Epílogo

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Amelia, con el cuerpo inerte de Demir en sus brazos y el Éter Oscuro aún rugiendo por la furia, se negó a aceptar el final. Había destruido a Ciro, había salvado el mundo, pero el precio era demasiado alto.

Ella miró el corazón destrozado de su Vampiro Príncipe. La herida de la daga de Magia Negra no era solo física; era un sello anti-inmortalidad.

El Éter, ahora purificado por la voluntad de Amelia, escuchó su ruego silente.No un grito de dolor, sino una orden de amor, la fuerza más potente.Ella enfocó el poder, ya no para destruir, sino para crear y curar la herida. El Éter Oscuro, la fuerza vital de la hechicera, se fusionó con la vida perdida.

Un hilo de energía púrpura brillante fluyó de Amelia al corazón del vampiro.Luchando contra la maldición de Ciro, revirtiendo el fatal retiro. El corazón destrozado de Demir comenzó a latir. Lenta. Demasiado lenta.

La inmortalidad había sido desafiada, la victoria del amor, ahora violenta.

El milagro se cumplió. Demir no despertó de inmediato, pero su pulso vampírico, aunque tenue, regresó. Amelia había logrado estabilizarlo, deteniendo la muerte, pero la curación sería lenta.

De vuelta en el Castillo Volkovgard ,el reino celebró la inexplicable desaparición de la Peste, sin saber el precio.Demir permaneció en un sueño profundo durante semanas. Iván veló fielmente, mientras Amadeus asistía a Amelia en el mantenimiento de la magia curativa.

Cuando Demir finalmente despertó, lo hizo con la conciencia completa de la batalla final, no solo de su sacrificio y la furia de Amelia, sino de su potencial.

— Amelia —su voz era débil, pero sus ojos carmesíes brillaban con una nueva claridad. — Tu Éter... no solo es un poder, es una bendición. Ciro creía que el Éter Oscuro solo traía destrucción. Pero al romper mi ancla, descubriste su verdad: es la fuerza fundamental de la vida, capaz de crear y sanar lo que la oscuridad destruye—explicó Demir.

Él se tocó el pecho. La herida estaba sanando, pero la debilidad se mantendría por meses. —Mi inmortalidad se salvó, pero viviré el recuerdo de esa batalla en mi carne. Esta es mi penitencia, mi recordatorio de por qué vale la pena vivir.@

Con Ciro desaparecido y la Peste erradicada, el reino necesitaba a su gobernante. Demir, aún convaleciente, y Amelia, más fuerte y sabia que nunca, se presentaron ante su gente.

Amelia ya no se escondía. Se dio cuenta de que su poder no era una maldición, sino la fuerza necesaria para proteger.

El pueblo se inclinó ante su Príncipe, sanado de la peste por la gracia que desconocían, y ante la hechicera, cuyo brillo y poder el miedo ya no poseían. Demir, en el trono, tomó la mano de Amelia, sellando el futuro ante la nación entera. —Mi vida, mi inmortalidad, mi gobierno... los comparto con la única que salvó la existencia.

Decidieron su futuro: gobernar juntos. El Vampiro Príncipe y la Hechicera del Éter Oscuro. Utilizando la visión de él y el poder de ella para guiar al reino sin caer.

Iván se convirtió en el leal general y consejero, la sombra confiable de la corte, Amadeus regresó a sus estudios, satisfecho por el triunfo de una hechicera fuerte. Su tía Martha creó una pequeña tienda de repostería, una de las mejores. Quién también es la alma destinada de Iván.

El final de su historia fue el principio de una nueva era. El amor de Amelia por Demir no solo había roto la Matriz de Ciro y disuelto la peste, sino que había redimido el Éter Oscuro, demostrando que hasta la oscuridad, cuando está anclada al amor y la voluntad, puede ser la mayor bendición del mundo.

Fin...