuartos de mis hermanos y claro que fue al baño a los dos baños-
-Lo he visto caminando por el jardín-
Dijo Tea mientras Pempe preocupado les dice.
-Y donde lavan la ropa también lo he visto-
-El único lugar de la casa donde él no ha entrado sería el único que nadie entra-
Al decir esto, Larah se puso de pie.
-Cuál es ese sitio-
Dijeron Pempe y Tea.
Larah rápidamente tomo a Pempe y corrió directo al pasillo de arriba y se quedó viendo el techo.
-En la azotea mi mamá desde pequeña le tenía miedo y me contó que lo cerró y jamás entra-
-Yo puedo abrirlo, déjame eso a mí-
Dijo Tea volando a la entrada.
Entro por un orificio de la cerradura, todo se quedó en silencio unos segundos hasta que de pronto la trampilla se abrió y se podían ver las escaleras, Larah las jalo y se subió entrando en la azotea junto a Pempe.
-Pempe primero debemos buscar a Tea-
En ese momento Tea con su gran brillo les alumbro el camino, la azotea estaba muy oscura llena de grandes cajas y muchas telarañas, pero se podía escuchar llorar a alguien a lo lejos Larah corrió y pudo ver a su hermana Ana estaba llorando es una esquina al verla la abrazo sin pensar.
-Estás bien, te sientes bien-
Dijo Larah limpiándole las lágrimas.
-Sí y tú estás bien-
Dijo Ana sin dejar de abrazar a Larah.
-¿Por qué te escondiste aquí?-
-Para que no me atrapara me persiguió, me escondí en el baño, pero él pateaba la puerta, no sabía que más hacer fue cuando corrí y solo pensé en este sitio-
-Hermana, estás bien, no te llego a tocar-
-No, pero no sé dé los demás-
En ese momento se escuchó un ruido y la Ninfa apareció frente a ellas, Ana al verla se desmayó quedando inconsciente en el suelo.
-Que le has hecho a mi hermana-
Dijo Larah levantando a su hermana.
-Disculpa debo decirte algo-
-Habla entonces-
-Tal vez no te has dado cuenta, pero no eres lo que piensas, eres más fuerte que él, él te tiene miedo, debes saber muy bien quién realmente eres para que puedas vencerlo-
-Soy la guardiana y yo los protegeré a todos-
-Ese es el problema, eres la guardiana pero de ¿Qué?-
Pempe y Tea buscaron de disuadir a la Ninfa, pero ella tomó la mano de la niña.
-Eres la guardiana de las criaturas sin camino de aquellas que se perdieron en la oscuridad-
-Qué quieres decir Pempe y Tea son criaturas de luz, no de oscuridad-
-Me queda poco tiempo, deja a tu hermana, aquí ella estará segura, pero debes ser rápida o no podrás recuperar al bebe-
-Sabes dónde está-
-Ve a su cuna y búscala, aunque no la veas, sigue buscando-
-Gracias Ninfa-
-Después hablamos yo junto a los demás estaremos de tu lado si nos llegas a necesitar-
Larah acomodo a su hermana y la dejo dormida bajo las escaleras junto a Pempe y Tea, aunque en su mente tenía aún los pensamientos de lo que dijo la Ninfa, pero no era el momento de perder más tiempo.