Era de noche, en el pueblo de Firmat, Tomás, un niño alegre, estaba jugando en una plaza del pueblo, estaba en las hamacas -LA LA LA LA LA- cantaba Tomás, cuando de repente algo le tocó la espalda -¿Hola?- gritó Tomás, y en ese mismo instante, la hamaca de al lado de él, se comenzó a mover. Tomás salió corriendo, muy asustado, mientras gritaba -¡Mamá, mamá!-. Tomás se tropezó con algo, estaba muy asustado. Una figura extraña se dirigía hacia él, pero, esa figura lo atravesó, Tomás parpadeó y la figura ya no estaba, él se desmayó.
Era de día, Tomás había despertado en una hamaca, que se estaba moviendo, él se tiró de la hamaca muy asustado e intentó pararla, la hamaca seguía moviéndose, cuando, apareció la misma figura del día anterior -¿Quieres ser mi amigo?- preguntó la figura mientras bajaba por la tierra, pero antes de que la figura desapareciera, una bola de luz blanca se dirigía a ella, mientras que la figura extraña, se convirtió en una bola negra, que representaba la maldad.
La bola blanca se transformó en un Ángel, y la bola negra, en un monstruo, muy alto. -Deja al niño en paz- dijo el Ángel mientras que el monstruo se convertía en cenizas blancas.
El Ángel se transformó en la bola de luz de vuelta, que decía -Demonio, vencido-. Tomás se desmayó.
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Editado: 03.10.2018