Notas del Autor:
Este “What if…?” vino a mi mente mientras miraba de nuevo Dragon Ball Z en la televisión hace unos meses. Como la descripción lo indica, estará protagonizada principalmente por Milk, y se mostrará un escenario de qué hubiera pasado si su papel, sus motivaciones y caracterización al inicio de la serie hubieran sido diferentes. Pero lo que más me inspira a hacer esto es darle un poco de justicia a este personaje, que estoy seguro podría haber sido mucho más de lo que fue si se le hubiera dado la oportunidad.
Como notas aclaratorias antes de comenzar, debo decir que al ser un “Universo Alterno” y aunque me basaré mucho en lo mostrado y explicado en el Anime, me tomaré la libertad de torcer un poco algunos eventos o conceptos con el fin de poder contar lo mejor posible la historia. Esto aplica, por ejemplo, en el tema de la escala de poder como ya lo verán. Pero por esto mismo, es probable que se encuentren con detalles que les haga decir “pero eso no funciona así” o “ese personaje obviamente no podría haber hecho eso en ese momento”, o cosas similares. En ese sentido yo los invito a simplemente no tomarse estas cosas muy en serio, y sólo dejar que la historia fluya y les muestre lo que tiene que mostrarles. Y, con suerte, el resultado valdrá la pena.
Sin más, les agradezco por entrar y darle una oportunidad a esta historia. Espero sea de su agrado.
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01
Milk preparó el almuerzo temprano ese día, ya que su esposo e hijo saldrían de viaje y no quería que se fueran sin comer nada. Bulma les había escrito para invitarlos a pasar la tarde en Kame House, la residencia del venerable maestro Roshi. La invitación se extendía a ambos, por supuesto, pero Milk no tenía planeado asistir. Lo más seguro era que aquella reunión se extendiera hasta la noche y tuvieran que volver hasta la mañana siguiente. Y con todo lo que había que hacer en la casa en esos momentos, ella no podía darse ese lujo.
De hecho, los quehaceres eran tantos que prescindir de la ayuda de su esposo no era precisamente una idea que se le antojara demasiado. Siempre resultaba útil tener a la mano al hombre más fuerte del mundo para que le ayudara con las tareas más cansadas y complicadas. Sin embargo, aunque Goku no lo demostraba tan abiertamente, Milk pudo percibir cierta emoción en él ante la idea de ver a sus viejos amigos. Después de todo, habían pasado al menos cinco años (¡cinco años!) desde la última vez que los vio.
Además de eso, Goku parecía también muy interesado en que conocieran a Gohan al fin. Y su pequeño hijo apenas y podía convivir con otras personas ahí en esa montaña, no se diga otros niños, por lo que él también parecía muy interesado en ir a ese lugar totalmente nuevo, alimentado le gustaría pensar a Milk por su innata curiosidad de investigador.
Con todo eso, ¿quién era ella para negarles esa pequeña alegría? Pasar un día sola en casa no resultaba un precio tan alto, y quizás su padre pudiera venir a hacerle un poco de compañía y ayudarle un poco.
Sirvió todos los platos con bastante diligencia en la mesa; todos y cada uno. Las raciones que Goku solía comer ciertamente eran bastas, pero había logrado encontrar la manera de satisfacerlo sin que se le fuera la vida cocinando. Era todo parte de la labor de una buena esposa.
Una vez que estuvo todo servido, se dirigió a la puerta de la habitación de su pequeño. Le había indicado a Gohan que repasara sus lecciones antes de que se fueran, o no lo dejaría ir a ningún lado. No era cierto (del todo), pero a veces era bueno motivarlo con lo que se pudiera.
—Gohan, la comida está servida —pronunció alto, tocando con sus nudillos a la puerta de madera. Esperó escuchar alguna respuesta del otro lado o percibir algún movimiento, pero todo permaneció bastante quieto—. ¿Gohan? —pronunció de nuevo, y al seguir sin respuesta abrió la puerta y se asomó hacia adentro.
Sobre el escritorio descansaban los libros y cuadernos su hijo, pero no había rastro alguno de él. La ventana además estaba abierta, y una pequeña brisa agitaba las cortinas.
—¿A dónde fue? —masculló Milk con una ligera mezcla de enojo e inquietud.
Se dirigió a la puerta principal y salió de la casa, siendo recibida por los brillantes rayos del sol veraniego, y el aire fresco de la montaña.
—¡Gohan! —exclamó con fuerza para poder ser oída con claridad—. ¡Gohan!, ¡es hora de comer!
Siguió gritando mientras se movía alrededor de la casa, esperando divisar algún rastro de su hijo o que éste apareciera respondiendo a su llamado; ninguna de las dos cosas ocurrió.
Que Gohan se saliera a veces sin permiso no era precisamente usual, pero pasaba. Más temprano Goku había dicho que iría a entrenar un poco al bosque, y Gohan había querido ir con él, pero Milk lo había enviado repasar sus lecciones. El pequeño obedeció como siempre, pero al parecer había decidido por su cuenta que una vez terminado su repaso podía darse a sí mismo permiso de alcanzar a Goku en el bosque.
«Son tal para cual esos dos» pensó Milk, soltando un pesado suspiro de frustración.
Un sonido fuerte de arrastre llamó de golpe su atención proveniente del frente de la casa, así que se dirigió de inmediato hacia allá. En cuento se acercó, pudo ver la forma de un enorme y redondo tronco de árbol que se aproximaba lentamente hacia ella. Aunque claro, éste no venía solo pues en cuanto subió lo suficiente la colina divisó la figura de Goku debajo de él, cargándolo sobre su cabeza como si fuera cualquier cosa.