La Habitacion Embrujada

03- SABUESOS

Viernes por la noche, después de tres horas intensas de entrenamientos, al fin llego a casa, no encuentro las llaves por mas que volteo mi bolso, tomo mi teléfono, y al tercer tono contesta mi amiga, y para mi mala suerte se quedaron en su casa aun que prefiero eso que en cualquier otro lugar donde seguro ya no las tendría de vuelta. La casa de mi amiga esta a dos horas de la mía y me niego a ir por ellas ahora, los entrenamientos del gimnasio me tienen muerta.

Siempre dejo la puerta de atrás sin candado lo cual no es tan buena idea, pero para días así queda como anillo al dedo, solo queda un inconveniente y seria saltar la puerta de metal que dirige el patio trasero.

Con fuerza y dedicación pongo mis manos en la puerta dispuesta a abalanzarme y con algo de esfuerzo logro alzar mi pierna por lo largo de la puerta, atoro mi pie en el filo de esta, con un pequeño brinco y estoy del otro lado de la puerta.

Puedo escuchar unos gruñidos- Tobby, llego mamá. - llamo a mi mascota, la puerta trasera tiene una puerta especial para él. A un costado de la puerta puedo ver una pequeña sombra y los gruñidos siguen me acerco a el- Tobías, mi amor, ya llegué- y me detengo al escuchar un ladrido detrás de la puerta, mierda, su puerta está cerrada.

Observo la sombra decido hacerme para atrás cuando esta se hace más grande y detrás de esta salen dos mas y los gruñidos se hacen más fuertes y estos se acercan a pasos lentos, son tres perros grandes y musculosos con colmillos enormes, listos para atacar, escucho llorar a tobby y es mi momento de correr, sin pensarlo me doy la vuelta para correr por mi vida y aunque son no mas de cinco metros se me hace una eternidad donde salto a la puerta con lagrimas en los ojos mi corazón acelerado y la desesperación al mil, grito cuando me siento caer al suelo y no hago mas que cerrar los ojos aceptando mi destino.

Pero este no llega en cambio escucho unos toques por del otro lado de la puerta-sarah, ¿que tienes?, te traje las llaves- y con esto abre la puerta y no tardo en arrastrarme a sus pies a abrazarla.

-sácame de aquí, por favor.

- ¿qué pasa?, ¿entro alguien?

- hay unos perros enormes.

-sarah, aquí no hay nada.

Volteo y quiero llorar, no hay nada delante de nosotras lo que vi, ha desaparecido, y no volví a ver o escuchar aquellos gruñidos.

C.V.




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