La hechicera

Prólogo

Ethan caminaba despacio, sabía que debía tener cuidado. Según rumores "El hechicero" era un ser mortalmente mágico y si lo descubría antes de tener la oportunidad de matarlo, o herirlo, entonces Ethan moriría.

Él no quería, ni podía, morir.

La casa en la que se encontraba no era del todo escalofriante, pero aún así para alguien menos valiente sería difícil adentrarse en ese terreno.

Se detuvo poco antes de entrar en la habitación donde un vampiro tenía encerrado al hechicero. El vampiro salía de ahí gruñendo y de prisa, tanta que no notó que Ethan se encontraba ahí.

Sin saber que más hacer lo siguió. Pronto se enteró que "El Hechicero" había escapado.

No entendía porque escapaba de su gente, pero desde siempre tenía conocido que los seres mágicos estaban un poco locos así que no le dio mucha importancia. Por desgracia no tenía el olfato de los vampiros u hombres lobos que eran sus enemigos. Y aunque lo tuviera pues no serían de utilidad porque no había alcanzado a echar ni un vistazo al hechicero, mucho menos tendría conocido su olor.

Salió en camino diferente al vampiro. Iba tan distraído y enojado por estropear la misión que no alcanzó a ver que una chica chocaba contra él.

No pudo evitar caer, rodando un poco con ella.

Al levantarse se petrificó. Ella tenía el cabello más rojo que el fuego y los ojos más raros que había visto en su vida. Fue solo cuando pudo recuperar la movilidad, en cuanto ella se escapó de su vista, que descubrió algo vital.

Todos estaban equivocados. No era un hombre lo que buscaban.

Era "La Hechicera".



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En el texto hay: cazadores, hombreslobo

Editado: 04.03.2018

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