La Guerrera de Corazón Puro | Dragon Ball Z

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El grupo decidió pasar esa noche en tierra firme, y comenzar la escalada de la torre al día siguiente estando ya más descansados. Milk ignoraba si aquel había sido su plan desde el inicio, o se trataba de alguna cortesía hacia ella en específico considerando que sería la primera vez que haría la tortuosa travesía. Si acaso se trataba de eso último, dudaba que la iniciativa hubiera venido de Tenshinhan o del tal Yajirobe, considerando el recibimiento que le habían dado.

Al menos parecía que Yamcha y Krilin se encontraban más abiertos a su presencia en ese sitio, y se portaban en especial mucho más amables con ella; de hecho, quizás demasiado. Milk se sentía un poco incomoda por estas atención, en especial viniendo de Krilin. Pero esto no era debido a él, sino más bien a sí misma, y todas las molestias que le había causado anteriormente al amigo de Goku, hasta haberlo casi obligado a tener que ir a salvarla de morir en las garras de Piccolo Daimaku.

Aunque claro, a Milk no se le olvidaba que la había golpeado de una muy mala forma en aquel momento para calmarla, lo cual no era precisamente un recuerdo muy alegre. Quizás era eso lo que causaba que el joven guerrero se sintiera hasta cierto punto apenado con ella. O quizás, al no estar Goku, sentía de forma injustificada que tenía cierta responsabilidad de cuidarla en su lugar.

Además de Krilin y los otros, a Milk le sorprendió ver que aquella mujer muy amable llamada Lunch estaba también ahí. Recordaba haberla visto en el torneo de hace cinco años acompañando al Maestro Roshi, aunque… hubiera jurado que la recordaba rubia. No estaba segura de por qué estaba ahí, aunque de seguro no era para intentar subir la torre con ellos. Como fuera, ella se portó muy amistosa con todos, en especial con ella, y se encargó por sí sola de prepararles la cena a todos.

Ya de noche, todos se sentaron a comer alrededor de un agradable fuego, justo al pie de la torre, y en compañía de sus dos anfitriones: Bora y Upa, dos residentes locales de la Tierra Sagrada de Karin, que para sorpresa de Milk conocían muy bien a Goku.

—Es un verdadero honor conocerte —le dijo Upa con entusiasmo, un joven alto y fornido de piel morena y cabello oscuro, sentado a su lado mientras ambos comían de sus respectivos platos. El chico pareció particularmente emocionado en cuanto Krilin le informó que era la esposa de Goku—. Goku es por mucho la persona más increíble que he conocido. Es quizás el mejor amigo que he tenido en toda mi vida. Y el escuchar que se casó y ahora hasta tiene un hijo, me llena de una enorme alegría.

—Gracias —asintió Milk, sonriéndole con gentileza—. Me alegra escuchar que más personas tengan tan buenos sentimientos por Goku. Lamentablemente él…

No terminó su frase, pero Upa no tuvo problema en saber de lo que hablaba.

—Sí, Krilin nos contó lo ocurrido —pronunció con seriedad—. Pero no hay de qué preocuparse, pues también nos dijo que lo revivirán con las Esferas del Dragón muy pronto. Así que no hay por qué estás tristes. Cuando era niño, el malvado de Tao Pai Pai vino hasta aquí, y asesinó a mi padre a sangre fría sin que Goku o yo pudiéramos hacer algo.

Al pronunciar aquello, se giró hacia el hombre de gran tamaño y cuerpo fornido sentado a su lado, que contemplaba en silencio el fuego danzante de la fogata.

—¿Eso es cierto? —susurró Milk, sorprendida por aquella afirmación.

Upa asintió.

—Pero Goku se esforzó en reunir todas las Esferas del Dragón para poder revivirlo. Incluso se enfrentó él solo a toda la Patrulla Roja para lograrlo. Él no tenía que hacerlo; ni siquiera nos conocía a mi padre o a mí. Pero aun así lo hizo. Me prometió que lo reviviría, y lo cumplió.

Los ojos del muchacho brillaban de emoción al rememorar todo aquello. E inevitablemente Milk se sintió contagiada por aquel profundo sentimiento.

—Sí, Goku era ese tipo de persona —susurró despacio, con su mirada pensativa en el fuego.

Su esposo era definitivamente alguien excepcional que dejaba huella en todo aquel con el que cruzaba camino. ¿Cuántos más que habría conocido a lo largo de sus aventuras por todo el mundo aún lo recordarían con la misma alegría?

—Le debemos demasiado a Goku —pronunció Bora con voz grave—. Si pudiera, iría yo mismo a reunir las esferas con tal de revivirlo, así como él hizo conmigo. Sin embargo, tengo una obligación con mi pueblo y con esta tierra.

—No tienes que preocuparte por eso, Bora —indicó Yamcha con solemnidad—. Bulma y nuestros demás amigos se encargarán de esa tarea.

El hombre de piel morena asintió, y luego añadió:

—Lo importante ahora será que todos ustedes se preparen para enfrentar la amenaza que se avecina. Debo confesar que siento envidia de que todos ustedes hayan sido invitados a entrenar con el mismísimo Kamisama. Es un honor con el que muy pocos mortales han sido bendecidos.

—Yo quisiera ser lo suficientemente fuerte para poder ir también —pronunció Upa con ligera frustración, mientras fijaba su atención en la torre que se alzaba sobre ellos—. Pero aún me falta mucho para alcanzar el nivel suficiente para poder siquiera escalar la torre hasta la cima.

Aquel comentario captó la atención de Milk. Aquello que Tenshinhan y los demás le habían dicho más temprano sobre que no era nada sencillo escalar la torre, aún resonaba en su mente.



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En el texto hay: peleas, dragon ball z, universoalterno

Editado: 06.04.2024

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